Alonso en la leyenda de Ferrari

A41Como el mismo Alonso reconocía hace unas semanas, conducir para Ferrari es un ticket para entrar en la historia de la F-1, la pátina de mitomanía que cubre a los pilotos-Ferrari no tiene comparación alguna en otros equipos sean del pasado más o menos lejano o de la triunfal actualidad. “La gente por la calle te saluda por ser piloto de Ferrari, no por ser campeón de tal o cual especialidad”, esta sería la frase general a muchos de los conductores que se han sentado en un coche de la mítica “Scuderia”

Presente desde el inicio del Campeonato Mundial de Conductores de Fórmula Uno, aunque como equipo ya había hecho competir vehículos de Alfa-Romeo en el período entre-guerras a los mandos del legendario Tazio Nuvolari, la “Scuderia Ferrari”, dirigida con mano de hierro por el mítico “Commendatore”, ganó pronto un merecido prestigio gracias a competir en cuantas especialidades se ponían en medio, así como dotar de vehículos deportivos de extremado lujo a los “ricachones” de la época, sin contar las estrellas del celuloide o los miembros de la realeza europea. En F-1 la verdad es que, siendo siempre referencia, sus títulos quedan por debajo de lo esperado para tanta mitología. Los éxitos de sus pilotos se distancian demasiado, salvo la “Golden Era” de Schumacher-Brawn y Todt, auténticos artífices del sello Ferrari para el s.XXI, pese a quien pese (Montezemolo, por ejemplo). Ascari (1952-53), Fangio (1956), Hawthorn (1958), Surtees (1964), Lauda (1975-77), y Scheckter (1979) consiguieron ocho títulos de pilotos a los mandos de un Ferrari, siendo cuatro de ellos en la década de los cincuenta… no es para tanto en treinta ediciones del campeonato, máxime si para conseguir que otro de sus conductores ganara el título individual tuvieron que pasar la friolera de veintiún años (Schumacher, 2000). En esos años, evidentemente Ferrari, que siempre ha contado con los mejores pilotos disponibles (Clark, Stewart, Brabham, Senna o Piquet, jamás condujeron para Ferrari) obtuvo el Campeonato Mundial de Constructores en varias ocasiones, lo que todavía lustró más el escudo de “il cavallino rampante” y atrajo a futuras generaciones de pilotos a querer entrar en tan selecto club, entre otros a nuestro campeón patrio, Fernando Alonso.

alonso01  El asturiano que es tan buen piloto como mal elector entre las monturas que se le ofrecen, “desairó” a Ferrari en los inicios de su carrera, cuando conducía para Minardi y, cuentas las malas lenguas que el mismísimo Jean Todt, despechado por el bisoño piloto español, juró que éste jamás se montaría en un coche rojo de Maranello, mientras él fuera jefe del equipo… como así sucedió. Alonso que gracias a sus diecisiete victorias con Renault consiguió arrumbar los récords de Prosa, Arnoux y Cía., en la compañía gala, atravesó su propio calvario particular, tras su fiasco con Hamilton y Dennis en la tormentosa temporada 2007 en McLaren, y cuando Todt se marchó para presidir la FIA, desembarcó más contento que unas Pascuas en el equipo de sus sueños, dispuesto a reverdecer sus laureles particulares y así ensanchar todavía más la fama global del mito italiano. Se juntaron el pan, con las ganas de comer, como reza el dicho.

alonso03Ya ese año de 2010, la ferocidad del asturiano le hizo vencer en cinco carreras (hasta hoy su mejor registro en una temporada con los coches rojos), obtener otras tantas posiciones de podium, aderezados estos registros con dos poles y cinco vueltas rápidas que no impidieron, a pesar de lo brillante del conjunto, que los chicos de Red Bull los engañaran como “pardillos” en aquella triste noche de Abu Dhabi, cuando el señuelo de Webber escondió la opción verdadera que fue el primer título de Vettel. Por segunda vez en su carrera deportiva, Alonso perdía el título de pilotos en la última carrera, habiendo llegado a ella con puntos de ventaja sobre sus rivales, luego vendría otra decepción más en 2012.

Hasta su triunfo en el GP de España de este año, Alonso ha logrado 11 victorias de las 221 que Ferrari ha conseguido en las 889 carreras que se han disputado. Gracias a ese registro que sin duda incrementará, ya que se ha hartado de repetir que su trayectoria en las carreras se acabará en Ferrari, Alonso es, “ex-aequo” con Massa (11 victorias), el quinto piloto más laureado, de los treinta y siete que han ganado al menos un Gran Premio con la marca de Maranello. Por delante de él se encuentran las tres piedras angulares de la catedral ferrarista, la Santísima Trinidad del Cavallino: Ascari (13 victorias), Lauda (15) y Schumacher (72); dos de ellos fácilmente a tiro, mientras que el alemán se nos antoja extraterrestre. Si las victorias se encuentran al alcance de sus posibilidades, los Campeonatos parecen estar mucho más caros ya que de esos 37 pilotos ganadores con Ferrari, sólo siete de ellos fueron campeones con la “Scuderia”, si bien los dos mayores mitos de la F-1, Fangio y Schumacher, fueron los únicos campeones mundiales que engordaron su palmarés con al menos un título ferrarista.

alonso02Puestas así las cosas, y a pesar del “run-run” veraniego que situaba al de Oviedo como sustituto de Webber en el equipo energético (muros más grandes han caído), mucho nos tememos que Alonso, al que todavía quedan no menos de cinco años en la cresta de la ola, renovará con Maranello y conseguirá, a base de éxitos, grabar su nombre en la leyenda de la marca más legendaria. Ya ha conseguido un grado importante y lo otro está por llegar ¿por qué no a partir de Spa?

Juanma Núñez
ElchiringuitoA41

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