Cómo reventar el Sistema político “desde dentro”

ciuadadano-en-blancoTenemos un Sistema político antidemocrático. Vamos a intentar encontrar la forma de reventarlo “desde dentro”, con una fuerza política democrática (y por tanto antisistema), que supere todas las barreras del Sistema, obtenga mayoría absoluta en unas elecciones y ponga en marcha un nuevo proceso Constituyente, pero, esta vez, democrático.

Para conseguir eso primero tenemos que comprender a lo que nos tenemos que enfrentar:

1) Una Constitución que:
– No garantiza los derechos fundamentales (sanidad, educación, vivienda…) de las personas (desde su última reforma, menos).
– No garantiza la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.
– Impide la Separación de Poderes.
– Establece mecanismos de discriminación (circunscripciones) contra las fuerzas políticas pequeñas o emergentes.
– Impide que los ciudadanos controlen su cumplimiento al dejar esta misión en manos de órganos políticos (Tribunal Constitucional).
– Impide que los ciudadanos puedan exigir a los políticos el cumplimiento de sus programas electorales (veto del mandato imperativo).

2) Una Ley Electoral que:
– Incluye mecanismos discriminatorios contra las fuerzas políticas pequeñas o emergentes: circunscripciones, umbral mínimo de votos, método D’Hondt.
– Incluye la Censura de forma legal, al distribuir los espacios mediáticos discriminando, otra vez, a las fuerzas políticas pequeñas o emergentes.
– Discrimina hasta en la financiación, regalando dinero de todos los ciudadanos a los partidos que ya están en el Poder.
– Ignora la abstención (la democracia debe ser participada, si no lo es, algo está funcionando mal, por lo que la abstención no puede ignorarse).
– Discrimina a los votantes en blanco al no asignarles representación en escaños vacíos (incumpliendo hasta la propia Constitución, art. 14).

3) Unos grandes medios de comunicación que, con una campaña de propaganda permanente, 24×7, cada día, todos los días, desde hace ya más de 35 años, a favor de un grupo de partidos políticos determinados, repitiendo hasta la saciedad los mismos mensajes sobre los mismos partidos, una y otra vez, y discriminando (censurando) a las demás fuerzas políticas (pequeñas o emergentes), condicionan el voto de millones de españoles -a más presencia en los medios, más votos (es lo que tiene la publicidad)-, los suficientes como para garantizar las mayorías a ese grupo reducido de partidos del Sistema.
Es decir, el Poder Mediático por encima del Poder Político.

4) Una financiación privada (donaciones, préstamos) desproporcionadamente desigual que desequilibra todavía más las posibilidades a favor de ese mismo grupo reducido de partidos.
El Poder Político subordinado también al Poder Económico, en lugar de a los ciudadanos.

No está mal blindado el Sistema, ¿eh?

Pero bueno, sabiendo lo que hay, vamos al grano: ¿cómo acabar con esta aberración antidemocrática de Sistema Político “desde dentro”?

Ni idea.

Por mi parte, no veo manera alguna de superar todas las barreras que el Régimen ha colocado contra las fuerzas políticas que podrían amenazarlo electoralmente. Ni la veo yo, ni la han visto las decenas de potenciales candidaturas antisistema que han fracasado ya en el intento, estos 35 años de Partitocracia.

El único camino que sí veo es el de siempre: acción-presión ciudadana en calles, plazas, barrios y ciudades (respetando los principios de democracia y no-violencia, por supuesto), incrementándose, cada vez más, hasta que podamos poner en marcha un nuevo Proceso Constituyente; pero, esta vez, ciudadano (del Pueblo, por el Pueblo, para el Pueblo).

P.D. Que si alguien sabe cómo puede ser posible derribar al Sistema “desde dentro” para construir una verdadera democracia, sería muy de agradecer que compartiera esa información.

Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco

Relacionados

11 COMENTARIOS

  1. Yo creo que va habiendo alguien: esos bolivarianos proetarras según Esperanza Aguirre e Inda.

    Evidentemente, como dice hoy Romera, se les podrá tachar de todo, pero lo mismo empiezan a reventar ese sistema inamovible que han creado desde 1975 los hijos de los «de siempre».

    A ver si no nos defraudan y podemos enderezar un poquillo el tema. A ver…

      • Ya sabes que no lo sé. Como todos, estoy a la expectativa de lo que ocurra. Te iba a decir lo de los tres meses de cortesía, pero creo que en tres meses vamos a ver poca cosa.

        Yo sí que tengo algo de esperanza en que en las próximas nacionales, regionales y locales los «populismos» que tanto asustan al PPSOE suban lo suficiente como para romper esa bipolaridad que nos tiene encorsetados desde que ganó el PSOE sus primera elecciones.

        Ayer me reí mucho con las palabras de Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno «Popular» llamando a la ciudadanía a recelar de lo populismos y ha seguir a los partidos que hacen lo que hay que hacer aunque no guste a los ciudadanos (es verdad, a mi no me gustan ni la Gúrtel, ni los Eres).

        La tarde la remató Cospedal diciendo que lo que ella hace es una especie de caridad desde lo público hacia los ciudadanos que tiene que gobernar.

        Ayer, de verdad, estuvieron lucidas las dos.

        • Ni lo sabes tú, Blisterr, ni nadie.

          Y puedes darles 3 meses de cortesía, o año y medio, hasta las próximas generales, o 5 años, o… ¿cuánto más?

          Y tras ese tiempo, cuando nuestras esperanzas se vean defraudadas… y se saquen de la chistera otro partido/líder que vuelva a ilusionar… ¿les darás más tiempo todavía?

          ¿Y luego más con el siguiente «partido zanahoria»?

          En fin… ya les hemos dado 35 años. El Sistema político no es democrático. No sirve. Ningún partido puede cambiar nada desde dentro, precisamente porque el Sistema no es democrático y lo impide.

          La democracia sólo podemos traerla, construirla, los ciudadanos.

          Pero claro, ese es el camino difícil. ¿Quién se atreve con él?
          Mejor el camino fácil, esto es, poner nuestras esperanzas en el príncipe azul de turno que vendrá en su caballo blanco a salvarnos.

          Lástima que en la vida real estas cosas no pasen.

  2. Crudo lo vamos a tener pues los medios de comunicación están en manos del capital y por enden han forjado en la ciudadanía un profundo analfabetismo político de tal calibre, que las masas votan en contra de sus intereses a sus propios verdugos del PPSOE.

    • Opino igual.

      Desgraciadamente, la mayor parte de los votos se consiguen en los medios de comunicación.
      El que no sale en los medios, no gana.
      Y el que sale, es porque es un partido del Sistema.

      La vía electoral es, mientras no se cambie todo lo de arriba, una vía muerta.

  3. El problema de fondo es que la represión está institucionalizada: las instituciones reflejan un paisaje de hombres de otra época. Y siempre que se han intentado cambiar las cosas en España (al menos tres veces desde que somos nación) se ha fracasado precisamente por intentar hacerlo desde dentro:

    1) Con el frenazo de la Inquisición a la revolución exterior del Renacimiento y la Reforma protestante.

    2) Con el frenazo de Fernando VII a la revolución exterior de la Ilustración convertida en Liberalismo y la injusta Desamortización de 1836, de la que vinieron tres guerras civiles y cien años más tarde la cuarta, aún peor.

    3) Con el frenazo de la Guerra Civil a la República y al último y más exitoso intento de renovación (porque se hizo desde fuera de las estructuras religiosas y políticas): la reforma moral, educativa y espiritual de la Institución Libre de Enseñanza y la reforma objetiva y material de los Regeneracionistas: Joaquín Costa y compañía.

    El defecto de este último intento de reforma fue precisamente instalarse poco a poco en el poder, en vez de huir de él como de la peste y apostar por una evolución lenta. Toda reforma democratizadora ha de plantearse a la larga y ha de empezar por ser una reforma ética y educativa. Desolador para personas tan impacientes como somos nosotros. Pero es lo que hay. Toda reforma debe hacerse independientemente del poder, dando ejemplo, con instituciones privadas no capitalistas. Y no hay otra manera. Se conseguirán poco a poco victorias parciales y con el tiempo una victoria completa. La esclerosis misma del modelo, su vejez, acabará con él. Es inevitable: está en el espíritu de los tiempos.

    • Coincido contigo, Ángel.

      Los ciudadanos debemos empezar a construir democracia, o lo que es lo mismo, construir una sociedad diferente, justa, sostenible… por nuestra cuenta y riesgo. Los partidos, los políticos, las instituciones no van a ayudar. Es más, posiblemente lo que harán será ponernos dificultades.

      Pero precisamente por eso no podemos olvidar nunca que no vivimos en una democracia. Tenemos que tenerlo bien presente, y también, si podemos, intentar que el resto de la gente, cuántos más mejor, lo tengan también presente.

      Esta clase política no tiene legitimidad democrática para hacer lo que hace. Tal vez los ciudadanos no podamos en este momento culminar con éxito una revolución y tomar el poder que nos correspodería en una democracia. Pero sí podemos denunciar y rechazar el régimen del 78 como una continuación de la dictadura franquista.
      Y así, restarles legitimidad. Cuánta más legitimidad les quitemos, menos daño podrán hacernos, al menos si quieren mantener la ilusión de que tenemos una democracia en este país.

      Mientras tengan esa legitimidad, la que les dan las urnas, podrán hacer prácticamente todo lo que quieran, incluso privarnos de nuestros derechos más elementales, como de hecho están haciendo.

      Hay que ponérselo difícil. No basta con construir democracia. Hay también que rechazar, como la farsa que es, nuestro actual Régimen político.

      Y pelear y seguir peleando.

      Y, por supuesto, construir la alternativa. Desde ya.

  4. Para no extraviar la confusa voluntad popular hay que tener en cuenta no precisamente las ideas, que mueven al veinte por ciento, sino los componentes emotivos, que son los que mueven a más gente: el setenta por ciento; para ello la herramienta mejor es la verdad: revelar las ocultas injusticias reales que produce este orden de cosas en la gente concreta, la destrucción y degradación de vidas humanas. Esos elementos emotivos pueden hacer progresar mucho la transformación. Tampoco se puede pactar con el lenguaje de la confusión que emana de los medios de comunicación, siempre elípticos y nebulosos. Hay que crear un lenguaje que no utilice en nada los amaneramientos y acuñaciones léxicas del orden establecido; en todo caso se pueden «retorcer» y «habilitar» las palabras de ese lenguaje para descubrirles su hipocresía. Estos dos elementos pueden ser un instrumental poderoso para cambiar las cosas a medio plazo desde fuera del propio sistema. Junto a la resistencia a todo intento de cambiar el sistema desde dentro. Si hay algún partido en el interior de la cámara no debe pactar, sino injertar la calle en el hemiciclo no por medio de procedimientos estatuidos, sino nuevos siempre y en todo lugar. Usurpar con ejemplos éticos reales la falsa ética que enmierda los discursos vacíos y teóricos de toda esa faramalla de bocazas. Habría que asegurarse, por demás, de que existiera un estatuto del periodista que consagrara su independencia profesional y su estabilidad económica. Internet es también una poderosa herramienta que puede facilitar bastante las cosas.

  5. Para terminar este discursito con algo concreto, la movilización que se realiza en Puertollano en estos momentos puede ser un ejemplo de lo que no hay que hacer. Porque lo que sí hay que hacer es revelar casos concretos de gente destruida por las «reformas», vocablo bien poco transparente para designar la destrucción de vidas humanas y futuros de personas concretas de carne y hueso.

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img