De las Escuelas del Ave María al colegio Ramón Cajal de Puertollano, dos modelos educativos sin centenario

Julio Bayo.- Durante un siglo la chiquillería no ha dejado de ir y venir por los prados del Ejido de San Gregorio camino de aulas, pizarras, maestros y pupitres en los que convertirse en el pilar social de Puertollano. Tiempos de extremo analfabetismo, de familias sin pan que llevarse a la boca que sobreponían buscarse la vida a educar a sus retoños, y de carencia de escuelas suficientes y en condiciones dignas ante la falta de “cuartos” y de interés de las instancias oficiales.
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Por más que lo intento no logro sumar el centenar de años que dice cumplir el colegio Ramón y Cajal de Puertollano. En las últimas fechas he seguido a través de la prensa que este centro educativo iniciaba los actos de celebración de dicha efemérides, que con todo esmero preparan docentes y padres. No consigo llenar la tarta con las velas necesarias al contrario de los que argumentan que estamos ante el colegio más antiguo de la ciudad.

Si somos rigurosos con la historia no existiría tal celebración por el momento, ya que todavía quedan por delante algunos quinquenios para tan singular cumpleaños. Pongamos un ejemplo. Me pregunto si a la cronología de la Chimenea Cuadrá se sumarían los años del castillo medieval que coronaba el cerro de Santa Ana, seguramente que no, nada tiene ver. Pues estamos en un caso similar.

Hablamos de dos proyectos educativos totalmente distintos, uno privado, las Escuelas del Ave María, promovido por un Patronato y dirigido desde la Casa de Madre de Granada, y otro público, el colegio Ramón y Cajal, a iniciativa del Ayuntamiento y con subvención del Ministerio de Educación, dos modelos distintos y diversos que no tuvieron continuidad en el tiempo. Pese a ello hay quien ha pensado que vale sumar y seguir.

Dudas sobre el inicio del colegio

En su día algunos de los que se dedican a la historia ofrecieron información genérica sobre las Escuelas del Ave María, que se ha reproducido en diversas publicaciones posteriores. Quizás es hora de plantearse una revisión profunda sobre la trayectoria del centro, como en el propio inicio de las Escuelas. Cuando Andrés Manjón publica en 1915 las Hojas Históricas del Ave María, Puertollano ya aparecía en el listado como único municipio de la provincia que formaba parte de la red de medio centenar de centros repartidos por toda España. Por el contrario, los historiadores locales fijan en 1916 como fecha de su inicio y a partir de ahí se edifica el centenario.

De mercado de ganado a escuelas

Varios de los nombres ilustres del momento forman una asociación para promover estas escuelas, como Jorge Alcántara y Gregorio López Fernández, que en el 1917 solicitan edificar unas escuelas en el Prado de San Gregorio. Una propuesta a la que algunos ediles se muestran contrarios, ya que supondría eliminar de este lugar la celebración del mercado de ganados, un espacio más que idóneo que se encontraba a tan solo unos metros del Real de la Feria. Pese a las voces discrepantes y, tan solo un voto en contra, se da luz verde a un proyecto que un año después sigue en construcción.

Quién es el propietario de los terrenos

Cada día me surgen más dudas si realmente la propiedad de los terrenos de las Escuelas del Ave María correspondía a ese Patronato o si Plaza de Toros era de la Sociedad La Taurina y no del Ayuntamiento. Si fuera así por qué el 19 de diciembre de 1933 la Corporación Municipal se opone a que se inscriban las escuelas a nombre del citado Patronato al “estimarse que son del pueblo”.

También desconocemos el motivo por el que la Sociedad La Taurina no escritura el coso taurino hasta 1954. Los misterios de la historia, pero cada vez estoy más convencido que fueron cedidos por el consistorio, por lado para paliar los crecientes problemas educativos al aumentar la población escolar y por otro para que el municipio contara con un coso permanente aunque fuera de particulares.

Alejandro Prieto vino a cerrar las Escuelas

También de forma sucesiva se ha ofrecido una fecha sobre la llegada de Alejandro Prieto al frente de las Escuelas del Ave María de la que discrepo, ya que no llega a Puertollano hasta el curso 1929-1930 y poco después inicia las negociaciones con el Ayuntamiento para la venta de las escuelas. Es decir, viene a la ciudad a poner el punto y final al centro educativo.

El proceso se inicia en 1931 para la venta de los solares y de unos edificios que ocupan 7.400 metros cuadrados con 484 de muro de cerco, seis pabellones de aulas, dos clases al descubierto, una casa, dos retretes, un pozo de agua potable y arbolado. En principio se valora en 125.000 pesetas y después se reduce a 103.000 pesetas.

Otra de las cuestiones que quedan en aire es cómo Alejandro Prieto logró escriturar las Escuelas a su nombre sin ser su propietario y no se hiciera, como era lo más lógico, a favor del Patronato creado por empresarios locales o la propia Casa Madre de Granada. Lo cierto es que pasar por Notario resultó todo un negocio, no para Prieto, que en 1936 fue fusilado, sino para sus herederos que se hacen con la propiedad y que tras la guerra civil continuarían con las negociaciones de compraventa con el Ayuntamiento.

Un colegio Ramón y Cajal en la Segunda República

Lo cierto es que durante la Segunda República ya existía en Puertollano un grupo escolar con el nombre de Ramón y Cajal situado en los locales del Centro Popular de Instrucción, que queda clausurada dada la inseguridad del recinto. A principios de 1935 se estudia la posibilidad que el citado grupo vaya a parar a las Escuelas de Ave María mediante un contrato de arrendamiento al precio de 6.000 pesetas anuales, a fin de evitar el cierre de estas escuelas nacionales que cuentan con seis secciones.

Un nuevo colegio en el Ave María

En 1953 comienza el relato del colegio Ramón y Cajal con las primeras gestiones del alcalde, Emilio Caballero, con los herederos de Alejandro Prieto para la compra de los terrenos para la construcción del mercado municipal y de dos escuelas graduadas y la búsqueda de financiación a través del Banco de Crédito Local.

Las posiciones iniciales son distantes por el excesivo precio que reclaman los herederos y comienza un proceso de negociación con el ofrecimiento de 470.000 pesetas. En diciembre del 53 se derriban los pabellones de las Escuelas del Ave María, tras alcanzarse un acuerdo con el hermano de Alejandro Prieto de compra de 6.035 metros cuadrados de terreno. Por el contrario con la otra propietaria de 1.450 metros cuadrados, Angelina Galindo Sánchez, hay posiciones distantes, por lo que se procede a la inmediata ocupación, mediante expropiación de dicho terreno, por el que se abonan 29.232 pesetas.

El Ministerio de Gobernación por decreto de 8 de enero de 1954 declara de urgencia las obras de construcción por el Ayuntamiento de Puertollano de un grupo escolar “al ofrecer un estado ruinoso las actuales Escuelas con peligro para la población infantil, exigen con urgencia obviar las dificultades u obstáculos que pudieran ofrecerse en la ocupación de los terrenos afectados por las obras”.

La empresa de Juan Bautista Puldain se encargará de levantar el colegio Ramón y Cajal por un importe de 887.525,79 pesetas, de los que 400.000 pesetas serán aportadas por el Ministerio de Educación Nacional.

La visita de Ruiz Giménez

Tras este largo periplo el colegio Ramón y Cajal abre sus páginas educativas el sábado 16 de julio de 1955 con la inauguración de las nuevas instalaciones de diez secciones por el Ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz Giménez, en una intensa jornada en la que visita las obras del nuevo instituto Fray Andrés, la nueva Escuela del Trabajo, el gimnasio de la Delegación Nacional de Deportes, la exposición de trabajos escolares del curso 54-55 y las Escuelas Salesianas.

También será recibido en el Ayuntamiento, en donde pronuncia el discurso institucional, y hasta tiene tiempo de un alto en el camino para refrescarse con el agua agria, y conocer la barriada Ojailén en donde simbólicamente cogió el pico de uno de los trabajadores de las obras de las escuelas que se levantan en ese barrio minero.

Una visita y una inversión que se enmarca dentro del objetivo “de ayudar, orientar, encauzar y estimular todo el caudal de entusiasmo que en orden a la educación y a la cultura bullen en el pecho de los manchegos”.

Solo recuerdos de lo que fue

Nada queda en pie de aquellas manjonianas Escuelas de Ave María. Tan solo el callejero refleja de forma permanente aquel pasado educativo, Ave María, Padre Manjón y Alejandro Prieto. Los más mayores aún siguen nominando al colegio Ramón y Cajal como “Ave María” lo que acaba desdibujando lo que uno y otro e incluso fundiendo lo que fueron modelos educativos.

Tampoco queda ni rastro de los pabellones del primitivo Ramón Cajal del franquismo, pero en un caso y otro lo importante no es el continente ni el espacio, sino el contenido. Todas las generaciones de alumnos que aprendieron en estas aulas a edificar su futuro y a los maestros que durante años tuvieron la difícil misión de trazar el camino de los que serían los hombres y mujeres de esta ciudad.

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5 COMENTARIOS

  1. No me ha gustado, el artículo publicado sobre el centenario del colegio público «Ramón y Cajal» de puertollano. Soy natural de esta localidad y con bastantes años a mi espalda y recuerdo este centro como escuelas del «Ave María» que luego pasaron a llamarse Ramón y Cajal. La verdad no entiendo a qué se debe el comentario de las 100 velas. Entiendo que quiere sembrar la duda del centenario entre los jóvenes de la ciudad, ya que los no tan jóvenes sabemos que se trata del mismo centro y que se fundó en 1916.
    Un saludo

  2. Completamente de acuerdo contigo Julia. Felicidades a toda la comunidad Educativa del Colegio Ramón y Cajal por este centenario y a Puertollano por esta celebración.Por tantos profesores y alumnos que han pasado por esas aulas y que siempre recordarán.

  3. El rigor histórico se pierde cuando uno hace conjeturas o vierte opiniones propias sobre los hechos, como aquí se contempla. El exceso de celo en el rigor nos lleva a perder la esencia de lo que se pretende y más si el fin al que se llega es beneficioso para una comunidad. Si fuéramos estrictos en fechas, Jesucristo no nació el 25 de Diciembre según estudios tuvo que suceder más bien para primavera u otoño y en el año 2 ó 3 DC. Pero eso no quita que se utilice la fecha de una fiesta pagana romana para reunir a familias creyentes y reforzar sus vínculos. Tampoco murieron Cervantes y Shakespeare el mismo día, un 23 de abril. Cervantes lo hizo el 22 y el inglés el 3 de mayo pero eso no quita que se celebre tal día como el día del libro y los derechos de autor en todo el mundo. Si seguimos con centenarios ¿cual consideramos que es el de la obra de la Celestina?, ya que esta obra ha sufrido cambios estructurales en su composición a lo largo de la historia para hacerla llegar a más lectores, ¿Qué consideramos como legitima la de 16 actos o la de 21?, pero lo importante no son las fechas sino lo que aporta la obra a la sociedad. ¿Qué daño se hace con celebrar un encuentro de cultura?, ¿Qué notoriedad da el desvirtuarlo? Cada uno con su conciencia, yo lo celebrare con alegría sea con rigor o sin él, pues allí estudio mi padre en el 42-43 , yo por los 80 y actualmente mi hija.

  4. Veo que su publicación no ha tenido mucho éxito, aunque solo sean 3 los comentarios negativos los recibidos, pero es que son todos y los únicos. Yo voy a añadirle un comentario más. Desconozco quién es Ud., su trayectoria en el pueblo, ni qué le avala para publicar este extenso artículo, a la par que inexacto, pues insistiendo en lo que mencionaba Manuel al respecto del “rigor histórico”, un historiador, según la Real Academia, es una “persona preparada profesionalmente para el estudio de la historia”, algo de lo que no se vislumbra en su artículo, por lo que deduzco que Ud. no lo es, pues efectivamente carece de rigor en esta materia, y está sembrado de opiniones personales, las suyas, que al hablar de “oído” lo que hacen es confundir y seguramente herir a personas, que aun con el paso del mucho tiempo transcurrido, todavía tienen muy vivo el sentimiento de las Escuelas Campestres del Ave María.
    Ante todas esas dudas que Ud. manifiesta sobre la verdadera propiedad de los terrenos del Ave María, yo le invito a que vaya al Rº de la Propiedad, algo que cualquier mero estudiante de primaria se le ocurriría para averiguar detalles de esa índole, y allí podrá comprobar que existe una inscripción en la que en 1933 la finca, perfectamente detallada y con una superficie de 7.451,82 m2, valorada en 21.000 pts., estaba a nombre del Patronato de las Escuelas del Ave María. ¿Y sabe Ud. cómo este Patronato se hizo con esos terrenos? pues mediante un empréstito con participaciones de 500 y 1000 pesetas, que las personas de bien de aquellos momentos en Puertollano, suscribieron con un tipo de interés de 5% y a devolver en un máximo de 10 años. ¿Qué tendrá que ver los terrenos de la plaza de toros con todo esto? Perdóneme, pero Ud. está errado, o como mínimo, desinformado.
    También se pregunta por la actuación del Ayto. de Puertollano, reclamando para así la propiedad de dichos terrenos en 1933, y yo se lo voy a explicar. Muchos años antes de todo eso, durante la construcción del centro, un vecino del pueblo, D. Pablo González Bueno, vendió al Patronato una de las fincas colindantes a esos terrenos, que era de su propiedad, y cuando el Patronato satisfizo la cantidad acordada, resulta que siendo fallecido D. Pablo, el Ayuntamiento de Puertollano la reclamó para así por una enajenación anterior, quedándose el Patronato sin ella. Posteriormente, en 1933 como Ud. cita, y a partir de esa pequeña finca que daba a la calle Ave María, el Ayuntamiento de Puertollano alegó unos supuestos derechos sobre la propiedad de “parte del solar” donde se halla construida la finca (leo textualmente del Registro de la Propiedad), cuya resolución se dictó en enero de 1934 por el juez municipal de Puertollano, D. José Rodríguez Olmo, desestimando la posición interpuesta por el Ayuntamiento, representado por su alcalde, D. Leonardo Rodríguez, y por el concejal, D. Benito Bonales. ¿A qué viene esa burda manifestación que Ud hace de que la Corporación Municipal se opone a que la finca de las Escuelas del Ave María se inscribieran a nombre del Patronato, reclamándolas “para el pueblo”? Infórmese por favor, pues ya estaban a nombre del Patronato, y en ese momento que Ud cita, es un trámite por el cual pasaban a nombre de D. Alejandro Prieto Serrano que las adquirió al Patronato, pero resultó que esa reclamación del Ayuntamiento, no se ajustaba a derecho, que todavía existía en esas fechas. Así que nada de demagogia barata que es lo que parece que Ud. está haciendo en su artículo.
    Aprovechando la cita sobre D. Alejandro Prieto, Ud. opina/piensa que este señor vino a cerrar las Escuelas. ¿Pero cómo se puede hacer una manifestación de este calibre cuando se carece de la más mínima información? De nuevo es Ud. muy poco riguroso, pues refiriéndonos otra vez al Registro de la Propiedad, allí podrá comprobar que D. Alejandro aparece inscrito como el propietario de las Escuelas, en un acto de compra-venta fechado en agosto de 1934, al adquirirlas al Patronato. Es verdad que este hecho puede estar sembrado de dudas en lo que a motivos se refiere, pero esa fue la realidad, y más tozuda aun cuando posteriormente acaeció el luctuoso conflicto de la Guerra Civil, las consecuencias trágicas para el propio D. Alejandro, y el beneficiado indirecto de estos sucesos, la familia del citado D. Alejandro. Yo dispongo de otras informaciones y fuentes que pueden explicar parte de los hechos, pero esto no se lo voy a confiar a Ud.

  5. El sistema educativo funciona, y por primera vez Puertollano lo ha demostrado celebrando su Centenario, el Centenario del Ave María y Ramón y Cajal. La enseñanza de Puertollano puede sentirse en condiciones de ofrecer respuestas a este respecto, y con resultados muy positivos. El paradigma nihilista de este Puertollano destruido y abandonado de todos está dando paso a un relato reconstructivo en la enseñanza como demuestra la celebración del Centenario gracias a los esfuerzos y dedicación del equipo de educadores del Colegio Ramón y Cajal, con Dñª Cristina, directora de este centro educativo, al frente del Evento.

    Es lo de menos, pero el pasado no se cambia ni se reescribe, se estudia, con fuentes y documentos, no con la ideología como referencia conductora. En eso consiste la investigación, en dejar que hablen las pruebas. En este caso las que hablan son las voces de los que ya no están. Esos episodios de un ayer lejano emiten hoy reflejos tornasolados cuando aluden a la Chimenea Cuadrá, Castillos Medievales, velas que se añaden a la tarta, quinquenios que se suman y no llegan a cien, pero se olvida el inductor de restar para aclarar, para aclarar sus mal intencionadas dudas.

    Si pretendemos ser rigurosos con la Historia, también lo hemos de ser con lo que hablamos y/o escribimos.

    Efectivamente en 1915 D. José Díaz y Díaz Patón solicito colaboración a Granada al Padre Manjón, pero fue en septiembre de 1916 cuando se abrió la primera clase del AVE MARÍA en Puertollano, y en febrero de 1917 el padre Manjón de dirigió por carta manuscrita a D. José Díaz y Díaz Patón felicitándolo por la buena acogida que habían tenido las citadas escuelas en Puertollano, pero además, en carta posterior y dentro del mismo año, ya le anuncia el mencionado Manjón el envío a Puertollano de otros dos educadores, femenino y masculino.

    En cuanto a la propiedad se refiere si cada día se le crean más dudas, está claro, unos leen lo que saben y otros saben lo que leen, y donde tienen que leer para hablar con propiedad y no tocar de oído, y comprobará: Historial Registral Finca 6.123 de Puertollano. Urbana Casa en la Ciudad de Puertollano situada en la Plaza de San Gregorio sin número de orden, tiene varias habitaciones que se destinan a vivienda y diferentes Pabellones que se destinan para la enseñanza de niños, por lo que se conoce y titula por Colegio del Ave María etc.etc.etc.

    Sería una irresponsabilidad boicotear la celebración del Centenario minimizando el esfuerzo de sus organizadoras y que muy bien pudiera reflejarse en decadencia de los deberes escolares.

    Tuve la gran suerte cuando trabajaba, de viajar por varias ciudades de Europa, pudiendo comprobar que en la única ciudad que se cuestiona su propia existencia es Puertollano.

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