El Ayuntamiento de Almodóvar del Campo recibe a los pequeños saharauis

El Ayuntamiento de Almodóvar del Campo ha recibido oficialmente a los cuatro saharauis, tres niñas y un niño, que nuevamente están disfrutando del programa ‘Vacaciones en Paz’ lejos del desierto del Sáhara durante los meses de julio y agosto. Junto a los pequeños y sus familias de acogida estuvieron la concejala de Participación Social, Virginia López y el concejal de Personal Jesús González.
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Durante el encuentro desarrollado en el salón de plenos, los ediles brindaron unas palabras de bienvenida a los niños, a quienes entregaron unos regalos, así como de agradecimiento para quienes les acogen, con la cobertura habitual que ha venido prestando desde su fundación la Asociación ‘Daira’ de Amigos del Pueblo Sa-haraui.

“Queremos agradecer a la asociación y sobre todo a las familias la gran labor que hacen con estos niños a través del programa ‘Vacaciones en Paz’, que quita a los niños de las altas temperaturas del desierto y aprenden español”, indicaba López. La edila reconocía que este periodo estival supone toda una “convivencia, en la que las familias están encantados con los niños y ellos pasan unos meses muy buenos con nosotros”.

Por su parte, María Gema Fernández, una madre de familia veterana ya en la acogida temporal de niños saharauis, quiso agradecer primeramente los detallitos que entregaban los munícipes, así como la disposición que hace el Ayuntamiento de cuantas facilidades requieren, algo que se extiende a otros momentos del año como lo es también la organización del festival solidario del mes de diciembre en el Teatro. “Siempre que hacemos alguna cosa están con nosotros en todo”, enfatizaba.

De los cuatro menores presentes en esta edición 2015 del programa ‘Vacaciones en Paz’, tres son repetidores en Almodóvar del Campo. En el caso de Gema, son dos los que ya cumplen cinco años de estancia con ella, gracias a la normativa actualmente está vigente para esta materia y que permite a los nacidos en 2002 volver a España siempre que estén de acuerdo familias y beneficiarios. Además, otra niña repite por segundo año consecutivo.

Y es el caso de otra niña la que pone de relieve el importante alcance de este programa, el sanitario. Como refería Fernández, el pasado año “gracias a este programa se le pudo detectar una afección renal de la que está siendo tratada en España con los medios habituales, tanto médicamente como por higiene”. Un problema que aquí es muy sencillo de superar pero que en los campamentos, por las limitaciones de recursos, puede ser mortal.

De hecho, añadía esta madre, la niña se fue en septiembre y en diciembre, en una visita al desierto cursada entre otros por el hasta hace poco presidente de Daira, Paco Real, la niña presentaba un aspecto que hacía sospechar de sus posibilidades vitales y tuvieron agilizar un traslado urgente de nuevo a España. “Los médicos han recomendado que no vuelva a su lugar de origen hasta que ella se recupere definitivamente, conforme al desarrollo físico de su cuerpo y, por eso, volverá siempre y cuando se cure y no recaiga”.

Este caso es una excepción a los problemas médicos más habituales que, la vida en las duras condiciones del desierto argelino, causa en las edades infantiles. Se trata de las que influyen en la visión. Por eso, destacaba María Gema Fernández, “tenemos revisiones oculares gratuitas” en la óptica que localmente regenta Marta Puebla. Y en el caso de apreciarse algún problema que requiere de gafas, “nos regala las monturas; luego los cristales la Asociación, porque son muy caros, para que no nos desprendamos de ese di-nero, pues también”.

Una vez finaliza la estancia temporal de acogida, a principios de septiembre, ‘Daira’ les da dinero. “Antes se les regalaba útiles para emplear en sus campamentos, pero ahora ya allí se puede comprar de todo y con ese dinero se ayuda a la familia. Por ejemplo, con 50 euros tienen cuatro o cinco meses para comer”. Además, luego cada familia de acogida también suma su propia contribución económica.

Con todo, Virginia López certificaba la “labor magnífica que durante estos meses de verano les dan todos y los niños nos aportan alegría, por eso es, sin duda, una labor magnífica”.

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