Villa Real: Del Topos al Logos (XXXIX)

José RiveroEn ese proceso secular de vaciamiento de usos que, históricamente, la Plaza había experimentado, se producía ahora el alejamiento de la circulación rodada; para, en una portentosa inversión conceptual, alojar el excedente de automóviles bajo el pavimento de su nuevo vientre que duplicaba el vacío exterior de la Plaza, en un nuevo vacío interior, gaseado, oscuro y hermético.

Tales actuaciones aunque no dirigidas a tal fin, abrieron el debate sobre la idoneidad de mantener el Plan de Ordenación de 1972 o de suspenderlo. Que era tanto como volver a preguntarse, el modo y manera de finalizar visualmente el recinto. Los meses previos a la conclusión de las obras citadas, aparcamiento y peatonalización, aventaron un debate que era reseñado por Emilio Arjona, desde su sección ‘Mirador’. r_CP1983“A los momentos clave de la biografía de la Plaza Mayor de Ciudad Real, habrá que añadir de cara a su historia, este que se está viviendo ahora, que junto con aquel otro en que se construyó el Ayuntamiento de Higueras, serán posiblemente, los más polémicos que guarde en sus vivencias, nuestra primer ágora[1]. Para admitir, tras diferentes matizaciones de la Mesa redonda celebrada el 8 de julio que “no se olvide que la Plaza es cosa de todos”.

Las posiciones ahora, nuevamente, volvían a polarizarse en dos frentes, aunque tal vez con diferentes protagonistas. El trabajo de José Mª Izquierdo “El futuro imperfecto de la Plaza Mayor”[2] , daba cuenta tanto de las dificultades formales como de los protagonistas, instalados ahora en diferentes formaciones políticas. “Serio problema, decisión histórica, solución complicada y difícil son algunas de las consideraciones que se realizan cuando se pregunta por el futuro urbanístico de la Plaza Mayor. r_AP1987Toda vez que los trabajos del aparcamiento y de la urbanización del suelo están a punto de finalizar, la decisión de que se va a hacer con las casas, qué criterios de construcción en el aspecto estético se van a seguir no se pueden hacer esperar. Dentro del Plan General de Ordenación Urbana quedaron establecidos unos criterios mínimos a seguir que afectaban a la alineación de los soportales y dimensión y disposición de los mismos igual a la actual entre otras cosas, mientras se dejaba libertad a los propietarios y constructores en el resto. El pasado 27 de mayo, una nueva coordenada entraba a formar parte en el tratamiento del problema. El Grupo Municipal Socialista presentaba una moción de urgencia en la que se pedía, si procedía, la apertura de un debate público con , al menos, las siguientes actuaciones: convocatoria de un concurso de ideas, consultas de carácter técnico a expertos a título individual o con carácter institucional y, finalmente, la realización de una encuesta a la población sobre si sus preferencias van por un entorno homogéneo de la Plaza Mayor o por la diversidad de las nuevas construcciones”. r_PCE1979

La postura del Grupo Municipal Socialista aparece razonada en un texto de su portavoz[3], en el que se desplazaba todo el debate a un territorio tan resbaladizo como era el de la representación popular, la opinión pública y la legitimidad de la Corporacion. Pretendiendo fundamentar cualquier decisión en los resultados derivados de una encuesta realizada por ellos. El texto de Luís Sánchez Miras es más un trabajo político, destinado a desgastar las posiciones del Gobierno local, que una toma de partido por alguna de las posiciones en litigio. “Cuando el Grupo Municipal Socialista en la sesión del Pleno del mes pasado presentó su moción, no abogaba por ninguna opción arquitectónica. Simplemente pidió al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ciudad …que se estudiase el tema teniendo en cuenta la opinión de la ciudadanía en general y de los colectivos técnicos en particular”. Este no compromiso posponía cualquier pronunciamiento al veredicto de la ciudadanía.r_PSOE1979Tal posición era tanto como decir aquello de ‘Nosotros pensamos lo que piensa la mayoría’. ¿Cómo se puede discutir de algo sin tomar partido previamente o tener posiciones adoptadas con anterioridad?  Había por tanta más obsesión por resultar políticamente correcto, que por contribuir a solucionar los problemas planteados. Obsesión bien visible cuando se afirma que: “tampoco puede, si no quiere perder esa legitimidad, vivir de espaldas a la opinión de la ciudadanía en temas que por no ser estrictamente técnicos pueden ser opinables y como en el caso de nuestra Plaza Mayor, hasta entrañables”. ¿Pero cómo se conoce la opinión de la ciudadanía? Tal vez con el método elemental del cotejo de dos mil encuestas artesanas, se haría la luz en el enmarañado problema. Cuando se reconocía, al mismo tiempo que sólo habían constestado un 30%. Un 30% de 2.000 encuestas, es decir 600 voces ¿como fragmento de la opinión pública? O ¿cómo fracción de la verdad?



[1] Arjona E.  Mirador. Lanza, 10 julio 1988.

[2] Izquierdo J.M. El futuro imperfecto de la Plaza Mayor. Lanza, 23 junio 1988.

[3] Sánchez Miras D.L. Plaza Mayor: Las razones de una encuesta. Lanza, 29 junio 1988.

Periferia sentimental
José Rivero

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