Cuando ganar es perder

Manuel Fuentes (Presidente de la AUAV)

   En los pasados días RENFE ha hecho balance del primer semestre de funcionamiento del nuevo servicio de Alta Velocidad de Media Distancia. Los grandilocuentes datos facilitados por el Director General de Servicios de Transporte del AVE, señor Abelardo Carrillo hacen pensar, a simple vista, en un extraordinario éxito. Sin embargo, a poco que se profundice en su análisis, se comprueba que no es sino una forma más de vender un producto tan rechazado por la mayoría de usuarios, como falto de la calidad que se exige de este tipo de servicios.
   De toda esa fanfarria de números facilitados en su balance, sólo voy a valorar el que más aparentemente podría significar el buen resultado obtenido por la empresa pública. El número de viajeros, según las cifras facilitadas por la compañía, experimentó un crecimiento del 5,7%, con respecto al mismo periodo del año anterior.

   Este dato, aparentemente bueno, supone que el incremento de viajes es un 30% inferior al aumento de plazas ofertadas por RENFE. Además, demuestra que el nivel de ocupación no ha llegado al 78% de las plazas ofertadas, cuando en los últimos cuatro años dicha oferta, según se nos decía, estaba estancada impidiéndose con ello el aumento de viajeros en este servicio.

   Este año está habiendo acontecimientos excepcionales en Ciudad Real que se deberían reflejar en estos datos. Así, se ha celebrado FENAVIN (hecho que el pasado año no se produjo), además del 750 aniversario de la fundación de Ciudad Real y, sobre todo, la conmemoración del IV Centenario de la publicación del Quijote. Estos eventos han producido un aumento de visitantes en nuestra provincia de más del 20%, según estadísticas oficiales, de los que muy poco se ha beneficiado este servicio ferroviario.

   Los acuerdos de la Diputación Provincial para la puesta en servicio de trenes especiales y a bajos precios para los visitantes de FENAVIN y los de la Junta de Comunidades para la promoción de la región a través del tren, que incluyen descuentos de hasta el 50%, tampoco han dado aumentos significativos en el uso de estos trenes.

   Pero es más. El antiguo abono no obligaba a realizar reservas para cada viaje, por lo que es casi imposible establecer una relación correcta entre el número de viajeros que se desplazó el año pasado respecto al presente año 2005.

   Por todo ello, quedan claras varias cosas. En primer lugar, que no era cierto que la saturación de la oferta anterior impedía a un buen número de viajeros utilizar estos trenes, ya que de haberlo sido realmente, los datos hubieran reflejado un aumento significativo que, desde luego, no se ha producido.

   En segundo lugar, este servicio no ha sido el medio más empleado por nuestros visitantes con motivo de los acontecimientos indicados, pese a los descuentos aplicados por los acuerdos suscritos con las instituciones públicas de la provincia y de la región.

   En tercer lugar, se desconoce la metodología utilizada para conocer el número de desplazamientos que realizaba un usuario con abono transporte, puesto que no necesitaba realizar reserva alguna.

   Por último y, sobre todo, este medio de transporte ha perdido, en términos relativos, más de un 70% del incremento de viajeros durante este periodo, de los que se han debido beneficiar otros medios.

   La pérdida de cuota de mercado de la compañía en la provincia es más que evidente. Pérdida, especialmente grave, si tenemos en cuenta que la apuesta de la empresa pública a favor de los trenes de alta velocidad, ha hecho que se sacrificaran otras opciones de negocio, como la necesaria modernización de los servicios de la red convencional o la recuperación de la competitividad en el transporte de mercancías (que cuenta, en estos momentos, con menos del 4% de la cuota de mercado en este tipo de transporte, precisamente el año de su liberalización).

   La insatisfacción general, denunciada repetidamente por los usuarios habituales, por este nuevo servicio de Alta Velocidad de Media Distancia es incuestionable y RENFE debería tomar nota, si de verdad quiere ganar la batalla de la competitividad que muy pronto tendrá que afrontar. También debe saber que, de ser ciertos los más que dudosos datos facilitados por la empresa pública, el pírrico éxito en el aumento viajeros en un año tan extraordinario para la provincia, supone en realidad, una pérdida de mercado y, sobre todo, de imagen ante sus actuales y futuros potenciales clientes.

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