Etnias

José RiveroNo siempre uno es lo que parece, incluso, uno no parece lo que dicen que es, o lo que realmente es. Porque estas dos acepciones – lo que uno es y lo que dicen que es uno –  ­no siempre coinciden; más aún divergen con relativa frecuencia. Tantas veces, como aciertos sobre la personalidad del vecino tiene y practica la Psicología Recreativa.

Ser polaco en Madrid, no es aparentemente o convencionalmente, ser nativo o ser nacido en Polonia, y así lo llaman en la Villa y Corte; simplemente te llaman así por ser originario catalán. Tampoco sé si valdría para los catalanes que no sean oriundos del Principado, porque ciertamente han visto la luz en Mijas, aunque vivan en Cataluña desde el destete y tengan antepasados catalanes. O por contra, sólo se puede ser polaco en Madrid, cuando la senyera haya iluminado la cuna de nacimiento y los tiernos sueños familiares de la vieja foto del ‘Circle d`amics de la sardana’, desde hace cuatro generaciones.

Habrá que ver, finalmente, la cara de un polaco de verdad, esto es de un polaco de Varsovia, de Gdansk o de Lod, cuando le hablen o le presenten a un polaco del Ampurdán o a una polaca natural del Poble Sec. Probablemente no entenderá nada: si el polaco soy yo, pero le dan el título de identidad polaca a otro individuo, que no es de donde soy yo  ¿qué es lo que me queda? O ¿qué soy yo ahora? Ese es el problema y el enigma.

rv-etnias-01Es lo mismo que dicen en Cuba y en algunas partes de Argentina y Chile, de un español: ‘acá un gallego boludo’. Pese a haber advertido anteriormente, que tu procedencia y tu nascencia son del Levante hispano, muy lejos de las Rías Baixas y de Cambados. En Cuba y en Buenos Aires, obviamente y por ello, hay gallegos de Andalucía, gallegos de Castilla la Vieja y lo más sorprendente es que también hay gallegos del Barco de Valdeorras.

Todo ello es sorprendente y posibilita la confusión de la claridad o la claridad aparente de todas las confusiones. Incluso de las confesiones. Como ocurría con las viejas huchas de porcelana del Domund, y con sus propuestas étnicas y estéticas de razas canónicas y necesitadas del apoyo de los recolectores católicos de viejas pesetas y de añejos reales. Razas amarillas, razas negras, razas cobrizas y la raza de un misterioso indio americano, de color indescifrable, algo así, como el ‘rojo amanecer’. Pues esas eran las razas del pasado de la Santa Infancia, y nunca mejor dicho; aunque las caritas de las huchas eran más bien las de varones crecidos y coloreados. Y digo bien, varones casi todos.rv-etnias-02

Igual ocurre con los judíos, que ya no sabemos si son un pueblo, una raza, una nación o una religión. Por eso es posible encontrar judíos que no son nativos de Israel, pese a la tendencia acumulada de esta raza por vivir allí; sobre todo desde que se fundó el Estado de Israel. Hay muchos judíos que lo son por herencia familiar, aunque Jerusalén no deje de ser un enclave ideal de tarjeta postal acodada en la cómoda. Se puede ser judío en Rusia, en Polonia, en Francia y en Estados Unidos; donde New York es, sobradamente, la ciudad más poblada de judíos.

Hay judíos que siendo de dicha etnia no practican su religión, que es el Judaísmo y que no han leído una sola página del Torah. Igual que hay judíos que no se siente sionistas, que es otra versión militante y aguerrida de los israelitas. Hay otra forma de decirle a uno judío – aunque no lo sea –  para hacer visible su tacañería o su avaricia. De forma similar, se dirigen a uno, diciéndole que parece un indio o que lo es realmente, o que lo hace de forma visible sin tener remota relación con la India.

rv-etnias-03El mundo del sexo comprado y alquilado, está lleno igualmente de nacionalidades invisibles e improbables. Podemos leer en la prensa en sus páginas de anuncios de servicios, sección de relax o de  contactos: ‘Francés 50, teléfono 3332211’. Y ello no quiere decir que el vendedor o la vendedora de sexo telefónico, sea nativo o nativa de Francia, ni que el anunciante sepa francés o que pretenda dirigirse a uno en dicha lengua. Igual pasa con el griego, que es otra modalidad prominente del bricolaje sexual, pero que no lo práctica ni un heleno ni una helena, ni tiene nada que ver con Zorba el Griego.

Son las riquezas, y sus nacionalidades, de la carne humana al peso y a granel. Hay evidentemente, una internacional del sexo o si se quiere un Sexo Internacional muy tapado y oculto, por raro que parezca. Igual que hay un Sexo al detal, conocido como ‘Delicatesen.’ Aunque el francés, finalmente, resulte ser una soberbia señorita de Calpe, el griego un artista destacado de Bormujos y el Cubano impostado sólo hable de Guinea Ecuatorial.

Es el prestigio falso de las nacionalidades, porque se piensa que venden más, saben mucho y excitan demasiado. Igual ocurre con los casos de las falsas institutrices de Holanda o de los preceptores ingleses camuflados de diáconos luteranos. Es tal el nivel de simplificación y de representación abstraída de la Internacional de las Etnias, que cuando me equivoco de columna en los anuncios y leo: ‘Japonés: grupos reducidos’ o ‘Irlandeses nativos’, estoy pensando en nuevas metamorfosis del sexo o en nuevas prácticas de la terapia carnal obsecuente. Cuando realmente, estoy leyendo – al haberme cambiado de columna –  anuncios de enseñanza de idiomas. Claro que ni el que enseña japonés es del Japón –parece coreano, pero no se puede advertir la diferencia , ni el nativo es genuino, como pregona. rv-etnias-04

Es la ficción de las nacionalidades cuando se las confronta con las etnias, con las religiones o con creencias, incluso con las templadas ideologías. Y no digamos si las confrontamos con el Tiempo y con la Historia. Hay árabes que no son musulmanes, de igual forma que hay mahometanos que no son de Arabia, ni allí han viajado. Igual que hay negros holandeses –moluqueños –  pero no todos los negros son de Holanda.

Incluso hay nacionalidades – ¿o sólo eran Estados? – en retroceso o en abierta desaparición. Ya no hay yugoslavos, y en detrimento de esa comunidad perdida en el pasado del Mariscal Tito, hay serbios, bosnios, eslovenos, montenegrinos y croatas; que antes eran etnias o naciones, pero no Estados. Lo mismo pasa con los checoslovacos, hoy partidos en dos mitades de eslovacos y de checos; y estos, incluos, en proceso de transformación hacia la nación Bohemia, como una añoranza imposible de un pasado inexistente. ¡Ah la vieja Mitropa!. Los rusos de ahora son sólo ciudadanos de la llamada Federación Rusa; antes bajo tal denominación oculta de rusos y de su Imperio, cabían chechenos, lituanos, azerbayanos, georgianos, ucranianos y estonios. Ahora cada uno de ellos, son un Estado que aparece enfrentado a otro Estado y en continua reclamación de derechos de frontera y portazgo. Y es que, por más que aparente, uno no es lo que parece, aunque parezca lo que es y presuma de ser de una Nación Histórica.

Periferia sentimental
José Rivero

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