Franco ha muerto… aunque no lo parezca

Manuel Valero.- Vuelvo a las andadas. Yo fui feliz cuando vivía Franco. No, no se respinguen. Ya lo escribí una vez aquí en MICR con la coartada de que cuando pasaran 40 años de su muerte España pondría el contador a cero y empezaríamos a ser un país normal.
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Era solo que de los quince a los dieciocho conocí la amistad, el primer amor, el primer beso húmedo, la primera teta cálida, el calor de la pandilla, a los Rolling, Bob Dylan, la música folk y a Serrat en catalán en casa de mi amigo Juan Enrique Hernansanz donde cantábamos El drapaire o Mara Lola y Ara que tinc vint anys, por supuesto. Uno no tenía la culpa de que su adolescente felicidad personal coincidiera con la vigencia del espadón. No obstante asumo la carga. Pero debo añadir en mi descargo que fueron tres años antes de su muerte que tuve consciencia de la singularidad de mi país, de que fuera de España la gente era libre y votaba y se manifestaba y que una gran diáspora de compatriotas e intelectuales tuvieron que salir por pies huyendo de las bondades del régimen.
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Como en aquellos tiempos no había internet, ni móviles (apenas había fijos en las casas) y la única televisión estatal (apenas había televisiones en las casas) daba sólo un canal, pues leíamos mucho y hablábamos mucho. Y así fue cómo entre vinilo y vinilo y vinillo y vinillo fuimos despertando a una rebeldía natural hasta el punto de que un grupo de música al que pertenecí llamado Polen (un nombre cursi, hoy, pero que entonces sonaba muy bien ya que simbolizada el germen de una nueva flora, además una componente se llamaba así) le puso música o versioneaba poemas de Blas Otero, Gabriel Celaya , Alberti, León Felipe (“Franco… tuya es la hacienda…la casa, el caballo y la pistola… sin el Franco para que colara») Nuestra referencia musical era Agua Viva, y en cierta ocasión en los locales de la OJE tuve la osadía de dar un recital temerario y en solitario con canciones de Serrat, Atahualpa y Cafrune.

Canté (supongo que un poco mejor que tocar la guitarra): Hay cosas más importantes que la existencia de Dios y es que unos escupan sangre para que otros vivan mejor. A la salida, un triste inspector me pidió el carné. Tal cual como en la canción de Aute. Luego llegó Madrid y el arrebato. A los pocos días de su muerte y de la entronización de Juan Carlos I, consensuada con el beneplácito del PCE mandé al… ¡¡diario Lanza!! un artículo titulado Una corona para la libertad… ¡¡¡y se publicó!!! Aún hoy me ruboriza gratamente, disculpen la vanidad, el contenido del suelto por la desvergüenza democrática de su texto. Las hemerotecas son el rastro.

Mirándolo bien fue una evolución natural, supongo, de un chaval que despertó a la vida a los quince años que dejó uno su cuerpo abrazar, comm,il faut y le fue tomando la medida a la realidad política y social del país. Pero fui feliz cuando vivía Franco y aún no sé si perdonármelo, porque hubo mucha gente que no lo fue. Ni siquiera me consuela el hecho de que con Franco se podía fumar en los bares y daban teatro por la televisión. Pero una vez madurado en una suerte de rebelde con o sin causa, respiré todo el aire posible cuando con todas sus deficiencias, España, se sacudió las Cortes franquistas y comenzó un maravilloso tiempo nuevo de alegría callejera y creatividad y democracia con todos sus encantos, desencantos y escándalos.

Hoy, a los cuarenta años del óbito, hay quien adjura de aquella insólita Transición, pero algo tendría de buena cuando el mismísimo Santiago Carrillo la firmó, y por primera vez pudimos ver a la mismísima Dolores Ibárruri y comunistas de una pieza, sentarse en la bancada del Congreso.

Aún conservo los recuerdos indelebles de las manifestaciones por la amnistía de los presos políticos, las fiestas del PCE (la primera en Torrelodones bajo un aguacero inclemente) y todo lo demás. La Historia tiene siempre presto su guión de los tiempos y debo decir que yo estaba allí, en la terrible semana de enero de 1977 con muertos en las calles, cuando por primera vez escuché silbar las pelotas de goma sobre mi cabeza y a los grises dar hostias como panes. Creo que en una entrada de metro acurrucado junto a un centenar de estudiantes me sentí exonerado de mi cupo de felicidad franquista.

Hoy aquel fenómeno político que se estudió en las mejores Universidades del mundo ha sido puesto en cuarentena por imperfecto y por tratarse de un mero cambio de piel de la casta franquista. Uno, modestamente, no piensa de ese modo, aunque me hubiera gustado conocer en el laboratorio de la Historia, en ese que se cuencen los “y si en lugar de, hubiera sido que…”, si la ruptura y no el consenso hubiera sido la trocha a tomar. Luego de décadas vividas a uno le embarga la sensación de que el dictador pertenece a la Historia, que no existe, que está finado y bien finado, y que en ocasiones, ven muertos, quienes lo evocan para luchar melancólicamente contra un fantasma. Tal vez para mantener en vigor una adolescencia que se fue.

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16 COMENTARIOS

  1. En ocasiones vemos muertos… la hija y nietísimos viviendo del sudor de los españoles de bien, paseándose por el celofán de las revistas mostrándonos sus mansiones y pazos, nos recuerdan al criminal dictador. Si eso no es para ver muertos… mientras los hijos ya viejos de los muertos del criminal dictador quieren morir con sus padres y abuelos en una tierra elegida por ellos. Entonces, y no antes, hablaremos de poner el crono en el futuro.

    • Manuel Jabois escribía ayer en El País un magnífico artículo en este sentido, la normalización democrática no se hace mientras los herederos del sátrapa se encuentren en España viviendo tan ricamente en vez de emigrar a otro país, pero es que el consenso de la transición se hizo bajo presión. Quién en su sano juicio, ni el mismísimo Carrillo, aunque fuese, junto a Suarez y Gutierrez Mellado, el único que aguantó el tipo en el hemiciclo la noche del 23 F, quién, se atrevía a pedir más con la sombra alargada de milicos y la bofia residual de la DGS franquista apuntando a la nuca. Demasiado civismo han demostrado los perdedores.
      Si el escritor del artículo está satisfecho es que no ha tenido muchos muertos ni represaliados entre los suyos. La imaginación es poderosa … pero si no se vive el horror o no tienes a alguien cercano que lo haya vivido se escriben cuentos de color rosa.

  2. Yo lo único que mandé al diario »Lanza» (entonces la poesía… podía publicarse en un periódico) fue una traducción horrorosa del poeta valenciano (con perdón de los imperialistas catalanes) Ausiàs March, desde mi recién estrenada filología; uno también puede hacer cosas imperdonables.

  3. Si, si físicamente bien muerto que está. Pero, a diferencia de Hitler o Mussolini, tiene su gran pirámide en Madrid mantenida con nuestros impuestos, con flores frescas y brazos en alto cada día; dejó una herencia espectacular a su familia -esos a los que el Marqués de Villaverde decía que tendrían que salir corriendo de España una vez muerto el abuelo porque los rojos les iban a matar- con su «incansable trabajo» durante 50 años de paz y tiene en Bertín Osborne un magnífico defensor, y en la TVE de «En tu casa o en la mía» un «fairy» de lo más efectivo para inmacular su infausta historia.

    Spain is different hasta «pa» eso. No dudo que fueras feliz y me alegra, yo simplemente era un inocente pero, luego me enteré de cómo lo pasaron mis mayores y se me fue la inocencia. La pena es que muchos de ellos siguen yendo en 2015 a las cunetas, mientras que los hijos y nietos de sus «compinches» les llaman de todo en el Congreso por querer tener «memoria histórica».

    Por eso muchos creemos que, con toda la información que aparece, la Transición cada vez tiene más de teatro que de realidad o de algo ejemplar a estudiar en las facultades de políticas. No tienes más que ver algunos círculos sociales donde el franquismo sigue vigente y las memorias no oficiales de su «capitán» tienen más de corinnas y ferraris que de lucha por los derechos civiles.

    Y no, no quiero ser un eterno revisionista. Solamente que nos demos cuenta de que es absolutamente cierto de que todo estaba «atado y bien atado».

  4. No se ha enterado usted. Está vivo. Le vota en torno a un 30% de la población. Eso sí, solo lo sabe la izquierda radical, que tiene un olfato especial para eso. Un tipo de gente que vive en la 1ª mitad de siglo pasado, cegado por el odio, la conciencia de superioridad moral y el desprecio al que discrepa de sus ideas. Afortunadamente siguen siendo pocos, la mayoría de la población se muere por el medio (para estos son socialfascistas), y están fastidiaillos porque se creyeron lo de Podemos, je, je, y ahora se lo están tragando. Para ellos siempre es 20-N

    Nos echamos unas risas. Y encima el valor antropológico e histórico, tener a gente que sigue viviendo en los años 30 del siglo pasado. Permite acercar la historia.

      • Peterot, échale un vistazo a esta «anécdota»…

        http://www.elconfidencial.com/espana/2015-11-22/descubrimos-al-chino-mas-facha-de-espana-franco-es-el-unico-que-tuvo-huevos_1103717/

        Te imaginas un chino en Berlín hablando así de Hitler…Pues aquí tenemos a muchos…como el Casa Pepe de Despeñaperros, otro que hay o había en Moral de Calatrava, en Miguelturra…aunque lo mismo es el odio que me hacer ver cosas…como el niño del Sexto sentido…

        Por cierto Asqueado, acabo de leer el artículo de Jabois. Me lo he pasado bomba leyéndolo, es ácido puro en botella de Cliquot. Lo de «las pupilas de Carmencita como si saliera de la Cañada Real» es impagable jejeje…

        Y, así es, los herederos de Franco viviendo como reyes con la herencia sangrienta del abuelo. A ver quién los toca, o toca el Valle de los Caídos, donde hace sus retiros espirituales el Ministro del Interior del Gobierno de España.

    • Hay personas que afirman que el partido popular lo fundó FRAGA, un ministro de Franco durante muchísimos años…. Pero gracias a su iluminador comentario me ha convencido de que son infundios de los «malvados comunistas».

      Es coña!! Te iba a preguntar si donde dices: «Un tipo de gente que vive en la 1ª mitad de siglo pasado, cegado por el odio, la conciencia de superioridad moral y el desprecio al que discrepa de sus ideas» ¿estas hablando de ti mismo? Jajaj

  5. En la España actual todo se funda en una gran mentira. Claro que se vivía feliz durante el franquismo, y el noventa y nueve por ciento de la ciudadanía vivía feliz. Los odios e inquinas entre españoles habían desaparecido, la reconciliación de los españoles era una realidad. Una clase media había florecido, esa que hoy todavía sustenta esta maltrecha España. Éramos un país ansioso de comerse el mundo.

    Pero no, hubo que inventarse una falacia. Antifranquistas inexistentes en vida de Franco aparecieron por doquier a su muerte; y los franquistas nunca existieron, todos eran demócratas desde la cuna. ¿La oposición durante el franquismo? Abundantísima, no cabían en la Plaza de Oriente. ¿Y la democracia? La trajo la izquierda, el PCE de Carrillo el estadista, y el PSOE de “Isidoro”, el guapo de Sevilla. ¿La Transición? Una lección de generosidad, todos cedieron, sobretodo la izquierda y los nacionalistas; y su fruto, la Constitución, un ejemplo para el constitucionalismo contemporáneo.

    Luego, vinieron más mentiras. Gracias a la democracia recién estrenada tendríamos Seguridad Social, Sanidad y Pensiones para todos; una Justicia digna de tal nombre e independiente; mejor Educación; se acabarían los privilegios, todos seríamos iguales, “España no la iba a conocer ni la madre que la parió”. España estaría más unida, pues todos verían respetadas sus “sensibilidades”, los nacionalistas no tendrían motivo de enojo, se sentirían realmente parte de esta España de todos.

    Y así fundamos la España de hoy. Una España unida por una argamasa de embustes. Un país que, con precisión de cirujano, troceamos en diecisiete retales para hacer un patching que ahora se nos rompe por las costuras.

    He de reconocer que hemos trabajado con denuedo en nuestra autodestrucción, hemos sido tenaces en la tarea. Disfrutemos nuestra gran obra, nos lo merecemos.

    • Muy de acuerdo contigo.

      Dice el artículo 139.1 de la Constitución: Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio español.

      Las Comunidades Autónomas han acabado con la igualdad entre los españoles, no hay más que ver el sistema fiscal y las prestaciones en sanidad y educación.

      La Transición fue meritoria en el sentido de que el régimen franquista se transformó pacíficamente en lo que conocemos hoy.

      Las dos grandes fuerzas del régimen, el falangismo y la tecnocracia, fueron sucedidas sin dramas ni tragedias en la izquierda del PSOE (UGT) y en la derecha burocrática del PP.

      Hasta que no se garantice la independencia radical de la Justicia y no haya una reforma del régimen electoral y los votos de los españoles valgan lo mismo, la transición a la democracia no ha culminado.

      Esa transición no culminada debe transitar por sí misma, para lo que es imprescindible romper con el bipartidismo, y ha de rechazar la ruptura revolucionaria que supone Podemos.

      Una democracia se consolida con una Constitución, sino con las nuevas generaciones nacidas en el nuevo sistema, y su proceso es lento.

      España es la última democracia incorporada en la Europa occidental, y hemos estúpidamente querido dar lecciones a los demás.

      Izquierda española…Franco lleva 40 años muerto por Gracia de Dios, y vosotros sois los herederos del falangismo, y por ello ni sois inocentes de sus excesos, que habéis perpetuado (el corporativismo social), ni responsables de sus aciertos (una legislación laboral que se respetaba).

      La única oposición a Franco la ejerció el PCE, y fue absorvido por el nuevo régimen, como había de ser. No había tantos comunistas en tiempos de la dictadura.

  6. Todos aquellos que vitoreaban a Franco cada vez que asomaba la nariz a la calle (o sin asomarla) ¿dónde están?
    Parece como si todo el que habla o escribe de la época franquista hubiese estado en primera línea de fuego luchando contra el dictador.
    Gracias a Dios, no me creo nada. Ni de unos, ni de otros.

  7. Sois muy pesaos con Franco. La Guerra Civil ya se terminó y algunos se niegan a aceptar la derrota de su bando.
    Me temo que ya nada se puede hacer. Han pasado tantísimos años que los vencedores de aquella batalla o bien han muerto o son ya demasiado ancianos.
    Es como si muchos de los descendientes del bando perdedor, quizá espoleados por las vivencias relatadas por sus antepasados, estén empeñados en ganar ahora aquello que perdieron sus abuelos. No se dan cuenta que ya nunca podrán ganar porque, la verdad, es que ni siquiera hay partido. Los que no son tan sectarios ya pasan de la historia esta de una España dividida en rojos y azules. Aquí se trata de trabajar todos juntos para sacar a este bonito país adelante a pesar del lastre que supone llevar en la mochila a una clase política parásita y corrupta que nos impide avanzar lo que debiéramos.
    De los años en el poder de Franco pues cada uno tendrá su opinión. Seguramente tuvo luces y, también, sombras.
    Pero hace ya 40 años que murió, recemos un rosario por su alma y dejémoslo en paz.

  8. Debo estar mal de la azotea, porque no he visto ni un solo episodio de «Cuéntame». ¿Alguien más está en ese caso? Es solo para mirarme al espejo y poder hablar conmigo mismo.

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