Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Barajan recurrir a los tribunales o incluso permanecer en el centro hasta que los desalojen. Los usuarios de la residencia de ancianos de la Plaza del Pilar, ubicada en el antiguo edificio del Banco de España, se niegan a abandonarla y no aceptan que la empresa, que habría vendido el inmueble y cesará la actividad por jubilación de su administrador, les dé únicamente un mes de plazo y pretenda que los usuarios se marchen en plena Navidad.
Rosa Porras Camarena, familiar de una de los residentes y portavoz de los afectados, ha explicado en rueda de prensa que hace apenas una semana se les comunicó que los usuarios deberían abandonar el centro en plenas Navidades. En la carta que les fue entregada, el representante legal del Centro Residencial Ciudad Real SL informa del cese definitivo y permanente de la actividad, con el cierre del establecimiento antes de finalizar el mes de diciembre de 2016.
El motivo, señala el escrito, es la jubilación del administrador único de la empresa, «que no puede continuar gestionando y administrando el negocio, sin que vaya a sucederle nadie en tales cometidos». Antes de comunicar a los usuarios esta decisión, la dirección de la empresa, indica el documento, realizó «gestiones para asegurarse de que existen plazas disponibles para todos los residentes en otros establecimientos de Ciudad Real con características y prestaciones muy similares».
Por otra parte, Porras Camarena afirma, aunque matiza que la empresa lo niega, que el inmueble se ha vendido a una sociedad de Tomelloso. La operación, asegura, se habría cerrado el pasado 25 de mayo. Desde entonces, señala, «han tenido tiempo de avisarnos» para que los residentes dispusieran de margen suficiente para valorar otras opciones». Al parecer, el centro ha sugerido a los usuarios que se trasladen a una residencia en Poblete o a otra situada junto al Hospital de Ciudad Real. Opciones que les no satisfacen.
Los familiares de los afectados estudian presentar una demanda colectiva «para que un juez determine si es cierto o no que necesitan más tiempo». Otra opción que barajan es negarse a abandonar el edificio y esperar a que los desalojen. De los algo más de 40 usuarios del centro, solo 3, explica la portavoz, han comunicado su voluntad de marcharse. «El resto no tiene intención de salir de allí», recalca. Refrendando estas palabras, varias residentes que han asistido a la rueda de prensa asentían y manifestaban con vehemencia su deseo de permanecer en el centro.
Rosa Porras hacía hincapié en que solo piden una cosa, «y es la que no nos dan», tiempo. No obstante, en negociaciones posteriores, según ha indicado, el centro habría concedido algunos días más de plazo, pero también «insuficientes».
Durante el encuentro con la prensa ha relatado el caso de su madre, que ingresó en el centro en mayo, «cuando ya estaba vendido» el inmueble. Cuando una persona llega a una residencia, argüía, «lo hace en una situación límite, con una profunda sensación de desarraigo». Dejan «su casa, su familia, su cotidianidad», lo que, como a su madre, les puede acarrear una «profunda depresión». Afortunadamente con el tiempo se recuperó, «porque es una residencia muy familiar». Desde luego, ha aseverado, no la habría llevado a esa residencia de haber sabido que iba a cerrar. La situación le parece «una estafa y una villanía».
Un caso similar al de Manuela, otra de los familiares cuyo hermano regresó al centro el 17 de octubre, después de una estancia anterior, «con un nuevo contrato hasta diciembre y la posibilidad de mantener la habitación» con posterioridad; «ocultándole», por tanto, la venta y el cierre del establecimiento, por lo que también se siente «engañada».
Es increíble que esta noticia no tenga más comentarios. Vale que sea una residencia muy costosa, en la que sólo se admiten a «válidos». Pero una persona mayor es una persona mayor, y con dinero o sin él, necesita una atención profesional y médica y una rutina, muy importante en el caso de personas mayores.
Mi apoyo a todos ellos y a sus familias.
Sra. «lupita», supongo que tendrá conocimiento de que en esta Residencia la estancia permanente en calidad de «válido», en una habitación individual, es de 1.998,70 €/mes.
Si consideramos que, actualmente, la espera media para acceder a una Residencia pública es de cuatro años y a una concertada está entre 4 meses y año y medio, y, además, muchas personas de las que se encuentran en la cola son altos dependientes (grado II ó III), esta circunstancia que nos ocupa, va perdiendo relevancia.
Como dato, le indico que la provincia de Ciudad Real cuenta con 74 Residencias para Mayores autorizadas (5.907 plazas) y el 49% de ellas son públicas o concertadas, con un importe máximo de 715€/mes.
Además, Castilla La Mancha es la segunda red pública de Residencias para Mayores más importante de España, por su ratio de plazas y por un presupuesto anual de casi 95 millones de euros.
Sra. «lupita», se trata de dar respuesta a los más vulnerables y dependientes de la sociedad ya que, como bien sabe usted, «las penas con pan son menos»…
Ah, por cierto, no sé si sabrá que nuestros mayores (los más «pudientes») se están poniendo las pilas y están explorando nuevas fórmulas de vivir su senectud. Es lo que se denomina «cohousing»…Pues, a explorarlo…
Este edificio no erá hace años una pensión o un hostal, aparte que en su día fuera un Banco?
(mi apoyo a los residentes)