“Una selva para tejer una corona. Una corona para salvar una selva”

El Centro del Agua cogió el pasado jueves la proyección de este documental que hace referencia a la la riqueza biológica de los elementos que componen las “coronas” ceremoniales que los pueblos del Vaupés, en la Amazonia colombiana; ceremonias que son a su vez celebradas para mantener la cultura y la vida de la propia selva y por extensión de sus habitantes.
Ante un reducido número de interesados, Iván Sarmiento, del Centro de Estudios Médicos Interculturales, de Colombia, presentó este jueves en el Centro del Agua una atractiva y sugerente proyección cuyo título “Una selva para tejer una corona. Una corona para salvar una selva” hace referencia a la riqueza biológica de los elementos que componen las “coronas” ceremoniales que los pueblos del Vaupés, en la Amazonia colombiana; ceremonias que son a su vez celebradas para mantener la cultura y la vida de la propia selva y por extensión de sus habitantes.

En el vídeo, como explicaba el coordinador de medioambiente Alejandro Del Moral, se presentan de los resultados del Proyecto de Cooperación al Desarrollo: “Conservación cultural y mejora de condiciones de vida de siete pueblos indígenas del Vaupés, Amazonas, Colombia, con base en la consolidación de la unidad cultural y la autonomía del sistema de autoridad en concordancia con sus sistemas de conocimiento tradicional y apoyo técnico al desarrollo intercultural”.

Este proyecto ha sido cofinanciado por la Consejería de Salud y Bienestar Social de la JCCM a través de la ONGD española Ecodesarrollo y gestionado por el Centro de Estudios Médicos Interculturales (CEMI) como contraparte colombiana.

La elaboración de sus “Planes de Vida” ha sido un auténtico trabajo de recopilación de conocimientos y saberes ancestrales y un ejercicio para decidir hacia donde encaminar su forma de vida y su futuro.

La zona del río Yapú  (ubicada en el Gran Resguardo del Vaupés), en plena selva húmeda tropical fronteriza con Brasil, en donde se localiza el documental, agrupa las familias de cinco etnias predominantes: Tatuyo, Bará, Carapana, Tuyuka y Tukano; además de las familias de otras siete etnias minoritarias.

Estas comunidades indígenas, aún conservan viva gran parte de su cultura, gran parte de sus formas tradicionales de supervivencia (la caza, la pesca y el cultivo de las chagras), sus formas tradicionales de conocimiento reflejado en su relación con la naturaleza, la conservación y manejo del territorio, su conocimiento sobre plantas y animales y la existencia de sus ancianos baluartes de su sabiduría ancestral. Sin embargo, su cultura y el territorio se ven en el presente seriamente amenazados por diversos factores económicos y políticos, tales como la minería, la tala de la selva, la caza y pesca abusivas, ausencia de la institucionalidad del Estado colombiano; los ligados al orden publico y a la seguridad ciudadana; y el contacto con un mundo no indígena que les ha obligado a cambiar sus sistemas tradicionales de vida.

Estos pobladores que, aún lejanos en el espacio y a nuestra cultura, nos pueden servir de modelo a la hora de interpretar nuestra forma y sentido de estar en este mundo, si sabemos mantener un diálogo intercultural; cuestión que por otra parte ha sido llevada a la reciente cumbre de Copenhague, como una vía para el cambio de actitud de occidente respecto a la conservación de los recursos naturales en el planeta.

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