El gran Mónico

Manuel Valero.- Expirando el siglo XIX un chico joven y pobre partió de su Piedrabuena natal con otro compadre. Llegados a un punto del camino que ya se había despachado las alpargatas de los dos intrépidos soñadores, uno decidió continuar y regresar; el otro con los pies en carne viva, prosiguió solo. El destino no lo llamaba a voces sino a gritos. Se llamaba Mónico Sánchez Moreno, apenas sabía leer y escribir, pero estaba dotado de una inteligencia, una intuición y un espíritu emprendedor poco comunes, que sorprendieron a su primer maestro don Ruperto.

Manuel Valero
Su extraordinaria peripecia vital lo llevó al otro lado del océano, Nueva York, adonde llego sin casi saber inglés, se hizo ingeniero electrónico, trabajó como tal en grandes compañías, y se codeó con la aristocracia científica, inventó la maleta de rayos x portátiles que en la I Guerra Mundial salvó millones de vidas, y como un indiano triunfador y rico regresó a España. Las empresas de EEUU se lo rifaban y trataron de retenerlo con suculentos contratos pero don Mónico traía en un bolsillo la luz con la que iluminar el pueblo de la yedra. Si yo tuviera pasta no lo dudaba: produciría una película sobre un personaje que se va agrandando ahora, a medida que pasan los años. Al fin y al cabo el tiempo es relativo y la memoria necesita de una buena mesa de lustros para que vayamos entendiendo los perfiles del pretérito. O tal vez una novela.
mónico

Don Mónico, El gran Mónico, fue un indiano, no de tierras, sino de alta tecnología, lo cual resulta más asombro y así lo recoge el catedrático en Física Nuclear en la Universidad de Sevilla y gran divulgador científico, Manuel Lozano Leyva en su libro “El gran Mónico” (Ediciones Destino). Se me adelantó pero me alegro. Este hombre admirado y reverenciado por la comundidad científica internacional, sigue siendo un gran desconocido pese a los intentos de rescatar su vida y su legado como referencia para todo aquel que se ponga el mundo por montera en busca de su propio destino. Quien quiera saber algo más del hombre que llevó la electricidad a Piedrabuena, que montó una fábrica que exportaba a todo el mundo, sólo tiene que teclear su nombre en cualquier rastreador, descubrirá lo que realmente significó este personaje insólito cuyo invento fue admirado por Madame Curie. También puede acercarse al libro de Manuel Lozano, cuyo alegato promete y mucho.

Yo tuve y tengo la suerte de alimentar todavía una amistad de adolescente con uno de sus nietos, Eduardo Estébanez Sánchez y todavía recuerdo las aventuras que me contaba de su abuelo mientras trasteábamos sobre un viejo Ford desventrado en su casa de Piedrabuena que a mi me parecía sacado de las películas mudas.

Manuel Lozano lo rescata ahora en un libro escrito como si fuera una clase peripatética con un mensaje claro y reconocido por él mismo: dejar la cultura de la mamandurria y del llanto y mover el culo. Dicho así puede que suene grosero y esquinadamente incorrecto, pero los tiempos en los que el dinero público corría con la factura de todo y para todos, they are a changin. La vida y la hacienda y el lugar en el sol que a cada uno corresponde depende única y exclusivamente de cada uno, de su talento, su determinación, su perseverancia, y bueno, también de su buena estrella, pero no casi en exclusividad de la administración amiga, del partido aliado o del cargo vecino, generador de una cultura del apoltronamiento que atrofia las capacidades. Y engorda, engorda muchísimo. Claro que eso no significa que el Estado se desinterese por los más necesitados como reprochará más de uno, porque una Administración, junto a la sociedad civil, debe tener recursos y políticas que palíen la extrema necesidad. Obviamente se da por hecho. Pero el catedrático Lozano exhibe a don Mónico, como un portentoso ejemplo de superación y de emprendimiento, de un hombre que a su juicio, sólo cometió el error de regresar a España para instalarse en Piedrabuena, como queda dicho. Opinión discutible pero no exenta del todo de razón. En tiempos de crisis hay que mudar. ¿Crisis? Qué crisis. Don Mónico superó la crisis de Cuba, le guerra de Marruecos, la dictadura de Primo de Rivera, la I Guerra Mundial y la Guerra Civil…, dice el profesor Lozano Leyva.

Como cantaba Jarcha en su banda sonora de la Transición, en este país hubo una guerra, que acabó con la gran industria piedrabuenera. Me han contado historias sobrecogedoras de ese tiempo negro que todavía nos mantiene cogidos por la solapa, pero no ha lugar. Ya tengo escrito que lo único que diferencia a los vencedores, es eso, que vencieron y lo firmaron en granito en escuelas, iglesias y plazas públicas, condenando al ostracismo a la otra parte, tal y como hubiera hecho la otra parte en caso de alzarse con la victoria final. Pero en traspasar los límites de la crueldad humana fue una atroz partida cerrada a los puntos o por tablas. Don Mónico es devuelto a la actualidad por medio del libro “El gran Mónico” escritor por Manuel Lozano Leyva. Un ejemplo a seguir.

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10 COMENTARIOS

  1. Manuel,D. Mónico emprendió un arriesgado viaje y se convirtió en un ariete,un adelantado a la filosofía que hoy tanto se demanda, la de ser un emprendedor.Un saludo

  2. Es un honor ver aquí un artículo sobre uno de los paisanos más ilustres que ha dado la localidad de Piedrabuena. ¡Enhorabuena Manuel y gracias por el artículo!

  3. Monico Sánchez, otro olvidado, que es preciso reivindicar. Con película o sin ella. Ahora que se abre (pelicula mediante) de nuevo el debate Tesla /Edison, en el protagonismo de la electricidad; habrá que sumar al debate de nuevas fuentes de energía a la ‘Estrella de Piedrabuena’. ¿Tiene calle, plaza o paseo en el pueblo Mónico Sánchez?

  4. Don Mónico Sánchez, tiene por supuesto calle en Piedrabuena, también tiene un modesto busto de bronce, que como curiosidad está situado a nivel de calle por lo que la cabeza queda a la altura de la cabeza del viandante. El busto está situado junto al antiguo centro de salud que fué el lugar donde estuvo situada la fabrica de luz y su laboratorio. Curiosamente o mejor dicho afortunadamente, la casa donde vivió Don Mónico (que es de esta manera como se le sigue recordando en Piedrabuena), también se conserva, aunque creo que ya no pertenece a sus descendientes.
    También creo que en La Coruña, donde me han dicho que vive una de sus nietas, se le ha dedicado algún espacio museistico,(este extremo no lo puedo confirmar). Sería de justicia, que se le dedicara en Piedrabuena un museo donde recordar su vida y sus inventos, pero quien sabe que material de su época y propiedad intelectual se conserva. Hay anecdotas muy buenas sobre su personalidad y prestigio en el mundo, que han sido publicadas en libros sobre Piedrabuena y su personajes.

    • Mendana: entre os reconocimientos de Piedrabuena a Mónico Sánchez se te ha olvidado mencionar uno de no poca relevancia: el IES lleva su nombre
      En cuanto al museo de la Coruña te comento: el 4 de mayo del 2012 (el día de su cumpleaños ¿casualidad? ¿destino?) se inauguró en La Coruña la primera sede del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, dedicando a MSM un lugar relevante. El acto fue presidido por los Príncipes de Asturias. A modo de anécdota llena de significado, parece ser que al enseñarle la sala de MSM a don Felipe quedo tan impresionado que al saber que sus descendientes asistirían a la recepción que tuvo lugar a continuación, pidió conocerlos. Tuvieron una grata charla en la que insistió que España debería “poner en valor” a personajes como este e incluso llego a sugerir que la historia de MSM podría ser el argumento de una película.
      Ninguna nieta vive en la Coruña; los tres viven en Madrid, aunque con frecuencia se les ve tomando unas cañas por Piedrabuena
      Manolo, pienso ir al pueblo este mes; te llamo y, si cuadra, quedamos a tomar algo

      • Cierto, olvidé mencionar que el instituto lleva por nombre el de Don Mónico Sánchez.
        Aprovecho para desde esta modesta tribuna, pedir a quien corresponda, (toda vez que desde distintos ayuntamientos promueven museos a las ideas mas peregrinas), que se solicite a quien proceda que se habilite un espacio museistico en Piedrabuena a glosar y recordar quien fué Don Mónico Sánchez.

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