Una semana muy completa

Fermín Gassol Peco.- ¡Cinco minutos nada menos! Así reza el título de una conocida opereta. Si cinco minutos pueden suponer una eternidad, no digamos lo que puede dar de sí… las cosas que pueden hacerse en una semana. Dios creó todo el mogollón de cosas que existen en sólo siete días aunque poseía, eso sí, la enorme ventaja de ser Dios.

fermingassolNosotros los humanos aunque no tengamos ese poder tan inmenso, vamos haciendo ya nuestros pinitos y una semana hoy da para mucho. La semana se ha convertido ya en un tiempo cíclico y recurrente suficientemente amplio como para marcar el paso, trote o galope en la vida de todas las personas.

Hoy programamos todo por semanas. Las vacaciones que hace unos años se disfrutaban por meses, quien pudiera claro, hoy gustan más trocearse en varios periodos semanales.

Las comunicaciones además contribuyen a la economía del tiempo y posibilitan en un sólo día hacer lo que antes llevaba meses. Hoy por ejemplo en una jornada podemos desayunar en Ciudad Real y después elegir entre comer en París, firmar un contrato en Londres, darnos un baño en Alicante o pegarle un abrazo al Apóstol Santiago para regresar y cenar en casita. Y es que el tiempo se ha convertido en una goma tan sumamente elástica que acerca de una manera sumamente cómoda lo que antes quedaba lejos.

Y como en la variedad está el gusto y no hay dos situaciones, ni tres personas iguales, cada uno puede dedicar sus semanas a lo que le dé la gana. Hace unas fechas un diario publicaba la noticia de que una pareja de novios chinos se había casado y divorciado tres veces…en una semana. Impresionante la optimización del tiempo. Lo dicho, en una semana puedes dar tres vueltas al planeta, pero también puedes cambiar de estado civil otras tantas.

No sabemos a estas horas si los chinos en cuestión seguirán con este divertido e inofensivo entretenimiento. La verdad es que este vaivén conyugal tiene sus ventajas porque mientras juegan a este juego, burla burlando, en realidad siguen unidos. En América cierto es que en algunos lugares te puedes casar y descasar cada cuarto de hora, pero el siquismo humano normal no puede aguantar tanto ajetreo mental ni tanto cambio de estado y el bolsillo me figuro que tampoco; al fin y al cabo debe existir un mínimo de tiempo y unas circunstancias positivas o negativas para desear casarse o divorciarse, pero ya sabemos que para esto y otras cosaslos americanos son la pera…y los chinos viendo cómo viven y trabajan…la reoca super rápida.

El caso que nos ocupa es el de dos personas ¿normales y corrientes? con un estilo de vida tan trepidante que un día para ellos debe dar mucho de sí. Cinco minutos nada menos. Multipliquen sesenta minutos por veinticuatro horas y podrán comprobar que si durante esos mil cuatrocientos cuarenta euros, digo minutos, podemos ir y venir hoy casi del más allá, con más razón podremos cambiar de opinión durante el mismo tiempo con temas del más acá.

Lo de confundir euros con minutos ha sido un error, pero tiene su explicación; esta pareja de chinos tan activos realizaba estas “operaciones”por publicidad, es decir, dinero. Un final tan poco romántico como ya digoque inofensivo, porque ¿se imaginan ustedes a si estos chinos se les ocurre comprar y vender nuestra deuda pública o… adquirir un aeropuerto?…total por diez mil euros…menudo “temazo” para un anuncio publicitario…

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