Las fábricas de las primeras décadas del siglo XX

DiegoPerisEl principio del siglo XX, la llegada del ferrocarril y la inmigración interior de la ciudad suponen un cambio de estructuras económicas de la ciudad. En el plano de Martín Sofie (1925) se señalan 487 industrias en la ciudad lo que supone un incremento notable respecto de la situación del siglo anterior.
Una gran concentración de las mismas se produce en los bordes urbanos especialmente en la zona Sur. En la zona próxima a la estación se sitúan la fábrica de jabón de Pedro Lozano, una fábrica de alcohol y bodega y la fábrica de chocolates Barrenengoa en la salida de la carretera de Miguelturra junto al cuartel de la Guardia Civil que estaba entonces en ese lugar de la Ronda. Una fábrica que se mantendrá durante años como una referencia para numerosas personas que accedían hacia Miguelturra por ese camino, iban a las clases de los Marianistas o empezaban a vivir en los barrios de la zona con los aromas del tostado del café y el chocolate que inundaban el espacio.

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Al otro lado de la carretera de Miguelturra estaba la fábrica de cerámica y mosaicos de la viuda de José Jurado, la de cerámica y mosaicos de Atilano Jurado, frente a una tonelería y fábrica de gaseosas, la bodega y fábrica de alcoholes de Julián Peco, la fábrica de abonos de Lisardo Sánchez y la fábrica de cerámica de Ramón Céspedes. Sectores relacionados con la alimentación y con la construcción que tiene un impulso importante en estos momentos con la fuerte demanda de viviendas para la población trabajadora que llega a la ciudad de otros lugares.

industria-04Cerca de la calle de la Mata estaba la bodega de la señora de Izquierdo y el Molino del Rey, el molino aceitero de Antonio León y la fábrica de jabones de H. de C. del Campo. Molinos que también se sitúan en el interior de la ciudad para la obtención del aceite completando con las bodegas y fábricas de alcoholes suministros esenciales como el vino y el aceite. Junto a la plaza de toros estaba el molino del Conde de la Cañada y en la Puerta de Santa María otro molino y bodega. En esa zona se localizaba en esa época el matadero público y el campo de “fout-ball” (es así como lo indica el plano de Sofie).

En el siglo XIX, un empresario vasco, don Dámaso Barrenengoa propone la construcción de una Fábrica de Gas que distribuye por la ciudad, especialmente para el alumbrado público, sustituyendo el alumbrado de petróleo existente. La empresa debía poner tantas luces de gas como había de petróleo y debía ir construyendo la red de tuberías por toda la ciudad. La concesión se hacía por 16 años y la empresa debía ampliar cada año 300 metros las conducciones existentes para llegar a más lugares de la ciudad.

Ya en el siglo XX se había instalado una fábrica para producir luz eléctrica: la Electro Manchega en la calle Cardenal Monescillo, cerca de la calle Lanza (actualmente una placa recuerda en esta calle su ubicación), era una fábrica que presentaba numerosos problemas para los vecinos de la zona ya que la fábrica funcionaba con motores de vapor. En 1903 ya se firmaba un contrato con la Electro Manchega para el alumbrado eléctrico de la ciudad y a los particulares que quisieran contratarla. En 1913 asumirá los derechos de la empresa don Juan Ayala y Mira y, a su muerte, don Demetrio Ayala López. En 1932 se firmará de nuevo un acuerdo con don Ricardo Ayala López. La empresa tenía entonces dos centrales hidroeléctricas: las del Vicario y la de Albalá.

industria-05Y siguiendo con el recorrido por el exterior de la ciudad, en la puerta de Alarcos, estaban los graneros de los señores de Ayala y una bodega y fábrica de alcohol. En el interior, en la calle Tinte, la bodega y fábrica de abonos de la señora viuda de Arévalo. Adosada a ella estaba la fábrica del gas que tenía fachada al callejón del Tinte. En solares del interior de la ciudad, hornos, garajes, fraguas, gaseosas, panaderías, imprentas, zapaterías, fábrica de lejías, fábricas de tapones…

Industrias que quieren dar servicios al sector energético con grandes cambios en este momento y los espacios para la producción del vino y el aceite así como las diferentes industrias del sector de la construcción definen el reducido perfil industrial de la ciudad en este momento.

Espacios
Diego Peris Sánchez

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2 COMENTARIOS

  1. ¿Se te han olvidado nombrar las fábricas de hielo o me las he «saltado» al leer el artículo?
    Una estaba en la c/ Alancos junto a un cine de verano.

    • La Fábrica de Hielo «La industrial» de la calle Alarcos no empezó a funcionar hasta 1951 años después de lo que cuento en este artículo.

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