Muy asegurado de sí mismo

Fermín Gassol Peco.- No hay cosa que “realice” y envalentone más a los seres humanos que estar seguros de sí mismos. El problema lo padecen quienes están al lado, sobre todo si esa seguridad se traduce en una anulación de las iniciativas de quien opina distinto.
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Si además de estar seguro de sí, el afortunado tiene también asegurado el futuro en caso de que le falle la manera de ganarse la vida, que la muerte la tenemos segura todos de manera gratuita y sin franquicia, la sensación paradójicamente debe ser…”para morirse”. Fue lo que le sucedió a un ciudadano chino metido ya en años que no tenía ni un órgano sano; un “mal” día sus vecinos le regalaron un seguro médico que cubría todas las prestaciones y servicios para atajar los males que pudiera tener; y el “desgraciado” agraciado, falto de costumbre en manejar tanto bienestar, no supo utilizarlo y cayó muerto de tanto seguro como le vino encima.

Hoy aseguramos todo; cosechas, empresas, vehículos, viviendas, vacaciones y como no, todas las partes de nuestro cuerpo; la estética es la estética y en la profundidad de la escala de valores actual resulta más vital que nunca. Cada uno intenta asegurar aquello de lo que vive y aprovechando el interés por esto, una importante empresa del ramo que tiene a gala asegurar todo lo que pueda uno imaginarse, ha plasmado las cantidades con las que unas determinadas personas han asegurado las partes más fructíferas de su cuerpo, quizá como reclamo publicitario.

Resulta muy curioso el baremo que figura en la relación aportada. Es claro que un pianista que se queda manco solo tiene la vía para silbar o el cantante que pierde la voz, la calle para correr. Sin embargo existen partes que también se aseguran y que tienen su aquel. Hay quien asegura su cara, sus dientes; muchas modelos aseguran pechos, piernas y deportistas de élite tobillos y manos. Pero el seguro que más me ha llamado la atención es el suscrito por un “fenómeno de la naturaleza” que tiene asegurado su pene; divertida “herramienta” para ganarse la vida. Sin embargo no debe ser gran cosa la “cosita” porque la suma asegurada dista mucho de las cantidades que cubren por ejemplo unas simples narices y por supuesto muchísimo menos que las nalgas de algunas modelos y actrices.

Lo que resulta un poco descorazonador es el hecho de que la aseguradora no habla de nadie que tenga asegurado su cerebro. Es un ejemplo más de lo poco que utilizan esta herramienta estos privilegiados para ganarse la vida. Tampoco conozco a ninguna aseguradora que nos asegure el futuro, así sin más condicionantes y apellidos, simplemente los buenos momentos que el incierto mañana nos pueda ofrecer. Ese ramo está por descubrir y podría responder al nombre de “seguros de la felicidad futura”; creo que tendría mucho tiro….comercial, aunque la prima para cubrirlo sería elevada.

Porque ¿quién le pone una franquicia y un tope máximo al concepto y deseo de ser felices? Que como dijo Séneca, “todo el mundo aspira a una vida dichosa pero nadie sabe en qué consiste”. Tal es el elevado riesgo que comporta este ansiado anhelo que tenemos.

Al fin y al cabo el mañana siempre se antoja como algo irrenunciable, que ya lo dijo Woody Allen “el futuro es lo que más nos interesa porque es donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas”.

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6 COMENTARIOS

  1. Me podría enrollar un rato con esto, pero me conformo como Jesulín de Ubrique con dos palabras: Carpe Diem.

    Y si mañana me despierto, pondré la misma cara de alegrìa que cada mañana: un día más. Ese es el único y mejor futuro. Un día más. El resto es comprar «preferentes».

    Por cierto, espero que en tu reunión con la alcaldesa hayas conseguido algo más que buenas palabras.

      • Ya te digo que funciona! Por muy jodido que sea el dìa que comienzas -y hay algunos donde las nubes pesan como el plomo fundido- más vale poder levantarse y pasarlo mal, que estar en un expositor del Camino de la Guija….va de retro….

        Estaría bien que uno de los cafelitos filosóficos de Rafael Robles en la Birdy fuera en torno a esto «el reto de sacar los pies de la cama cada día» ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? Porque el día ese de las nubes….anda que no cuesta…

        Mi antídoto es pasar por la habitación de mis retoños por la mañana, nada más levantarme, y es como meterse Queroseno en las venas, ahí ya empieza bien el día, cuando te gruñen por haberles levantado. Ahí sabes que va a ser un buen día, como canta Serrat.

        • Sí Blisterr, los hijos son los que nos hacen mover el culo. Yo hace tiempo que dejé de arrullarlos…por la noche, que al amanecer, el volante era el que me arrullaba a mí.

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