La polémica está servida: FENAVIN versus TAPEARTE o quizá al revés, TAPEARTE versus FENAVIN. Nemesio de Lara está triste, al menos eso publica el Diario Lanza, por si existe premeditación en fijar las fechas coincidentes de ambos eventos. Los de la Romero aun no se han pronunciado.
Está claro, muy claro tal vez, que la actividad ferial provincial está capitalizada por la Diputación y afines, salvo las ferias ya consolidadas de la Fundación Empresarial de Ciudad Real y otras de menor entidad. De igual manera, también parece claro y constatable que cualquier iniciativa privada que tenga que ver con la actividad ferial es neutralizada de facto. Un buen ejemplo fue la malograda Feria de las Energías de Puertollano, iniciativa de las Fundaciones Empresariales de Ciudad Real y Puertollano, que cayó en saco roto, por la intercesión de nuestras administraciones, aunque ello supusiera un revolcón económico para ambas fundaciones, sin ninguna compensación. Aun hoy muchos estamos deseosos de una explicación oficial.
¿Qué tienen de estratégicas las ferias que han de estar controladas por nuestra administración y por ende por nuestros políticos?
Volviendo a la polémica del vino y la cerveza, no llego a entender la problemática de la coincidencia de ambos eventos. Eventos que no hacen otra cosa que promocionar nuestra tierra, nuestros productos, nuestras empresas, a la vez que en el caso de la del vino, sirve de lonja, tal vez internacional, de nuestros y otros caldos.
A un servidor le gusta comenzar con cerveza y tapa, para regar el almuerzo con un buen vino y hasta si se tercia, terminar éste con un destilado digestivo. ¿Por qué hay que elegir entre vino y cerveza? ¿Por qué hay que posicionarse políticamente para vivir la feria del vino y la de la tapa? Todo sería más sencillo si quizá, no hubiera crisis, no hubiera necesidad inducida de modificar la LOTAU, no estuviésemos cerca de unos comicios para el Parlamento Europeo y en definitiva, si la política corrosiva no decidiera nuestros destinos.
¿Vino o cerveza? Buena pregunta, pero mi inteligencia no alcanza a discernir entre la conveniencia de uno u otra…