Modiano Nobel de Literatura

José RiveroLa noticia del Nobel de Literatura otorgado a Patrick Modiano, me coge preparando notas para un encuentro vespertino, a celebrar en la tarde del día 9. Encuentro en el que, junto a Mon Montoya, se hablará, y hablaremos, de ‘La Crisis del Arte’; más particularmente la propuesta realizada por los organizadores fijaba como términos del debate  ‘Arte y crisis: la desaparición del arte’.
Crisis y muerte de la disciplina, que prolongaba las sostenidas en los últimos años, sobre ‘La Muerte del cine’, por boca de Roberto Rosellini o ‘La muerte de la novela’ dicho por Eduardo Mendoza. Pero en el caso de Modiano, es difícil reconocer y admitir ese óbito de la escritura. Más aun de alguien, como Modiano, capaz de ironizar, hasta el extremo de afirmar “que, en realidad, tiene la sensación de haber escrito versiones del mismo libro durante 45 años y reconoció sentirse ‘ansioso’ por saber por qué ha sido escogido para ser premiado. ‘Tengo ganas de saber los motivos por los que me han elegido’”.

modiano
La noticia la recibo con una doble sensación otoñal. La primera de ellas, es la de la coincidencia de criterios en el caso presente. Pocas veces he compartido el criterio de un Premio tan cuestionado como el Nobel de Literatura, pero esta vez me da la sensación de que el Jurado sueco ha acertado con su resolución; como ocurriera, por otra parte, con Coetzee. Y la segunda sensación, es la de saberme lector anticipado de Modiano, antes de ser premiado.

Ya se sabe que en ocasiones, el Premio Nobel dicta y premia un campo desconocido que habrá que explorar y leer. Ahora la tranquilidad perlada del otoño en ciernes, es que si acaso habrá que releer o leer sus últimos trabajos. El último título español ‘La hierba de las noches’, que ya hojee en su edición francesa cuando mi hijo Ignacio la trajo de un viaje francés, y la última aparición francesa de ‘Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier’. Cosas todas ellas, las de las lecturas conquistadas ya y ya verificadas, que nos reconfortan en nuestros gustos y criterios, y nos permiten reconocer que a veces, lo particular de unas lecturas puede coincidir con lo general  de un reconocimiento.

En todo caso la sensación de estar leyendo, desde el principio siempre el mismo libro, sea ‘Villa Triste’ o sea  ‘Los bulevares periféricos’, (en su versión de 1977, o en la de 2012 como ‘Los bulevares de la circunvalación’, integrada en la ‘Trilogía de la Ocupación’), no impide reconocer la magia del mundo modianesco. Un mundo que, frente a lo afirmado por alguien en el diario ‘El Mundo’ de que la literatura de Modiano se produce, obsesivamente, en el entorno del Paris de 1967 (dato extraído, curiosamente, de las memorias de la cantante Françoise Hardy, ‘Les désespoir des singes…et autre bagatelles’, compañera de correrías de Modiano en el París nacarado de 1967); creo que ese universo (de cagafierro, en palabras del propio Modiano en su novela ‘Reducción de condena’ ) nace y se reproduce en la Francia ocupada por los alemanes, hacia 1943, justo dos años antes de que al autor naciera en Boulogne-Billancourt.modiano2

Y esa es a mi juicio, junto a otros atributos destacables y singulares, la magia de una escritura tan transparente como las tardes azules de los largos veranos de  la infancia. Tan transparente como esa suerte de autobiografía denominada ‘Un pedigrí’, que viaja tanto por 1943 como 1967, un año antes de la revuelta de la Sorbona, en un mayo violáceo y frío, conocido definitivamente como ‘Mayo de 1968’. Justo cuando algunos llegaron a las puertas de la madurez y al deseo letal de los sueños imposibles.

Periferia sentimental
José Rivero

 

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5 COMENTARIOS

  1. Debo reconocer que no he leído a Modiano. Pero este artículo y la afirmación, cual Sócrates, de desconocer sus méritos para este premio, lo hacen interesante.
    Un saludo.

    • Hay tambien un espléndido Modiano de cine: desde ‘Lacomb Lucien’ de Louis Malle; a la precuela de ‘Plaza del triunfo’ de Lewis Milestone, que enlaza posteriormente con la pieza de Modiano ‘Place de l´etoile’. En general todo el cine de la Francia ocupada, y de Vichy, rezuma Modiano por todos los poros.
      Entre ‘Arc du Triomphe’, novela de 1946, del popular escritor alemán exiliado huyendo del nazismo, Erich María Remarque; y ‘Plaçe de l`etoile’ de Patrik Modiano de 1968, existen más diferencias que similitudes. Hay luego una posterior versión de la novela de Remarque de 1984, de un poco conocido Warus Hussein, de un tono menor que su precedente. Saludos y anímate a leerlo.

      • La película de Lewis Milestone es Arco del trinfo, no Plaza del triunfo. En ella no salen muy bien parados los españoles, que digamos, porque los protagonistas recelan de que festejen la victoria en una guerra civil. Charles Bo9yer está inmenso, pero a mí el que me impresionó fue Charles Laughton, leyendo el periódico en un bulevar. Como si lo viera.

  2. En esto del Nobel, como en casi todo en la vida, constituye una obviedad afirmar que no son todos los que están y que faltan muchos de los que son.Yo, como Campillo, de Modiano no conocía ni el nombre, por tanto, no puedo hablar de preferencias ( para elegir con propiedad hay que conocer todos los términos de la comparación) y sí de deseos: esperaba que , en esta edición , recayese en Philip Roth por su magnífica y monumental Trilogía americana.

    Merecido o no, mucho me malicio que la influencia de la cultura francesa sigue valiendo su peso en oro. La nómina de laureados galos es muy abultada. Con todo merecimiento en el pasado: Guide, France, Camus, Martin du Gard…Por cierto , en relación a este último autor ,eché de menos , sr. Rivero, en su gran trabajo sobre la Primera Guerra Mundial en la literatura y el cine, que omitiese toda referencia a una de mis novelas favoritas, Los Thibault.

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