Acabó el sexto Dakar americano con el histórico hito del doblete español en coches y motos y el no menos epatante registro de victoria en cuatro ruedas para Joan “Nani” Roma que acompaña la lograda hace diez años en motocicletas. Perfecto.
Dakar
Ante todo fe de erratas: en nuestro artículo anterior atribuíamos la doble victoria coche y motos al recordado Cyril Neveu, cuando en realidad era su compatriota Hubert Auriol el que, junto a Stephane Peterhansel, pertenece a ese selecto club, convertido ahora en trío con la victoria de Roma. La victoria de “Nani” (que no por merecida, es menos polémica) se cimentó en las dunas pero se cerró en los despachos cuando la dirección del equipo Mini-BMW decidió asegurar el doblete y la victoria del catalán contra las aspiraciones de “Monsieur Dakar”, Peterhansel, que aspiraba a su 12ª victoria (ya tiene 5 en coches y seis en motos) y transitaba a sólo 26 segundos faltando dos etapas, atacó al español en la penúltima y le endosó otros seis minutos que se hacían poco menos que irrecuperables para Roma que conocía intranquilo las intenciones del francés. 
No obstante, las órdenes de equipo se hicieron evidentes y “manu militari” Stephane Peterhansel detuvo su coche en plena llanura y esperó que el español le sobrepasase, empañando, de paso, el estupendo “raid” firmado por Roma que cimentó su resultado en los excelentes cronos de la primera semana y consolidó su éxito en la segunda, donde sí noto la presión de Peterhansel y Al-Attiyah, en realidad, según muchos informadores sobre el terreno, el auténtico beneficiado de un choque hispano-francés.
Y Coma
La inevitable rima de nuestro doblete y sus protagonistas hace que debamos poner en un pedestal el triunfo en motos, cuarto para Marc Coma que alterna desde 2005 con Cyril Despres los éxitos en dos ruedas. Marc, como “Nani”, también tuvo un dominio abusivo sobre sus contrincantes donde sólo su compatriota Barreda resistió hasta la avería y cuyo margen sobre el segundo clasificado fue extendiéndose lenta y paulatinamente. 
Así, el desierto y los riscos andinos que tantas veces malogran los esfuerzos de los pilotos, en esta ocasión han sido dioses justicieros y han asignado la victoria a dos buenos tipos (da igual si son de los nuestros), dos personas cabales, dos pilotos tan serios comos humildes.
Montecarlo
Quien te ha visto y quien te ve. El otrora emblema de la competición invernal en “rallies”, el legendario Montecarlo fue cayendo en el olvido poco a poco por los intereses, no siempre limpios, del “tío Bernie (Mr.Ecclestone, please) que, como ocurrió con las carreras de Sport-Prototipos (hoy Resistencia), fue apartando del objetivo mediático que pudiera enturbiar su monopolio de la F-1. A
sí, el “Monte” fue faltando año sí, año no, en el calendario del Mundial de Rallies y su antigua fama se trasladó al siempre versátil Dakar que ha acabado engullendo informativamente la cita monegasca que este año debe agradecer al expiloto de F-1 Robert Kubica su participación y animación, como decimos, mediática. Kubica, que tras su terrible accidente precisamente en un “rally” menor, se ha empecinado en ser una estrella en las carreras fuera de pista, donde ya corre en la primera división (WRC) tras un duro aprendizaje en la escala inferior, acometió desatado los dos primeros tramos sobre nieve y, gracias a su privilegiada posición de salida (en las profundidades de la clasificación) se encontró con la carretera apta para el uso de neumáticos lisos que le favorecieron a tal punto que registró, de entrada, los dos primeros “scratchs” sorprendiendo a propios y extraños, incluidos los favoritos para la victoria final. El accidente del polaco quitó “salsa” a la competición en donde otro “Sebastián”, en este caso Ogier, lleva camino de monopolizar el Campeonato recién estrenado y del que defiende título con una victoria sin apreturas tras el abandono de Neuville y el retraso de Latvala. Lo cierto es que el Mundial, donde el español Dani Sordo prosigue su aventura (¿calvario, tal vez?) ahora en las filas Hyundai, está muy por debajo de lo que fue en términos competitivos y cuando una marca apuesta por él, parece que las otras se retraen, dejándole hacer. 
En el pasado ocurrió con Citröen y Sebastián Loeb y ahora está ocurriendo con Volkswagen y Sebastián Ogier (o sólo ha empezado). Un dato para los maquiavélicos: tanto franceses como alemanes buscaron para desarrollar su coche a Carlos Sainz y ambos estuvieron respaldados (Volkswagen lo está en la actualidad) por la omnipresente Red Bull. Es una forma de verlo pero ¿quién impedirá que “Carlitos” Sainz Jr. llegue hasta arriba?
Juanma Núñez
A41- Todo Motor
