Cáritas denuncia el vacío al que la sociedad condena a las personas que consiguen salir de la calle

Eusebio Gª del Castillo Jerez.- El modelo social no funciona. Advierten de ello desde Cáritas Interparroquial de Ciudad real. Una sociedad que es capaz de dejar a 40.000 personas en la calle «es una sociedad que se debe plantear muchas cosas». No estamos hablando de pobreza, matiza Paqui Hervás, directora del centro Jericó; «no es una cuestión económica, estamos hablando de exclusión social». Además, denuncia que las personas sin hogar que consiguen recuperarse se encuentran ante el vacío de la ausencia de posibilidades de reinsertarse en la sociedad, sin empleo y, por tanto, sin futuro.

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Jose Pabló Márquez, trabajador social del Centro de Atención Integral Jericó de atención a personas sin hogar de Cáritas, Paqui Hervás, directora del mismo, y Consuelo Almodóvar, directora de Cáritas Interparroquial de Ciudad Real, han impartido esta tarde una charla en la Biblioteca de Ciudad Real sobre este recurso destinado a los sintecho y las actividades que desarrolla esta ONG.

Consuelo Almodóvar, ha comentado que, a raíz del primer contacto con la Biblioteca con motivo del mercadillo solidario que se desarrolló durante el mes de enero, se estudió la posibilidad de completar esa acción de forma que los usuarios conocieran de primera mano la campaña de Cáritas dirigida a las personas sin hogar.

Aquellos fondos, unos 850 euros, recabados en aquella acción solidaria se destinaron al centro Jericó. Durante la charla se ha explicado cómo se trabaja con las personas sin hogar en estas instalaciones. «Hemos querido enmarcar la charla dentro de los grandes números de la situación de la realidad que nos rodea, encuadrar el programa diocesano de personas sin hogar dentro de esta realidad y, finalmente, aterrizar con qué es lo que hacemos en nuestro centro, en este espacio que han apostado por mantener las parroquias de Ciudad Real», ha señalado Almodóvar.

De la calle al vacío
Habitualmente, las personas sin hogar llegan al CAI Jericó después de preguntar en las parroquias, de conocer el centro por el boca a boca, o informados por otras asociaciones que prestan asistencia en la calle o la Policía Local.

«Nosotros somos la puerta de entrada a todas esas personas que sufren una situación de exclusión y de sufrimiento en la calle», indica Paqui Hervás. «Lo que les ofrecemos, en un primer momento, es una acogida, donde la persona plantea lo que le está pasando y, a partir de ahí, intentamos darle una respuesta». La atención en el centro es individualizada «porque cada persona es diferente a otra, y desde esa diferencia entendemos el principio de justicia».caritas-jerico-02

Por un lado, se atienden las necesidades básicas de alojamiento, comida e higiene de las personas sin hogar; y, por otro, se les invita a hacer un proceso de recuperación personal para dejar la calle. «Es muy difícil que una persona por sí misma pueda dejarla, con todo lo que conlleva la calle: adicciones, depresiones… es un cúmulo de tantas cosas que es muy complicado que alguien por sí solo puede salir».

Preguntada acerca de las mayores dificultades que deben afrontar las personas sin hogar en este proceso de recuperación, la directora del CAI Jericó recalca que no es fácil que alguien que lleve veinte años en la calle quiera cambiar. «Es un proceso lento, que depende de cada persona». El problema que los une a todos, apunta, es la respuesta de la sociedad cuando estas personas terminan su proceso. La falta de empleo, la ausencia de posibilidades reinserción, es un «vacío», un abismo al que se arroja a las personas que consiguen dejar la calle. «Los chicos hacen el esfuerzo de tirar para adelante, esforzándose, porque no es fácil. Se alcanza una recuperación integral en todos los aspectos: sicológico, físico, recuperación de hábitos…» Pero llegan al final, después de tanto luchar, para acabar preguntándose «¿y ahora?». Paqui Hervás remarca la necesidad de que seamos conscientes de que este problema nos atañe a todos. «Una sociedad que es capaz de dejar a 40.000 personas en la calle es una sociedad que se debe plantear muchas cosas». Denuncia que el modelo social no está funcionando. «No estamos hablando de pobreza, no es una cuestión económica; estamos hablando de exclusión social». Asimismo, lamenta que estas personas sean invisibles, que no aparezcan en los medios de comunicación.

En cuanto a posibles soluciones, reconoce que no las tienen; pero se muestra convencida de que no deben cejar en la denuncia de estas injusticias, dando voz a estas personas. «La iglesia siempre va a estar al lado de los más desfavorecidos porque son los preferidos del Padre. Las administraciones y las sociedad son las que tienen que tomar las decisiones y dar una respuesta», ha concluido.

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2 COMENTARIOS

  1. Muy desolador. Tendría que hacerse lo de «Plácido» de Berlanga: que cada cual ponga un pobre en su mesa. Incluso los del PP, aunque les molesten sus piojos y no vistan de Zara.

  2. El diagnóstico real y el escepticismo fundado.

    Esa es también mi experiencia y mi conclusión. El ser humano es extraordinariamente frágil y dependiente en este tipo de situaciones. Reconstruir una personalidad rota es una obra hercúlea, y hemos de reconocer que esta sociedad es profundamente limitada a la hora de comprometerse a que seamos persona, los incluidos y los excluidos de ella.

    Carece de una antropología humanista integral.

    Enhorabuena a Cáritas.

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