Otro día de los Derechos Humanos

Mª Carmen Soánez Contreras, concejala de IU en el ayuntamiento de Ciudad Real.- Cada 10 de diciembre se conmemora el aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de la ONU, 64 años después y a pesar de que se han desarrollado un conjunto de instrumentos y mecanismos para asegurar el cumplimiento y respeto de los derechos humanos y para hacer frente a las violaciones de los mismos en cualquier punto del planeta se resiste su aplicación.

Desde el reconocimiento de que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” hasta la garantía de que “Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración” recoge en sus 30 artículos toda una serie de derechos que deben proteger y asegurar la libertad y la seguridad de las personas.

Ni que decir tiene que a diario se violan no uno sino todos los derechos reconocidos en esta declaración en cualquier rincón del mundo, pero en este momento podemos aterrizar en nuestro país para ver como se contravienen estos derechos a diario y con el consentimiento de las instituciones o al menos siendo partícipes con su silencio.

Pensando como haciendo honor a esta brillante declaración de buenas intenciones por parte de la organización de países que, voluntariamente unidos, pretender cobijar bajo su manto de influencia a la humanidad, bastará con hacer mención de algún artículo de ésta para comprobar su incumplimiento:

“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo”: paro merma en las prestaciones.

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”:  desahucios, negación de asistencia sanitaria a extranjeros, atención a dependientes.

“Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”,  represión y violencia contra manifestantes.

“Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental… el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.”: subidas reiteradas de precios de matriculas, material y libros junto a la rebaja de becas o ayudas.

“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación”: controles efectuados por razón de las características raciales entendiendo dichas características como el elemento determinante para sospechar de una conducta ilegal.

Si la igualdad es esencial e esta declaración, ésta es vulnerada de continúo con el  fenómeno de la corrupción (ya sea en forma de tráfico de influencias, o en forma de obtención de favores ilícitos a cambio de dinero u otros favores) y en ocasiones, llega a suponer una vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público por el interés privado de quienes se corrompen, suponiendo un exceso de coste económico para el país.

Si tomamos como esencial que el objetivo de esta declaración de DDHH  es evitar que la humanidad sufra de inseguridad; de miseria; por la mentira de los políticos hacia el pueblo; de impunidad; de impuestos que no se pueden pagar; de fomentar la inmoralidad; de evitar la ignorancia del pueblo y conseguir que las personas vivan en igualdad y con dignidad. Algo estamos haciendo mal, en algo están fallando los gobiernos los días que no son 10 de diciembre.

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