Facultativos del Hospital General Universitario de Ciudad Real observan que el Parkinson puede empeorar la función cardíaca de los enfermos

Un estudio desarrollado por facultativos del Hospital General Universitario de Ciudad Real ha observado que el corazón de los enfermos de Parkinson funciona peor que el de las personas que no presentan dicha enfermedad y que tienen más riesgo de sufrir una insuficiencia o de padecer una arritmia.
parkinson
El estudio, desarrollado a lo largo de los dos últimos años por especialistas de Neurología y Cardiología del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, parte de la premisa de que el Parkinson no solo daña las neuronas del sistema nervioso central, sino que el 80% de los enfermos tienen afectado también el sistema nervioso vegetativo cardiovascular, el cual se encarga de regular la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

A esta certeza hay que unir las investigaciones realizadas con animales en el último lustro, que han demostrado que la mutación de varios genes que producen Parkinson también afecta al corazón, y que algunos fármacos administrados a estos enfermos tienen efectos secundarios sobre este órgano.

Sabido todo esto, la jefa de servicio de Neurología del HGUCR, Julia Vaamonde, y el cardiólogo Álvaro Moreno, los residentes Jesús Piqueras y Ana López, que ahora es neuróloga en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, y la estudiante de Medicina de la Facultad de Ciudad Real Alicia González, que ya ha acabado y está preparando el examen MIR, empezaron a trabajar en 2014 para estudiar qué daños causa el Parkinson al corazón y a la función cardiaca.

Para realizar su estudio reclutaron a pacientes de la consulta de Neurología y contactaron con la Asociación de Enfermos de Parkinson “Virgen del Prado de Ciudad Real” para seleccionar a cincuenta pacientes sin enfermedad cardíaca conocida y comparar sus datos con los de otras cincuenta personas sanas. A todos los sometieron a una evaluación neurológica y les hicieron un electrocardiograma y un ecocardiograma para medir las dimensiones de su corazón, el grosor de las paredes y la función de llenado y contracción cardíacas.

Finalmente, las conclusiones del estudio se presentaron hace unos días y han servido para poner punto final al programa de sesiones generales que cada miércoles por la mañana tienen lugar en el salón de actos del HGUCR antes de las vacaciones estivales.

El encargado de dar a conocer los resultados obtenidos fue Jesús Piqueras, residente de quinto año de la especialidad de Cardiología, que comentó en primer lugar que los enfermos de Parkinson presentan una hipertrofia ventricular izquierda, es decir, tienen un músculo más rígido y grueso y tienen también dificultades para llenar el corazón porque tienen una peor función diastólica. Esto puede producir un deterioro en la capacidad física de los pacientes y ser una de las causas de la mayor fatiga que aqueja a los enfermos de Parkinson.

Asimismo, las pruebas realizadas han permitido determinar que el intervalo QT, que mide la repolarización de las células cardiacas durante la realización de un electrocardiograma y que se asocia con las arritmias ventriculares y la muerte súbita, es más largo en las personas que padecen Parkinson.
Por último, Jesús Piqueras señaló que el estudio ha revelado que los pacientes que toman uno de los medicamentos que se prescriben habitualmente para el Parkinson, el pramipexol, tienen el ventrículo izquierdo más dilatado, agrandamiento que puede ser antesala de la insuficiencia cardíaca.

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