El Brujo: “No saben ni que existe el Festival de Almagro. Estamos gobernados por unos piezas bastante burros”

J. Carlos Sanz.- Rafael Álvarez no se muerde la lengua. Treinta y cinco años sobre los escenarios es tiempo de sobra para no andarse con chiquitas. Su trayectoria es un termómetro y cree haber detectado la enfermedad crónica que padecen las artes escénicas. Una dolencia que se ha visto recrudecida durante la etapa democrática y cuyo síntoma principal no es otro que anemia cultural, debilidad extrema debido a la falta de nutrientes básicos. Esta clase de manifestaciones se alimentan del público, del apoyo que presten las administraciones, del grado de difusión que le otorguen los medios de comunicación e incluso de la fortaleza implícita en el propio oficio.

El Brujo, un encantador de audiencias
El Brujo, un encantador de audiencias


Sin embargo, prevalece la inanición. Para El Brujo, el teatro está famélico mientras que otras disciplinas como por ejemplo el fútbol gozan de una atención excesiva, de privilegios fiscales (un IVA reducido en comparación con el 21% con que se gravan los espectáculos culturales) y crean bacanales sociales que se deleitan ante lo que consideran un hecho transcendental.

Son las causas letales de una sociedad “cutre” donde la zafiedad es el santo y seña, donde se habla mal y se ha perdido la conexión con el patrimonio dramatúrgico del siglo de Oro. Mensajes que El Brujo filtra con elegancia con “Cómico”, un espectáculo en el que teje una telaraña de humor, fascinación y crítica. Una fiesta teatral despojada de cualquier elemento escenográfico donde Rafael  hace de encantador de audiencias, confesor de su vida entre bastidores y donde tira la piedra sin esconder la mano. Apología de la mística como verdadero camino para el autoconocimiento, citas a Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz para reafirmar lo anterior y dosis de sarcasmo furibundo contra una clase gobernante repleta de mastuerzos.

Gobiernos a los que no le duelen prendas subir el IVA cultural para torpedear la rentabilidad del oficio y la accesibilidad de la gente a las artes escénicas, para obstaculizar la posibilidad de participar en ese ritual que es el teatro como “encuentro de almas para hacernos más íntegros en todos los aspectos”. A tal grado de perplejidad respecto al poder llega El Brujo que no se corta un pelo cuando menciona al propio Jefe del Estado como alguien que en más de 30 años  nunca ha acudido a la inauguración del festival de teatro clásico de Almagro.

Anoche estuvo en el auditorio de Puertollano, de la mano de Fundación Repsol, para llevarse al público de calle. Horas antes de la representación, MiCiudadReal conversó con este demiurgo de las tablas. De todo lo anterior y de más cosas nos habla en la siguiente entrevista:

J. Carlos Sanz: Dicen las críticas que “Cómico” es un ejercicio de desnudez creativa, una destilación para mostrar la esencia del actor ¿El Brujo ha decidido vaciarse como reivindicación del oficio teatral debido a los tiempos que vivimos?

Rafael Álvarez: Ten en cuenta lo siguiente. Cada vez que  uno se sube al escenario se vacía, sales completamente extenuado, cansado pero al mismo tiempo con una energía renovada. Es un espectáculo donde prima el humor y la risa. Un cómico es alguien que hace reír al público, que le hace olvidar el tiempo pasado y el futuro devolviéndolo al gozo del instante presente con algo tan sencillo como contar un chiste. Eso es la comedia.

J. Carlos Sanz: ¿Viene a cuento hacer algo así cuando para mucha gente la situación de hoy en día no tiene ninguna gracia?

Rafael Álvarez: Por supuesto. En las etapas duras de la historia, las comedias han funcionado muy bien y el público muestra necesidad de ello. En la segunda guerra mundial, por ejemplo, los espectáculos de cabaret y de humor estaban a la orden del día. Hoy en día la comedia funciona, la gente necesita olvidar la pesadumbre y los problemas, quiere reírse y así lo estoy comprobando con este espectáculo el tiempo que llevo girando este montaje.

Brujo1

J. Carlos Sanz: ¿Le cansa que le pregunten sobre la subida del IVA cultural y cómo está afectando a las salas y compañías?

Rafael Álvarez: Me cansa la subida del IVA cultural en sí y me gustaría que no hubiera necesidad de hacer esa pregunta. Hace poco, a otro periodista le contesté que lo que más ofende, lo que es inconcebible es que espectáculos como el fútbol gocen de un IVA once puntos más barato y no se dé una explicación clara de porqué es así. No sé en qué criterios se basan para que el fútbol sea más barato que el teatro. Si hubiera una explicación razonable hasta me daría  por satisfecho de pagar el 21%.

J. Carlos Sanz: ¿No será que para determinadas administraciones públicas la industria cultural no llega a ser un elemento generador de riqueza ?

Rafael Álvarez: Si eso fuera así sería síntoma de incultura e ignorancia de un gobierno. Pensar de esa forma es una grosería porque sólo se estaría primando la riqueza material. Es algo tosco, resultaría alarmante y prefiero pensar que no es así.

J. Carlos Sanz: En su blog personal ha publicado un post reciente titulado “Por caridad” donde llega a lamentar “la falta de apoyo total de la sociedad, los medios de comunicación y la pérdida de la noción del significado y el valor real del teatro”. ¿Se siente decepcionado o descreído con la sociedad en su conjunto por no valorar al teatro como se merece?

Rafael Álvarez: No me siento de ninguna de las dos formas. En el blog constato un hecho que se da con frecuencia en, por ejemplo, cualquier medio de comunicación. Dedican mas páginas a un equipo de fútbol, sea de la categoría que sea, mientras que a noticias culturales, si acaso, dedican una página. Eso es síntoma de una sociedad bastante cutre.

Otro ejemplo más. El rey suele ir a los partidos de fútbol mas relevantes; cómo se entiende que un monarca español no haya ido nunca a la inauguración de un festival de teatro clásico como es el de Almagro que se basa en el siglo de Oro español, ligado a una etapa histórica importante como fue la monarquia de los Austrias, con un patrimonio excelente gracias a Lope de Vega, Cervantes o Calderón de la Barca. Nunca han ido en estos 30 años,  no saben ni que existe este festival de teatro. Eso es muy sintomático de que estamos gobernados por unos piezas que son bastante burros.

J. Carlos Sanz: Llevas 35 años sobre los escenarios ¿En todo este tiempo has observado que se haya producido  un deterioro del vínculo entre sociedad y teatro?

Rafael Álvarez: Pues sí, ha habido un deterioro progresivo. En cambio, hay dos cosas que han cogido sobredimensión exagerada en este país: la prensa del corazón y el fútbol. Ojo, estas manifestaciones siempre han estado ahí pero en los últimos años la exageración del asunto es patológica. Cuando una cosa es tan exagerada algo pasa, hay que acudir al médico.

J. Carlos Sanz: Esta patología que bajo su óptica afecta negativamente al teatro, a las artes escénicas en general ¿Obliga a que hoy en día la gente del oficio tenga que reinventarse para que haya rentabilidad y se siga atrayendo al público?

Rafael Álvarez: El teatro es una manifestación de la cultura interesante pero también he de confesar que está deprimido. La pérdida del significado, del valor implícito no es sólo achacable a esa falta de apoyo de la sociedad, instituciones o medios de comunicación. La gente de la profesión también estamos desmoralizados, algunos saslen a escena de forma rutinaria como para cumplir el expediente. Lo que se deteriora es el ritual, la importancia que tiene esa ceremonia social en la que cuando hay fuerza, energía, luz y poesía supone un acontecimiento inmenso. En teoría, la gente del oficio tenemos la obligación de aspirar a un encuentro con esa manifestación de cultura que nos eleve, nos haga más sensibles, más humanos, más tiernos y mejores personas. Esa es la función de la cultura, propiciar que las personas seamos más íntegros en todos los aspectos.

J. Carlos Sanz: ¿Cultura para entretener o cultura para hacer pensar?

Ambas cosas no van reñidas. Las manifestaciones culturales han de conmover. Es una forma de pensar no sólo con el cerebro si no donde también se implican los sentidos y la imaginación, donde hay más amplitud que si se le da al coco sin más. El teatro y las artes escénicas no deberían estar reñidas con la diversión porque el público está gozando y al mismo tiempo experimenta lo anterior.

J. Carlos Sanz: ¿Qué quedará del teatro tras esta época convulsa que vivimos? ¿Hay cura?

Rafael Álvarez: El teatro no se destruirá nunca, habrá siempre una necesidad creativa porque también es una necesidad humana y social. Se seguirá renovando y si no se inventará otro ritual.

Relacionados

14 COMENTARIOS

  1. Pues uno sí que echa de menos verle en el escenario. Es un genio, y eso es lo importante. Otros con mucho menos bagage sí que son unos auténticos pagados de sí mismos y de nuestros impuestos y, aún así llevan todo el rato comparsa que les anuncia allá donde arrastran su mediocridad.

    El Brujo puede gustar o no, puede caer bien o no, pero el que ha ido a verlo queda «embrujado»…dejando aparte temas de rencillas, envidias o diferencias ideológicas ajenas al escenario.

    Yo, señor Maldonado, creo que de esta entrevista hay que sacar un montón de conclusiones, y que todas ellas sirvan para que el Festival sea cada vez mejor. Tome nota y reflexione, porque este señor ni dice lo que dice para tirarse piedras en si tejadp, sino para que ustedes los políticos hagan lo que la sociedad les pide. Ni más ni menos.

  2. Como se le ve el plumero al facherío…yo vi al Brujo hace muuucho tiempo y es verdad que echó una cojonuda reprimenda a unos chavales de gallinero…justificada porque el tío hace monólogos y se pierde la concentración y es fácil de entender… lo que no entiendo es que el alcalde de Almagro hable de que nadie le echa de menos… acaso el representa y ha preguntado a todo el municipio? como jode que pongan de vuelta y media a los de la cuerda política, pues joderos.

  3. Ainsss ese Lázaro Brujo grande grande grande, no necesita a nadie más para llenar el escenario. Pa los envidiosos sin talento ajo y agua y para los políticos mediocres ni eso.

  4. Al teatro y a los conciertos se debe llegar a su hora. incluso antes….lo contrario es ser un maleducado y, normal que te echen, no ya la bronca, sino que te echen del teatro y no te dejen entrar…..y aunque pagues la entrada no dejas de ser un pasotita y un malcriado que molestas a los actores y al público….¿Quien te crees que eres para hacer eso?….

    Por lo demás El Brujo es un Maestro….

  5. Con dos cajones y diciendo verdades como catedrales y sacando los colores a politicuchos aunque le duela a Maldonado y a los mediocres que no han visto una obra de teatro en su triste vida.

  6. Sin buenas preguntas no hay buenas respuestas, buen trabajo J.Carlos, son malos tiempos para la Lírica pero quién resiste gana.
    Al alcalde de Almagro y a M.Valero, que les den. Cuantas veces ha pisado Valero un escenario para saber, lo que jode, un hecho como el que narra ocurrido en C.Real y por cierto, señor escritor, pagar una entrada te da derecho a ver un espectáculo no a llamar gilipollas a nadie y dudo, que hubieras tenido pelotas para decírselo.
    P.D.: Manolo, en vez de escritor, que todo es para tu buchaca, como no te hiciste monjita de la caridad, hipócrita.
    PAJADITOS PODAQUI……

  7. Valero me gustan tus escritos y tus libros, pero no la descalificación que haces de alguien que lucha por el teatro y que además se gana la vida honradamente con el. Entiendo que pueda no gustarte este actor, pero darle de la manera que le das no es de recibo, tanta tertulia en la tele te está haciendo perder el Norte coño.

  8. El Brujo no abronca a nadie, se queda en silencio y mira a los que forman barullo y después aclara que lo suyo es un monólogo y que están a tiempo de marcharse si consideran que se aburrirán y el resto de la gente le aplaude agradeciendo que los libren de moscardones. Lo he visto en varios escenarios en la provincia y fuera y siempre es igual. Y los que hemos hecho teatro amateur ,si no mandamos callar a la gente es porque nos faltan gónadas aunque nos sobren las ganas

  9. Que pardillo Maldonado, ahora resulta que el Festival de Almagro es de un alcalde y de una ideología, cuando el Festival vive gracias a la repercusión que tiene en el resto del pais y parte del extranjero, miopes y torpes estos politicuchos.

  10. Dice el Maestro de los escenarios que: «…Estamos gobernados por unos piezas bastante burros».., pero creo que en el fondo lo que quería decir es que «..Estamos gobernados por unos burros bastante piezas».

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img