El cien mil eurista

Fermín Gassol Peco.- El título es correcto, “cien mil eurista” y son a quienes cobran estos sueldos a los que me quiero referir. Mucho se ha dicho de los cien o mil euristas,( curioso lo que hace una simple vocal), aquellos que siendo multitud, cuando llega fin de mes reciben unos quince o veinte “papelillos” para tirar hasta el que viene.

Aún recuerdo un hecho acaecido a los pocos días de implantarse el euro en nuestro país; un pensionista con muchos años ya, fue a cobrar su pensión como hacía cada día veinticinco; el empleado le endilgó seis billetes de cincuenta euros y el hombre mirando a la palma de la mano le espetó no exento de tristeza, ¿esto me das “ná más”? y se marchó soltando “impronunciables jaculatorias”.

Un digital daba la noticia por la que José Luis Acosta Presidente de la SGAE, una sociedad que es deficitaria…cobra más de ciento ochenta mil euros anuales. Un caso puesto como excusa, cual gota, si bien pudiera haber sido otro cualquiera de los muchos que ahíjan en los campos de mi España. La cosa va como digo sobre algunos que ganan ese sueldo o mucho más.

Si nos llegan a decir cuando luchábamos por la democracia, sueño dorado, que los mismos unidos entonces en las calles clamando por las igualdades y la libertad… a los pocos años iban a estar, unos podridos de dinero y otros con una mano delante y otra detrás, hubiéramos dicho a carcajadas que eso sería imposible. Pues ya lo creo que es posible y a la vista de todos está.

¿Qué nos ha pasado? Probablemente que el dinero puede casi todo y con casi todos. Uno puede entender que existan trabajos de enorme responsabilidad que generan un gran estrés y requieren una elevada preparación y muchas horas de trabajo, horas dedicadas a tomar difíciles decisiones para el futuro de muchas familias.

Lógicamente aquí hay que hacer una distinción entre el dinero privado y el dinero público. Los primeros pertenecen al ámbito de las empresas y solamente se puede tachar a quien quiere más y más el no tener la solidaridad suficiente con los que no tienen lo necesario, pero poco más; si la empresa lo aguanta no hay más reproches que hacer porque de alguna manera todos saldrán beneficiados. Sin embargo en este apartado cobran especial significación los sueldos que se pagan con dinero público, los retiros que se pagan con dinero público y las prebendas que se pagan con dinero público.

(Por supuesto que en estas líneas no tienen cabida todos esos casos que todos hemos conocido meses atrás y estamos padeciendo…de apropiaciones de dinero privado y público en cantidades ingentes, en tarjetas o sobres y que constituyen un capítulo “ético penal” aparte).

Todos sabemos de políticos que llevan muchos años en la arena pública y que no se bajan del cargo ni aunque caigan rayos de punta; personas, estudiantes entonces que hace cuarenta años levantaban o no el puño y ahora ganan al mes tranquilamente lo que veinte de los que iban junto a ellos delante de los grises.

Revisemos los casos de administradores concursales, las prebendas de los parlamentarios que se retiran, las de los consejeros, las de los que pueden cobrar hasta tres sueldos, a todos los que, una vez dejan los cargos se aseguran pensiones doradas. ¿Demagogia? Para nada, lo que sucede como decía antes, es que el dinero puede con casi todo y con casi todos. Woody Allen lo definió con su fino sarcasmo:Dicen que el dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia.