Nuevo modelo de Facultad de Educación

Emilio Nieto López, exdecano de la Facultad de Educación de Ciudad Real.- Sin lugar a dudas, los estudios de Magisterio han avanzado en cantidad y, sin embargo, alguna duda tengo, que lo hayan hecho también en calidad o al menos en el sentido de avanzar por un camino seguro y adaptado a las exigencias y demandas de la sociedad.

opinionHasta ahora, los estudios de Magisterio han ido dando bandazos sin sentido y siempre alejados de la profesión, de tal manera que más que parecerse al modelo profesional del maestro/a se siguen asemejando a los estudios que realizan en las EEMM.( Enseñanzas Medias). Veamos la distribución del profesorado en el Bachillerato y en la Facultad de Educación. En las EEMM los profesores son licenciados y aceden desde una oposición para impartir las clases relativas al área de conocimiento que, generalmente, se corresponde con la licenciatura de su formación inicial. En Magisterio este cometido le corresponde al departamento del área o de las áreas, en definitiva los profesores proceden de las áreas en las que se estructura el plan de estudios y por lo tanto son licenciados. Es evidente que la coincidencia con las EEMM es prácticamente la misma.

Pero debemos analizar cómo y quién imparte docencia en todas las demás carreras profesionales universitarias y nos encontramos que en derecho, por ejemplo, imparte docencia los licenciados en derecho con más o menos especialidad y con el título de doctor u otros condicionantes de especialización; evidentemente esto nos parece correcto. Qué profesionales imparten la docencia en la Facultad de Químicas, pues sencillamente son licenciados en química con las especialidades y cualificaciones que se especifican en la universidad; deducimos que en todas las carreras (títulos universitarios) el modelo se repite correspondiéndole al profesional licenciado en esa especialidad impartir docencia a aquellos alumnos que pretenden alcanzar la misma profesión que el profesor.

Como ha quedado de manifiesto, el modelo estándar universitario de impartir clase en todos los títulos universitarios (facultades) corresponde al profesional especializado de la profesión a la que aspiran los alumnos matriculados en ella. Ocurre que es esto, exactamente esto, lo que desde siempre, se le ha negado al profesional de Magisterio, es decir al maestro/a. No quiero entrar en las razones que ha llevado a las autoridades académicas y administrativas a cometer semejante discriminación con los maestros y maestras de España.

Parece oportuno, como indicaba anteriormente, que si en estos momentos los títulos de la Facultad de Educación son iguales o semejantes a los demás títulos universitarios, al menos en lo tocante a la cantidad de créditos, es decir todos los títulos universitarios son de 240 créditos de formación inicial, también parece oportuno reflexionar si debemos seguir marginando al Grado de Maestro en Infantil y de Primarias no permitiéndole acceder a ser profesor/a de la Facultad de Educación. Así planteado el problema, ningún maestro/a con el Grado de Infantil o de Primaria podría acceder a ser profesor de la Facultad de Educación sino lo hace a través de uno de los muchos departamentos que aportan su profesorado a la Facultad de Educación pero, eso sí, siendo licenciados en las diferentes áreas curriculares pero nunca maestros/as y por lo tanto profesionales del campo propio de trabajo.

Es evidente que esta estructura que discrimina a una profesión tan importante como la de Magisterio y que no tiene parangón con ninguna otra del abanico social, debe acomodarse a las nuevas exigencias profesionales y sociales. Por este motivo deseo indicar algunas de las líneas fundamentales que deben servir para lograr el gran y necesario cambio estructural que necesitan las Facultades de Educación de España.

Los departamentos cumplen en la universidad un papel esencial e imprescindible para la mayoría de las facultades especialmente con aquellas cuyo campo profesional tiene una estrecha afinidad y relación, dígase los departamentos de Derecho, los de Física, o los Química con sus respectivas Facultades de Derecho, Química o Física, por ejemplo, pero un tanto cuestionables cuando su incidencia en las Facultades de Educación no se corresponde con el campo profesional como ocurre en este caso. Más aún la proliferación de departamentos en las Facultades de Educación, en cierto modo, dificultan la coordinación de la docencia e impiden, en cierta medida, realizar un trabajo global como se exige en el grado de infantil.

La multitud de departamentos que proporciona a la Facultad de Educación su profesorado, viene creando disfunciones, problemas de concreción de proyectos de investigación conjuntos, huida hacia delante en la permanente implantación de un sistema, cuando menos, alejado de la profesión del maestro/a y por lo tanto sistematizando un modelo obsoleto que para nada hace que la institución educativa avance como demanda la sociedad.

Reflexionar sobre estos temas y diseñar un modelo coherente de formación inicial ligada a los dos Títulos de Grado de Infantil y de Primaria es, sin duda, el objetivo de este trabajo, por este motivo paso a exponer cual sería el modelo de futuro para la Facultad de Educación:

Si es evidente que los departamentos deben tener una sintonía real y clara con la profesión y con el profesional que la universidad debe formar para la sociedad, en las Facultades de Educación deben crearse dos departamentos uno de Infantil y otro de primaria ambos relacionados con el profesional y con la profesión y muy bien coordinados entre sí. En estos dos departamentos deberían inscribirse todos los profesores/as de la Facultad de Educación, en estos momentos, por afinidad o especialidad, y en el futuro por maestros/as con el grado de infantil para infantil y con el grado de primaria para el departamento de primaria, eso sí con las especializaciones, másteres y doctorados correspondientes. Sólo así el sistema tendría coherencia y, de una vez por todas, desaparecería una injusticia y una discriminación como la que ha existido hasta la fecha.

Avanzando en esta propuesta académica y profesional, creo que se deberían crear los cuerpos de catedráticos para maestro/as y de titulares para maestros de infantil y de primaria a semejanza con las demás etapas educativas. Esto llevaría a la profesión del maestro/a a ser tratada en igualdad con las demás profesiones que realizan su trabajo en educación. Así ocurre en las EEMM ( Enseñanzas Medias) y en la Universidad.

La integración en estos cuerpos de catedráticos y de titulares de infantil y de primaria viene abalada por el título académico que es exactamente igual al que ampara a otras profesiones. Al mismo tiempo, los títulos de Grado de maestro en Infantil y Primaria deberían realizar sus tesis doctorales en los dos departamentos creados para estos dos títulos. De ninguna manera podrá tratarse a la profesión del maestro/a discriminando sus derechos y dejando en el olvido una de las grandes aspiraciones sociales que, a lo largo de muchos años, ha venido demandando los sindicatos, los colegios profesionales y en especial la sociedad, eso sí con las reticencias de la administración educativa nacional y autonómica.

Esta propuesta, como decía anteriormente, solo tiene como objetivo, dignificar la profesión del maestro/a, acabar, de una vez por todas, con las discriminaciones administrativas y académicas, posibilitar al maestro/a cumplir con su profesión y , la más importante dar calidad a la formación inicial de los maestros /as y así disminuir el fracaso escolar. Porque si el maestro /a se forma por medio de profesionales cualificados, pero profesionales al fin, no tengo duda ninguna, que la formación inicial del profesorado de las etapas de infantil y de primaria se ajustará mucho más a las necesidades del sistema educativo y a las demandas de la sociedad.

Relacionados

2 COMENTARIOS

  1. Los maestros que conozco serán buenos educadores, pero con menos cultura y preparación que mi padre, que sólo asistió al cole hasta los 14. Con esos mimbres, no me sorprende el bajísimo nivel de muchos alumnos. Al sistema educativo actual hay que desmantelarlo de arriba abajo, empezando por el nivel de exigencia que hay que pedir a los docentes.

  2. Yo, los maestros que conozco, son maestros preparadísimos, con vocación por la enseñanza; no dejan de hacer cursos de reciclaje a costa de «su bolsillo» la mayoría de las veces. Tienen que luchar contra las zancadillas y «piedrecitas en los zapatos» que les pone constantemente el consejero Marín a través de algunos directores no preparados que lo único que les importa es tener contento al JEFE MARIN.

    De la actitud del consejero Marcial se desprende que, lo importante para él es tener buenos SERVIDORES DEL PARTIDO (PP) y que miren hacia otro lado cuando él va desmantelando la EDUCACION PUBLICA en beneficio de LA PRIVADA.

    CONSECUENCIA: PROFESORES Y MAESTROS DESMOTIVADOS y «LA PUBLICA», va hacia 1959.

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img