CCM aceptó acciones de socios del Aeropuerto de Ciudad Real como aval para préstamos destinados a proyectos ajenos

Torre de control del Aeropuerto de Ciudad RealSantos G. Monroy.- Algunos socios del Aeropuerto de Ciudad Real presentaron ante la extinta CCM las acciones del Aeropuerto como aval de garantía para préstamos relacionados con operaciones ajenas a la sociedad aeroportuaria. Así se desprende del contenido del informe concursal que MICIUDADREAL.ES te ha desvelado durante las últimas semanas. Entérate también de las relaciones entre los socios y de la huída hacia adelante de los promotores, una vez constatado el fracaso económico, para vender las instalaciones.

El informe concursal incide en la vinculación de la extinta Caja Castilla La Mancha (CCM) con muchos de los socios del proyecto aeroportuario. Del análisis de los administradores concursales se desprende la conclusión de que muchos de los créditos otorgados por CCM conformaron un bucle de avales cruzados con las propias acciones del Aeropuerto mediante derecho real de prenda o pignoración de los títulos. Es decir, las propias acciones fueron consideradas como aval de los préstamos ante una entidad pública que a su vez formaba parte del accionariado. Además, y siempre según los administradores, la caja regional “aceptó las participaciones de la concursada en garantía de créditos concedidos a socios para finalidades ajenas a CR Aeropuertos S.L.”.

Según consta en el informe concursal, Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha (con un 6,072 % del capital) y Caja de Castilla-La Mancha Corporación S.A. (con 30,358 % del capital) forman una unidad, “ya que la Corporación es una sociedad totalmente controlada por Caja de Castilla-La Mancha, como demuestra el hecho de que los dos socios de Caja de Castilla-La Mancha Corporación son la propia Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha y CCM Inmobiliaria Centrum 2004 S.L.”.

“Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha –prosigue el informe- es titular de un derecho real de prenda constituido sobre algo más del 31 % de las participaciones sociales, con lo que teóricamente su participación podría incrementarse en el futuro”. A juicio de los actuales administradores del aeropuerto, “ello se debe a que la financiación a los socios para la suscripción de nuevas participaciones sociales ha sido concedida fundamentalmente a través de operaciones crediticias que están garantizadas mediante un derecho real de prenda constituido sobre algo más del 31 % de las participaciones sociales de CR Aeropuertos S.L. Dicha entidad crediticia también ha aceptado las participaciones de la concursada en garantía de créditos concedidos a socios para finalidades ajenas a CR Aeropuertos”.

CCM es el primer acreedor del Aeropuerto, que le adeuda casi 174 millones de euros (el Aeropuerto presenta un pasivo, de momento, de unos 320 millones de euros). Además, el porcentaje de la caja en el capital del CR Aeropuertos y las relaciones crediticias con los socios se  tradujeron en aportaciones de unos 57 millones de euros adicionales.

Tal y como publicó MICIUDADREAL.ES la semana pasada, los administradores señalaron como ejemplo paradigmático de operación vinculada que CCM avalase nueve pagarés emitidos por la concursada por importe de cinco millones de  euros cada uno, a favor de la «UTE Aeropuerto de Ciudad Real» (es decir, un socio avala a la sociedad frente a otro socio, en cuyo capital también tiene participación la avalista).

Las relaciones entre los socios

El informe concursal analiza asimismo las relaciones de los promotores y socios con sociedades relacionadas directamente con el Aeropuerto. Estas son las apreciaciones realizadas por los administradores:

– Domingo Díaz de Mera Lozano controla varias sociedades que son socias de CR Aeropuertos S.L., entre las que destacan Corporación Indo Ma S.L. (2,28 %), Indo Ma Renta S.L (5,84 %), y Lince Artes Gráficas S.L. (0,033 %).

– Los hermanos Ignacio y Antonio Barco Fernández, o bien familiares suyos (“familia Barco”) controlan varias sociedades que son socias de CR Aeropuertos S.L., entre las que destacan Solventia Corporativa S.L. (1,143 %), Global Gestora de Fondos S.L.U. (0,102 %), Euroglobal Almacenes y Naves S.L. (1,752 %), Desarrollos Aeronáuticos El Maestrazgo S.L. (1,241 %) y  Saldec Negocios e Industrias S.L. (1,214 %). Solventia se encuentra en concurso de acreedores.

– La Familia Sanahuja controla varias sociedades que son socias de CR Aeropuertos S.L, entre las que destacan Sacresa Terrenos Promoción S.L. (5,052 %) y Grupo de Empresas HC S.A. (1,385 %). Sacresa se encuentra en concurso de acreedores.

– Asimismo, existen otra serie de personas jurídicas socias en las que, a tenor de quienes son sus administradores inscritos, tienen o han tenido participación directa o indirecta con Domingo Díaz de Mera Lozano y la familia Barco, entre las que destaca Inversiones Aeroportuarias del Centro S.A. (4,38 %), en proceso de disolución y administrada por Díaz de Mera y la familia Barco.

– Por su parte, Santiago Mateo Sauquillo (4,582 %, junto con su esposa), controla a otro de los Socios, Arquitectura, Promoción y Construcción S.A. (1,033 %); mientras que Juan Antonio León Triviño (1,427 %) controla otro socio, Construcciones León Triviño S.A. (0,464 %).

Radiografía de una quiebra o la huída hacia delante de los promotores

El informe concursal también realiza una valoración de las circunstancias desencadenantes de la entrada en quiebra de la sociedad. Básicamente, pone el acento en la intención de los promotores de conseguir un beneficio inmediato con un “insuficiente” plan de inversiones a corto plazo y con un proyecto huérfano de informes de mercado competentes. Según el informe, una vez constatado el fracaso económico, y antes incluso de la entrada en funcionamiento del aeropuerto, los promotores quisieron huir hacia delante con el único objetivo de captar nuevos inversores o, simplemente, vender el proyecto a terceros.

La administración concursal considera que los principales factores que han originado la insolvencia han sido la inadecuada dimensión del aeropuerto, la falta de planificación financiera, el retraso en la entrada en funcionamiento, y la falta de ingresos y de ventas.

Estas son, textualmente, algunas de las apreciaciones realizadas por los administradores concursales sobre la intencionalidad de los socios promotores:

Fase de construcción:

Los créditos a corto plazo obtenidos para la construcción, junto con la aportación de capital social, son suficientes para abordar la construcción del aeropuerto. Nadie piensa en las siguientes inversiones, necesarias para completar el proyecto y afrontar el modelo de explotación concebido: el de aeropuerto secundario de Madrid y polo de transporte tipo “isla” alejado de los centros de consumo principales.

Durante esta última etapa de construcción del aeropuerto se hace difícil, por no decir imposible, montar una estructura financiera del negocio. Se presentan los planes de negocio a distintas entidades financieras y son todos rechazados.

Con el aeropuerto prácticamente terminado y a punto de comenzar su actividad se arrastra una importante deuda con los proveedores que no puede ser abonada debido a que no se conceden nuevos créditos a la sociedad.

En esta etapa ya no es el suelo lo que para los socios soporta la inversión. El suelo aparece como el mayor de los activos del aeropuerto, pero no es para soportar los costes de la inversión y déficit en la explotación, sino para que, acompañando al aeropuerto, y una vez operativo, pueda venderse a inversores interesados en desarrollar la explotación.

Comienza una etapa en paralelo a la construcción de busca de nuevos inversores. El objetivo ahora, por tanto, es obtener la licencia de vuelos. “Con ello llegarán los inversores”.

Lógicamente esta etapa despierta nuevas expectativas de negocio entre los socios, que vislumbran importantes plusvalías con la venta del aeropuerto y todas las áreas logísticas diseñadas. Incluso se incorporan nuevos accionistas pagando primas de emisión.

De esta forma se llega al final de la construcción del aeropuerto, con una importante deuda a proveedores, sin una estructura financiera para la sociedad, pero con una expectativa de venta a terceros del aeropuerto que será generadora de plusvalías sobre las aportaciones de capital realizadas.

Para salvar la situación económica de la sociedad y no entrar en causa de concurso y/o disolución, comienza una cadena de ampliaciones de capital entre los socios, todas ellas prácticamente sin cubrir, pero que sirven para mantener la expectativa de cobro de los proveedores.

Licencia de Aeropuerto

Con la licencia de vuelo del aeropuerto quedarían resueltos todos los problemas financieros, no del aeropuerto, si no de los socios.

En esta última etapa los gastos a realizar, sin tener fondos propios de ningún tipo y sin crédito, son necesarios para presentar un aeropuerto que impresione ante los nuevos inversores. Se contrata material y equipamiento, se inician obras innecesarias aún, como la urbanización de todos los terrenos, la pasarela del Ave, etc. La sociedad no tiene fondos ni forma de adquirirlos, pero se inicia una etapa de nuevas inversiones, con empresas nuevamente vinculadas a los socios, con cargo a una expectativa de
venta que hace incurrir en nueva deuda a la sociedad.

Esta nueva deuda, en cuantía cercana a los 80 millones de euros, se hace con empresas relacionadas con los socios. Igualmente se contrata con compañías aéreas que ponen como condición que, para venir a volar a Ciudad Real, se les tiene que garantizar el resultado entre sus costes de operación y los ingresos reales por viajeros.

Fase de explotación

Desde el 19 de diciembre, fecha de la apertura del aeropuerto al tráfico de pasajeros, al 30 de abril, fecha prevista de finalización de la diligencie iniciada con los inversores árabes, la sociedad debe de aguantar con el crédito de los proveedores y con las expectativas de ampliaciones de capital que nunca se cubrían.

De esta estrategia, que parte del consejo de administración, participan la totalidad de los socios. Ni una sola objeción a nuevos contratos ni a los gastos incurridos. La forma de financiar estas inversiones se hace mediante nuevos plazos de ampliación de capital.

En esta etapa, la más corta de todas, pues el aeropuerto sólo lleva ocho meses abierto, se suceden múltiples acontecimientos que cambian considerablemente la visión de los socios y administradores, motivando cambios en interior del consejo de administración. Los hechos más relevantes producidos en esta última etapa son tres: la intervención de CCM, la retirada de la oferta por parte de los inversores árabes, y la presentación de concurso necesario por un acreedor vinculado a la sociedad.

Esto motiva un nuevo cambio en la estrategia. Los terrenos de la zona logística se convierten nuevamente en el activo mas importante para poder salvar la compañía. La modificación de la LOTAU se ha producido, y la zona logística puede ser objeto de transacciones parciales (solo en teoría) que permitan obtener garantías y/o créditos con cargo a la misma.

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