El despotismo de Rosario Roncero, mientras Rosa Romero sirve agua a Montoro

Manuel Artiñano Moraga. Concejal del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Ciudad Real.- Abuso de poder o fuerza en el trato es lo que ha mostrado la concejala del PP Rosario Roncero, durante la Sesión Ordinaria de la Comisión de Sugerencia y Reclamaciones celebrada el día 3 de septiembre de 2014 en las dependencias del Ayuntamiento de Ciudad Real. Es un comportamiento muy habitual de ésta edil. Formas que aplica con empleados, ciudadanos y representantes políticos de esta ciudad, usando gestos irritantes, llenos de cólera, sin sensibilidad ni consideración a la hora de ejercer su función, que no es otra que la de servir al pueblo.

opinionSus salidas de tono, de respeto y dudosa atención a las preguntas, ruegos o sugerencias, en una Comisión creada precisamente para escucharlas, suelen ser habituales. Traslada a las personas reunidas o a las que jerárquicamente dependen de ella, una superioridad malentendida. Parece que nadie tiene derecho a interpelarle por cuestiones relacionadas con la vida municipal: “ella, lo hace todo bien y los demás no tenemos ni inteligencia, ni entendimiento para solicitar, reclamar, proponer o aclarar dudas sobre asuntos de competencia municipal”.

La concejal Rosario Roncero ostentaba la presidencia en la citada Comisión Especial de Sugerencias y Reclamaciones en representación de la alcaldesa Rosa Romero, que se encontraba junto al Ministro de Hacienda en una rueda de prensa celebrada en Madrid, como diputada nacional. Pues bien, en contestación al que suscribe, Manuel Artiñano, representante del Grupo Municipal Socialista, único grupo político de la oposición que se encontraba en la mencionada Comisión, que había solicitado explicaciones acerca de si se iban a tener en cuenta las sugerencias de los vecinos y de qué modo se iban a resolver las reclamaciones presentadas por los ciudadanos, la Sra. Roncero responde con arrogancia y tono despreciativo, sin aclarar las preguntas que había realizado este edil, “bien porque no eran relacionadas con su departamento, o desconocía el hecho o no era competencia municipal”, aún siendo una incidencia que podría suponer un grave peligro para algún ciudadano de esta ciudad.

Mientras todo esto sucedía en el Ayuntamiento de Ciudad Real, su alcaldesa, Rosa Romero, servía agua al Ministro de Hacienda en un acto que más tenía que ver con su condición de diputada que con su compromiso como alcaldesa con la ciudadanía de Ciudad Real, ajena al despotismo de las personas en las que delega su cargo. Y este comportamiento, que se repite en su ausencia pero también en su presencia, por lo tanto consentido, no denota otra cosa que el talante de un gobierno local que no podemos seguir permitiendo en Ciudad Real.

moraga

 

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3 COMENTARIOS

  1. Si no te contesta, ya somos dos.
    Llevo más de un año, pidiendo explicaciones de las pérgolas de la Plaza de Cervantes, como ciudadana y como vecina.
    Ella como abogada podría explicarme, ¿cómo se pueden poner unos armazones y luego sacar la ley que los regula? ¿cómo se puede hacer para que además que te crean un CONDICIONADO TÉCNICO, no lo cumplas?¿cómo siendo la concejal de accesibilidad, no existe paso entre la estatua y los hierros?
    Así que aquí estoy, esperando para ver cuando esta Ciudad me enamora y como seremos capaces de votar, para botarlos.

  2. A riesgo de que me abran un nuevo expediente por falta de sigilo, doy fe de que todo cuanto dice es veraz y de que podría añadirse algún calificativo más.

  3. Lo ve, Sr.Artiñano, un caso más donde no se atiende a las propuesta coherentes y encima te sancionan y en lugar de ser como en Fuente Ovejuna, siempre hay panzas agradecidas.
    ¡VAMOS TODOS A UNA!

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