Ayuntamiento televigilante

conlosojosbienabiertosEl insoportable bochorno de estos días y la abulia a la que está sometida nuestra clase política justifican decisiones de alta relevancia como la que ha anunciado la Concejal(a) de Movilidad del Ayuntamiento de Ciudad Real. Se trata de instalar cámaras para vigilar a los vándalos y facinerosos que atentan contra el orden público. Oída sin más la propuesta parece bonita. Además parece algo moderno, a la altura de las metrópolis más avanzadas.
Es indudable que esta medida responde a la elevada responsabilidad política y democrática de nuestro Ayuntamiento que quiere lograr con ello unos fines que resultan de todo punto justificados. De la lectura de la noticia se pueden extraer los siguientes objetivos a conseguir con esta vigilante iniciativa:

  1. Evitar las consecuencias del vandalismo sobre las obras recientes.
  2. Disponer de un mecanismo que garantice una ciudad más limpia, más segura y más agradable.
  3. Salvaguardar el patrimonio de la ciudad.
  4. Evitar pintadas.

Para conseguir tales fines nuestro Ayuntamiento está elaborando un mapa de posibles emplazamientos para estas cámaras cívicas. Personalmente, e invocando una profunda responsabilidad ciudadana, propongo algunas ubicaciones susceptibles de disponer de estos modernos dispositivos:

  1. Las Comisiones municipales, especialmente cuando se traten temas de Urbanismo y Movilidad. Sería así posible conocer qué decisiones se toman. Sobre todo en materia de licencias y permisos de derribo de edificios singulares de nuestra ciudad. Esta propuesta es compatible con el objetivo 3.
  2. El Salón de Plenos del Ayuntamiento sería el espacio idóneo para instalar varias cámaras de videovigilancia de modo que los ciudadanos pudieran conocer las decisiones que toma el Pleno, y los debates que los temas propuestos suscitan.
  3. La Alcaldía sería también un espacio magnífico para instalar varias cámaras de modo que la ciudadanía conociera de primera mano la agenda de reuniones de nuestra Alcaldesa así como los temas que en ellas se tratan. Sobre todo aquéllos que más puedan comprometer el interés general de la ciudad.
  4. El Gabinete de propaganda prensa del Ayuntamiento sería sin duda otro afortunado espacio a televigilar para conocer con qué rigurosos criterios profesionales se establecen las relaciones informativas con los medios (in)dependientes de la ciudad y con la ciudadanía. Sería interesante ver en directo el diseño de las campañas de marketing político encaminadas a perpetuar una imagen de la ciudad que resulta anacrónica y sainetesca.
  5. La Comisión de Provincial de Patrimonio sería asimismo un ámbito acorde con los fines perseguidos. Quizás la propuesta serviría para que ambas Administraciones (Ayuntamiento y Junta) colaboraran en ese fin común de retransmitir en directo las decisiones que se adoptan en tal Comisión. Sería también una buena ocasión para que ambas Administraciones se televigilaran mutuamente, dando a los ciudadanos la posibilidad de elegir entre dos canales: Quijote TVigilancia y CLMTVigilancia.
  6. Cualquier cenáculo o rebotica donde se tomen decisiones privadas que afecten a los intereses públicos de la ciudad y que comprometan o puedan comprometer su presente y su futuro.

Es interesante apreciar cómo nuestro Ayuntamiento, uno de los más opacos del país, se apresta a poner la cámara ante el ojo ajeno pero evita ponerla ante el suyo propio. Con ello se criminaliza el espacio público y se omite cualquier necesidad de darle la vuelta al objetivo de la cámara y enfocar hacia las altas torres de la fortaleza municipal. El mal emana de la calle y sólo de ella, mientras que en la cúspide consistorial fluye la virtud. Arriba el Cielo, abajo el Infierno.

A nuestro Ayuntamiento parece interesarle que los ciudadanos vivan agradablemente, en una ciudad-paraíso, donde haya fuentes de hidromiel y néctar, y en la que todo sea amable, terapéutico y maravilloso. Una política balsámica dirigida a satisfacer los sentidos, a enamorarnos, a hastiarnos de sensaciones, de aromas y de espacios adornados. Con ello consigue crear una ciudad de cartón-piedra, un decorado, por el que transitan individuos entre abúlicos, indiferentes y estupefactos. Ciudad Real es verdaderamente una ciudad-dormitorio sin que a ello haya contribuido el AVE. Lo es por condición propia y por decisión oficial. No oímos a nadie en el Ayuntamiento tomar medidas o implementar políticas dirigidas a fortalecer a los ciudadanos dotándolos de una plena capacidad de información, comunicación y decisión. La televisión municipal no está al servicio del ciudadano, no le informa sobre aspectos relevantes que le permitan madurar como tal. No se le permite ver en directo o en diferido los plenos municipales, pero sí las procesiones o el desfile de piñata. Si hemos aceptado, en términos generales, que la Televisión en su conjunto es un medio anodino, alienante y basura, nuestro canal municipal es todo eso y mucho más por razones ganadas a pulso. Es un canal temático al servicio, no del ciudadano, sino de los intereses propagandísticos del partido en el gobierno. Lo mismo puede decirse del canal regional, todo lo cual constituye, por otra parte, una práctica habitual en localidades y regiones caciquiles como la nuestra.

Recuérdese que ha sido el Equipo de Gobierno quien se ha negado a poner cámaras en los Plenos para retransmitirlos. Se ha negado a proporcionar a sus ciudadanos un derecho legítimo. Sin embargo, no serán los ciudadanos quienes se opongan a que esas mismas cámaras invadan el espacio público para un fin más cuestionable que aquél al que el Ayuntamiento se ha negado. Si penoso será hallar evidencias videográficas de vándalos rompiendo algún mobiliario urbano, más lo es que un Equipo de gobierno se niegue a retransmitir evidencias videográficas de las acciones y de las funciones para las que ha sido elegido.

Por último nuestra edil señala que “no puede haber un policía detrás de todo el mundo”, lo que no llega a decir es que tal medida no fuera deseable. Si no llega a ser una realidad es, quizás, por escasez de recursos. Sería interesante, quizás dentro de poco sea necesario, que cada Concejal tuviera a su lado una telecámara-videovigilante para que los ciudadanos pudieran asistir estupefactos a un espectáculo a cuyo lado Gran Hermano sería La Casa de la pradera.

Si nuestro Ayuntamiento quiere, como es legítimo y de razón, una ciudad sin vandalismo y segura, en la que nuestro patrimonio esté a salvo, quizás debería empezar dando ejemplo. El vandalismo del que quiere precaverse nuestro Ayuntamiento instalando estas cámaras nada es en comparación con su propio historial en materia de destrucción y expolio del Patrimonio Histórico y Artístico de Ciudad Real. Hoy por hoy, el único peligro del que debemos preservarnos es de que la calidad democrática de nuestra ciudad no se deteriore más de lo que ya está.

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