Enrique Granados, el nacionalista goyesco

Conceptos como Romanticismo, Nacionalismo, Impresionismo o Neoclasicismo son únicamente directrices estéticas que en ocasiones se interrelacionan en las obras de algunos compositores, convirtiéndose en un proceso de madurez artística a través de las diferentes etapas creadoras del músico.
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Durante los últimos años del siglo XIX y el primer cuarto del XX, aparecen una serie de compositores españoles que harán posible el resurgir de una música española equiparable por su gran calidad a las principales corrientes musicales europeas. Nos referimos obviamente a músicos como Isaac Albéniz, Enrique Granados y Manuel de Falla, quienes apoyados en las doctrinas nacionalistas de su maestro Felipe Pedrell articularán un lenguaje personal que partiendo de modalidades, giros melódicos y ritmos de origen popular, incorporará los principios del Romanticismo, el Impresionismo o Neoclasicismo en diferentes etapas que conformarán su actividad creadora.

En el caso del autor del que hoy nos ocupamos, Enrique Granados, podemos decir que por carácter fue un músico del romanticismo ya que por estilo su música para piano está en la línea de Schumann, Chopín o Listz aunque por otro lado gran parte de su obra esté aderezada con una importante savia nacionalista como podemos observar en las “Danzas españolas” para piano o en el gusto por el Madrid dieciochesco de la época de Goya que podemos apreciar en la suite para piano en siete números titulada “Goyescas”, obra que posteriormente fue reconvertida en ópera por el autor. Granados1También apreciamos este interés por el pasado en las diez “Tonadillas” para voz y piano al estilo antiguo sobre textos de Fernando Periquet inspiradas en el Madrid de finales del XVIII y principios del XIX, obra en la que se puede advertir incluso cierta inclinación hacia la futura estética Neoclasicista, aunque con la omnipresencia de los ritmos y giros melódicos populares. Así fue la grandeza artística de Granados capaz por un lado de improvisar y componer Valses sentimentales y Mazurkas para piano al estilo de Chopin o de hundir su inspiración en la vitalidad de las diversas regiones españolas y en la música madrileña del siglo XVIII.

A pesar de haber estudiado en París con Bériot entre 1887 y 1889 y mantener amistad con músicos como Viñes, Fauré, Dukas o Ravel entre otros, Granados a diferencia de Falla, no se dejó influir demasiado por la escuela francesa o por el incipiente impresionismo de Debussy, cosa que si ocurriría con el gaditano en algunas de sus grandes obras como por ejemplo en los tres nocturnos para piano y orquesta “Noche en los jardines de España”. El estilo de Granados se mantuvo más cerca de la sólida tradición que defendía la franco-belga “Schola Cantorum” de Vicent d`Indy  y que supo mezclar de forma original con el cromatismo y virtuosismo del último romanticismo y del  nacionalismo que su maestro Felipe Pedrell le inculcó.

Enrique Granados nació en Lleida el 27 de Julio de 1867 de padre cubano y madre santanderina. Su padre era capitán del ejército por lo que pasó su infancia en Canarias y más tarde en Barcelona tras el grave accidente que ocasionará la invalidez y posterior muerte de su padre. Las primeras lecciones musicales las recibió siendo muy niño de José Junceda. Ya en Barcelona ingresó en la Escolanía de la merced dónde estudió con Francisco Javier Jurnet  aunque el perfeccionamiento técnico llegó con Juan Bautista Pujol. Los estudios con Felipe Pedrell completaron definitivamente su formación orientándole hacia la senda del nacionalismo.

Su gran talento como pianista le hizo granjearse merecida fama como niño prodigio, obteniendo en 1883 el primer premio del concurso de la academia para pianistas noveles y ofreciendo en 1886 su primer concierto público de importancia. Gracias a su genio, dos importantes mecenas le ayudaron en su carrera; el comerciante barcelonés Eduardo Conde y el famoso doctor Salvador Andreu que le ayudaron en los años de estudios en París con el pianista Bériot entre 1887 y 1889, como ya señalamos anteriormente. A su regreso de París se dedicó en Barcelona a la enseñanza de piano fundando la “Academia Granados” en 1901  en la que se formarán algunos de los grandes intérpretes del siglo XX y por supuesto a la composición, surgiendo obras como las “Danzas españolas” en 1892 que atrajo la atención de importantes compositores europeos como Massenet, Grieg, Saint-Säens o Cesar Cui, quienes expresaron públicamente su respeto y admiración por el compositor español o la ópera María del Carmen” estrenada en el madrileño Teatro Circo Price el 12 de Noviembre de 1898 y que supuso otro gran éxito para Granados siéndole concedida la condecoración de la Cruz de Carlos III.
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En 1909 comienza Granados a interesarse por la música de cámara colaborando con violinistas como Jacques Thibaud o con su paisano el violoncellista Pablo Casals para lo cual fundó una “sociedad de conciertos” que salvaguardara este tipo de género. De esta época datan obras como “Quinteto para piano en sol menor” op. 49 para piano y cuarteto de cuerda, “Serenata” para dos violines y piano (1914), “Madrigal” y “Trova” para violoncelo y piano (1915), “Sonata” para violoncello y piano y “Sonata” para violín y piano o “pequeña romanza” para cuarteto de cuerda a destacar entre  gran cantidad de excelentes obras de cámara.

En cuanto a obras para orquesta Granados escribió algunas suites y poemas sinfónicos, destacando la suite “Elisenda” inspirada en un poema de Apeles Mestres, “Suite sobre cantos gallegos”, “Suite Árabe” y el poema sinfónico “Dante” así como algunas otras obras que se encuentran inacabadas.

El definitivo éxito y reconocimiento mundial, llegó para Enrique Granados en 1914 cuando en la sala Pleyel de París se interpretó la serie completa de las dos suites en siete números para piano “Goyescas”. Tal fue el éxito que la Ópera de París encargó al compositor preparar una gran ópera, para lo cual Granados partiendo de las estructuras pianísticas de las dos suites para piano y usando libreto de Fernando Periquet compuso la ópera homónima “Goyescas”. El compositor marchó a Suiza para terminar la partitura en casa del musicólogo Kurt Schindler donde fue sorprendido por el estallido de la primera guerra mundial. La situación derivada de la contienda hizo que se suspendieran las actividades artísticas en la capital francesa. Es así como finalmente se proyectó el estreno de la ópera “Goyescas” en el Metropolitan Opera House de Nueva York siendo incluida en la programación de la temporada 1915-16.

Enrique Granados y su esposa Amparo partieron en Noviembre de 1915 del puerto de Barcelona en el buque “Montevideo” rumbo a Nueva York. Dada la situación de guerra un viaje de estas características no estaba exento de cierto riesgo. Las verificaciones a que fue sometida la nave y el temporal que acompañó gran parte de la travesía, provocó que el viaje se alargara más de la cuenta llegando a durar 15 días en vez de los 10 planeados. En cualquier caso los ensayos comenzaron a mediados de Diciembre de manera frenética aunque ya Pau Casals hubiese dirigido previamente algunos ensayos. El estreno tuvo lugar finalmente el día 26 de Enero de 1916 con un grandísimo éxito. Tras el triunfo se sucedieron cócteles, recepciones ya que la sociedad neoyorkina estimaba como un gran honor contar con un músico europeo de prestigio, tanto fue así que el matrimonio Granados se vio obligado a retrasar la vuelta a España que iba a tener lugar a bordo de un barco español, que como neutral en la guerra, gozaba de ciertas garantías. Todo fue debido a una invitación del presidente Wilson para que Granados actuara en la Casa Blanca, como homenaje por su triunfo en América. La recepción y el concierto en la Casa Blanca tuvo lugar el 7 de Marzo embarcando rumbo a España el 11 de Marzo de 1916 en el puerto de Nueva York. Harían la travesía hasta Inglaterra en el SS Rotterdam de bandera holandesa y hasta Francia atravesando el Canal de la Mancha en el Sussex de bandera francesa.
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A las 14:50 h. del 24 de Marzo de 1916 un submarino Alemán UB-29 torpedeó el Sussex aparentemente confundiéndolo con un minador. El barco se partió en dos quedando la popa a la deriva y hundiéndose la proa en instantes. Aunque el camarote del matrimonio Granados se encontraba en la popa, que no se hundió y pudo ser remolcada a puerto como vemos en la foto, el matrimonio Granados falleció ahogado junto a otras ochenta personas que perdieron la vida en esta lamentable catástrofe.

La desaparición del músico español conmovió al mundo sucediéndose gran cantidad de homenajes como el que tuvo lugar en el Metropolitan Opera de Nueva York  organizado por Pau Casals en el mismo escenario en el que poco tiempo antes se representaba con gran éxito la ópera “Goyescas”.

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4 COMENTARIOS

  1. Buenas tardes. El texto da a entender que el Quinteto para piano op. 49 es de fechas próximas al 1914. Sería conveniente remarcar que el estreno de esta obra tuvo lugar casi veinte años antes, en 1895, en el Salón Romero de Madrid.

    Un saludo.

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