Juan Sil, maestro de música

Ricardo Calzado Gómez. Portavoz Grupo Municipal Socialista de Malagón.- En el día de ayer, una leve brisa nos acercaba el sonido triste y claro de la Banda de Música de Malagón bajo un sol de septiembre “picantoso” y una luz que reflejaba las lágrimas de los músicos en sus rostros y en sus partituras. Acompañamos en el último paseo al Maestro Juan Sil ‘Juanito’, dando constancia de la perdida que supone para todos una figura como la del director de la Banda de Música Municipal de Malagón.

Su familia ha perdido un padre, un hermano, un tío… sus sentimientos, su sufrimiento, patente en las caras de todas y todos queda en la esfera privada y concretado en esa sonata que cada uno eligiera en su despedida del ser querido. A ellos como amigo y por lo que hemos vivido juntos, un abrazo y ánimo.

Con el máximo respeto, no me trae aquí la esfera personal de ‘Juanito’, sino la del espacio público y el personaje relevante social y culturalmente que nos deja. La música, el lenguaje que el alma entiende, no ha parado ni un minuto durante 48 años gracias a su constancia, esfuerzo y altruismo, y, por ello, tal vez sin él saberlo y seguro que sin pretenderlo, se ha convertido en una institución local.

Habrá muchas personas que tengan más razón que yo para escribir una oda al director de la Banda de Música Municipal de Malagón, y espero que así sea, pero quiero escribir estas letras para reconocer la labor de tantas personas en la figura de Juan Sil. Lo hago porque es mi deber como ciudadano y como concejal de la Corporación Municipal de Malagón y como representante de un grupo político al que le gusta la música de nuestro pueblo, aunque en algunos casos no compartamos la letra.

Mantener una organización humana y liderarla durante 48 años no es tarea fácil, y ahí ha estado Juan con su sosiego, su saber estar y su trabajo para que no nos faltara ese alimento del alma que antes refería. Soy conocedor de los vaivenes que ha tenido esta organización, de las idas y venidas, de los éxitos y de los problemas.

Juan, como buen capitán, siempre ha mantenido el rumbo y la idea clara: la música no puede parar. Parafraseando a Freddy Mercury con el “show must go on” (el show debe continuar), encontró el método perfecto para que esa idea se llevara a cabo: la enseñanza. ¿Cuántas personas no habrán pasado por la batuta de este músico y que han hecho grande a nuestro pueblo?, ¿cuántos niños han agradecido, incluso de mayores, el haber podido aprender música en su pueblo?, ¿cuántos padres deben estar agradecidos a estos servidores de la cultura porque muchos de sus hijos e hijas hayan encontrado una forma de liberar la alegría, la rabia, el amor con este lenguaje? Permitirme la licencia, seguro que muchos… Personas así hacen que un pueblo funcione.

La Banda ha sido un espacio de convivencia, cultura y democracia, y hay que darle su valor a las cosas, hay que mantener las instituciones que forjan una sociedad y que la mantienen organizada y activa. Hoy echamos de menos muchas asociaciones que no están o que mantienen poca actividad por múltiples causas en las que no voy a entrar. La Banda continúa acompañándonos en los actos festivos, religiosos y culturales marcando los pasos de las procesiones, refrescando las noches de verano o amenizándonos un pasacalle. En eso han tenido que ver muchas personas que dedican su tiempo libre a trabajar por la gente, a transmitir conocimiento y cultura, y Juan ha sido exponente claro. A los componentes de la Banda quiero transmitíos mi pesar, trasladaros un abrazo en estos momentos de vacío y pediros que continuéis esa labor para la cual Juan os educó.

La cultura de un pueblo ni se compra ni se contrata; la cultura de un pueblo se fabrica y se fabrica a mano, como lo ha hecho Juan, golpe a golpe, nota a nota sería más acorde. Y para ello son necesarios medios, ideas y el esfuerzo de muchos. Y se necesitan personas, porque es un trabajo manual. Y esas personas, compromiso y dedicación y claro, también reconocimiento en vida y posterior.

La feria 2015 pasará a la historia como aquella en la que la traca final silenció por un segundo a la banda, insustituible en ese día. Si alguna persona pregunta quién fue el gran artista de esa feria 2015, no lo duden, contesten: Juan Sil, que bajó el telón y nos dejó un gran legado que requiere un reconocimiento claro y rotundo; debe pasar a formar parte de nuestra historia local, y como el compromiso con él fue crear una escuela de música, ya tenemos nombre en el instante que se produzca.

Viva la música. Hasta siempre, ‘Juanito’.

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