Abusos I. Talleres de miseria

fermingassolY nosotros llenando sus tiendas. Y sus dueños llenando sus bolsillos, cajas fuertes y cuentas bancarias. Y todos tan contentos. Y nuestra civilización tan evolucionada, vistiendo y calzando artículos tirados de precio a costa de chupar la sangre a hombres y mujeres, niños y niñas que mal-mueren en los talleres de la miseria.

Fuerte párrafo éste con el que comienza el artículo…pero ¿acaso la realidad lo es para menos? ¿Cómo es posible que exista todavía en pleno siglo XXI una integral que abarque al explotador que multiplica desmesuradamente sus ganancias con niños que lo son miserablemente, a base de exprimir un sudor aún inodoro?

Ha tenido que ocurrir la tragedia en Bangladesh en la que han muerto más de trescientas de personas para que por unos pocos días esta canallesca situación vuelva a salir a la luz. Hombres y mujeres, algún niño,…aplastados por los escombros de unos edificios en ruinas porque unos ruines sin conciencia prohibieron que los abandonasen. Unas vidas como precario valor residual.

Pero esta infamia no es nada nuevo. Hace ya bastantes años, en un curso de Comercio Exterior impartido por un baqueteado y corrido economista argentino, afloró el tema de la existencia de negocios que mantienen fábricas en las aguas internacionales. Personas que pasan años metidos en las bodegas de enormes buques-talleres hacinados y explotados a modo de  nauseabundos cebaderos que fabrican prendas para cubrir después nuestros esculpidos cuerpos.

La esclavitud en el mundo sigue existiendo. La pasividad de los gobiernos en donde se producen estos atropellos es escandalosa, su aquiescencia para mantener una sociedad subyugada y empobrecida es total. La sospecha de que sus gobernantes mantienen algún tipo de beneficio personal también. Y los hipotéticos mercados y clientes contribuyendo a que no sólo permanezca, sino a que tenga más éxito económico. Veintiocho euros al mes, ese es el precio pagado a su esclavitud.

En otro artículo hablaba de la solidaridad. Estos hechos no sólo la niegan sino que parecen hacerla imposible en el futuro. ¿Qué nos está sucediendo? Pues que nuestra memoria y sensibilidad se están acorchando por momentos. Parece mentira, pero cuanto mejor vivimos, menos solidarios y más insensibles y egoístas nos volvemos. Tenía razón Schopenhauer, “La riqueza es como el agua salada, cuanto más se bebe….más sed da.” Invito a meditar sobre la cantidad de este agua que a diario bebemos.

Fermín Gassol Peco

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5 COMENTARIOS

  1. Joder, Fermín…qué artículo más fuerte, huele a lejía…pero ya sabemos que la sociedad hoy pasa en demasiadas ocasiones del dolor ajeno…y si este dolor está a miles de kilómetros…pues…ya ni te cuento….

    • Muchas veces me he preguntado porqué nosotros hemos nacido en la cara más o menos amable de la vida. Que en esta lotería, hayamos conseguido, cuanto menos la pedrea. Muchísimos millones de personas…han vivido y viven sin que les haya tocado ni un mísero reintegro.

  2. Querido amigo Fermín: este tema que planteas, como muy bien indicas, no es nuevo en nuestra sociedad, ni por este hecho de Bangladesh va a dejar de existir, desgraciadamente. Ya hace años, con la entrada de los productos que se vendían en los primeros “Chollos” de Ciudad Real, y de la des-localización de las empresas de tejido, zapatos etc, como el caso de Inditex en España y otras en otros países, nos hacían ver que esto iba a ser a costa de una mano de obra basada en la esclavitud o al menos arropada en unas condiciones laborales muy alejadas de las que aquí teníamos. Nuestros productos elaborados en Europa, tenían el sello amparado en una legislación laboral con unas condiciones exigidas a los empresarios, muy acordes con el progreso de una sociedad que al menos intentaba acercarse a tener como referente en la producción a la PERSONA HUMANA, aunque esto supusiera una merma en los ingresos económicos de la empresa. Pero la avaricia de unos llamados “prohombres del linaje empresarial”, decidieron en un momento, que había lugares en este globo terráqueo, donde la vida de la persona no tenía valor, o al menos, muy alejado de lo valorado por nuestra civilización occidental.
    Esta paradoja, ha hecho no solamente que estos monstruos de empresarios, abusen de una sociedad desprotegida por sus gobernantes, el caso de la India, o China; si no que, además con el beneplácito de occidente nos han destruido económicamente, pues al mismo tiempo que ellos ganaban grandes cantidades de dinero, esquilmaban a la industria occidental, ya que era imposible competir con productos muchos más baratos que los nuestros, sin tener en cuenta para ellos, las diferencias laborales a la hora de elaborar dichos productos.
    Fermin, seguimos comprando ropas, zapatos y artículos muy baratos a costa de que nuestras empresas hayan desaparecido, con el consiguiente aumento del desempleo y además, hemos vuelto a sembrar la semilla de una fabricación de nuestros productos, basados en la reducción en el precio del producto elaborado, sin tener en cuenta a la PERSONA HUMANA; para que unos cuantos señores empresarios a los que se les considera un modelo o ejemplo se enriquezcan.
    Una OLIGARQUIA EMPRESARIAL, está pululando por este mundo sin ningún tipo de pudor, ni control político ni social, que a costa de tener más, ha sembrado una crisis que ya veremos a donde va.

    • Completamente de acuerdo con tu extensa explicación…Si lees la segunda parte…es la versión española del problema de la que hablamos tu y yo hace unos días. Un abrazo…concejal….

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