Dejaron en una sala a mi madre, de 78 años, medio desnuda y en estado de hipoglucemia

Dejaron en una sala a mi madre, de 78 años, medio desnuda y en estado de hipoglucemiaEl día 22 de Enero del 2009 asistí a una consulta de radiología en el Hospital General de Ciudad Real para realizarle un tac a la paciente Anastasia Quintano Donaire. La cita era a las nueve de la mañana, nosotros llegamos puntuales y a la media hora nos informaron que la maquina se había estropeado. Se informó al ATS de que la paciente estaba en ayunas y sin ponerse la insulina, él dijo que informaría a la radióloga para que hablara conmigo.
La radióloga nos contesto que no sabía cuánto tiempo tardarían en arreglar la maquina y que nos podíamos marchar y pedir cita para otro día, ya que la paciente tiene 78 años y es diabética y la espera podía ser larga. Nos recomendó que se inyectara la insulina y nos marchásemos a casa. En cuestión de segundos nos llamaron para decirnos que la maquina había sido arreglada y que podemos pasar para hacerle la prueba. Antes de pasar, la acompañante informó al ATS de que la paciente ya se había inyectado la insulina y le preguntó en reiteradas ocasiones si esto suponía algún inconveniente a lo que el ATS respondió que no.

La paciente cuando le estaban inyectando el contraste comenzó a sentir calor, malestar general y mareo e informó a la o las personas que la estaban atendiendo de lo que le estaba sucediendo e ignoraron su réplica. La cogieron entre dos personas después de practicarle el tac y la sentaron en una silla dejándola desatendida en la habitación continua, llamaron a la acompañante para que vistiera a la paciente, que tardó unos segundos en llegar, pero cual fue la “sorpresa” de la acompañante cuando la encontró medio desnuda y en estado de hipoglucemia completamente desatendida, estando el personal a tres metros de la paciente con las puertas abiertas.

La acompañante pidió ayuda porque no tenía nada con qué atender la hipoglucemia. Tuvo que salir al pasillo a pedir ayuda a la gente que había allí, para que una persona fuera a comprar una Coca-Cola, con tan mala suerte de que le llevaran una Coca-Cola Light. La paciente empeoraba por momentos. La acompañante pedía continuamente ayuda desesperada sin que ningún personal sanitario, de los seis que se encontraban allí, la socorriera, sólo se acercó al final la técnico cuando la acompañante observó que estaban tomando café y les suplicó que le dieran un poco de azúcar perdiendo ya los nervios. La acompañante mezcló el azúcar con la Coca-Cola e intentó dársela pero le resultaba prácticamente imposible por el estado de inconsciencia de la paciente y seguidamente volvió a suplicar ayuda pero ningún sanitario la atendió.

Pasados unos segundos la acompañante le intentó hacer la prueba del azúcar con la maquina que llevaba la paciente en su bolso ya que había perdido dos veces el conocimiento, pero no encontró agujas para pincharla y volvió a pedir ayuda al personal sanitario. Uno de los ATS se acercó y fue consciente, tras hacerle la prueba de la azúcar, de que había una importante hipoglucemia, fue cuando él reaccionó, inmediatamente le pusieron suero intravenoso, llevándola a Urgencias. La paciente después de haber bebido azúcar mezclado con Coca-Cola y pasar unos minutos tenía un nivel de glucemia en sangre de 26. La paciente, casi inconsciente, preguntaba por qué le había sucedido eso.

La paciente no quería que la tocara ni que la viera ningún médico cuando recuperó la consciencia, de hecho cuando fueron a hacerle de nuevo la prueba de glucemia escondía los dedos y manos porque no quería que la tocaran y menos que la pincharan, había perdido la confianza en los sanitarios.

Yo quisiera que mi madre volviera a recuperar la confianza. Gracias y espero que esto sirva para algo. Sin embargo me gustaría saber los motivos por los que no fue atendida correctamente e ignoraron las peticiones de ayuda de la acompañante. También me gustaría conocer los motivos por los cuales no se le comprobaron los niveles de glucosa sabiendo el personal sanitario que podían descender tras inyectarle el contraste ya que ellos sabían de ante mano que la paciente se había inyectado insulina tras la autorización del propio personal sanitario.

Quiero poner en conocimiento que el médico que atendió a la paciente en Urgencias, el doctor LAG fue correcto y fue quien logró tranquilizar a la paciente, a la acompañante y a mí misma, siendo su comportamiento ejemplar.

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