Solitarios: Buero Vallejo

Jesús Millán Muñoz.- 0. ¿Qué es la literatura, qué es el teatro, qué es la literatura-teatro de Buero Vallejo? ¿Qué nos dicen hoy, a nosotros, la biografía de Buero, la literatura-dramática de Buero? ¿Qué podemos aprender y aprehender de su vida, de su teatro-literatura, de sus ideas-conceptos…? ¿Si Buero hubiese sido un autor alemán o inglés o norteamericano o francés le hubiesen dado multitud de Premios Internacionales en literatura, incluso el Premio Nóbel?
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¿No sabemos defender lo nuestro, lo nuestro sea de productos mercantiles, sean de productos culturales, sean de nuestros hombres y de nuestras mujeres…? ¿Debemos en Hispania, en la Mancha cambiar de mentalidad, y narrar-contar-redactar nuestras grandes glorías, sin olvidar nuestras grandes miserias…? ¿La España negra como concepción ha permanecido durante siglos, pero lo peor es que quizás haya incrustado dentro de nosotros, se ha insertado en nuestra conciencia? ¿Los celtiberos actuales, tenemos bajo autoestima, los manchegos tenemos poca autoestima, y no valoramos lo suficiente lo que hemos sido, lo que somos, lo que podemos ser…?

1. Antonio Buero Vallejo, Guadalajara, 1916, + Madrid, 2000.
En razón y motivo de homenaje vamos a intentar entresacar algunas ideas de la biografía y de la obra-producción de este genial autor, para el segundo motivo y razón de este artículo, no solo sepamos algo más de este ser que tuvo carne-sangre-nervios y sombra, sino para intentar que nosotros nos entendamos mejor y, quizás, también el tiempo que nos toca vivir. Porque las obras maestras de la producción humana, sean ciencias, artes, letras, filosofía, teología, cultura en general, una de sus finalidades es que los seres humanos aprendamos a ver en ellas, en sus espejos, la realidad exterior e interior. Ahí va:

– Es imposible narrar todos los vericuetos biográficos de este autor, y en el fondo el drama personal y familiar, pero esto forma y conforman la esencia de su escritura, posiblemente la esencia de su biografía. Los hechos que le acontecieron, los hechos en los que estuvo inserto, conformó para siempre diríamos la sangre de su dramática-tragedia y de su teatro. De forma directa e indirecta.

Como siempre deberíamos pensar y meditar seriamente hoy, hay que intentar no ya que no sucedan o vuelvan a suceder hechos similares al pasado, pero con eso no es suficiente, sino que no hay que poner las baldosas y las condiciones para que un hecho semejante se produzca. Esta es la verdadera sabiduría que se debe de aprender y aprehender del pasado. Por supuesto nadie quiere y desea un conflicto militar civil incivil cruento al máximo, pero no somos conscientes que podemos estar poniendo las “condiciones para que surja, si no uno igual, podemos crear las condiciones para que surja uno similar, u otros que pueden acarrear muchos sufrimientos”. Como diría Francisco de Sales, las guerras, no solo traen muchos muertos, sino que crea muchos malos. No se percibe en el horizonte un conflicto armado, pero si diríamos “una dislocación seria y profunda de la sociedad, y quizás, algunos individuos y colectivos e ideologías, sin ser conscientes de ello, pueden estar colaborando en ello”. Después vendrá la incertidumbre… Esta es la cuestión grave y gravísima.

– Existen los anhelos-deseos y también el temor-miedo en sus personajes, en la narración teatral de la realidad, en la profundización y esencialización del personaje, que en definitiva, son arquetipos de la realidad humana, de personas que pueden existir. Cambian las situaciones y motivos y biografías concretas, pero la literatura, eleva a símbolo-signo-metáfora todo. Es por eso que se produce la catarsis y el espejo de lo que somos o de lo que podemos ser. El drama teatral es uno, una es la obra, pero ese drama se eleva en multitud de formas y maneras por la realidad biográfica de millones de seres humanos, cada uno con sus circunstancias. Cambian las circunstancias y algunas variables y factores, coinciden la masa esencial de ese magma de realidad profunda… Por eso desde los griegos, posiblemente desde la prehistoria, necesitamos que nos narren, narrarnos a nosotros mismos, para entender-comprender la realidad, interna y externa, a nosotros y a los demás.

– “La vida es algo que parece un sueño, pero que nos compromete hacia la muerte”, llegó a indicar en una entrevista Buero.

No sé si alguien puede sintetizar mejor que en esta frase todos los elementos racionales e irracionales, individuales y colectivos, materiales y metafísicos de toda existencia humana. Creo que ante una frase como ésta, expresada en una entrevista, creo que no sé que otro comentario se puede indicar…
– “Yo creo que soy una persona bien intencionada”. Frase indicada también en una entrevista combinada con forma de documental.

Para mí esta concepción es muy importante, una persona, que fue capaz de mantener un sentido moral, un sentido humanístico muy profundo, incluso teniendo en cuenta la biografía personal y familiar, tan dramática de esa realidad. Creo que es para quitarse el sombrero. Un ser humano que hasta donde conocemos intentó ser imparcial, buscar la realidad, e intentar racionalizar el pasado, creo que merece en un país-paisaje-paisanaje como el que forma Hispania, que es en gran parte, siempre lo ha sido, tiene un grado elevado de irracionalidad. Creo que esa característica de su personalidad no solo es loable, sino que deberíamos aprender-aprehender hoy, hoy que existe la incertidumbre que lo “irracional vuelva a ser el protagonista de nuestra microhistoria y de nuestra macrohistoria”.

– No se puede entender el teatro de Buero, sin esa ansía de piedad-misericordia-conmiseración que tiene del y sobre el ser humano. Esa fragilidad-deficiencias-limitación-sufrimiento que todo ser humano arrastra, dentro de sí, fuera de sí, a nivel individual y a nivel colectivo. Es como si siempre nos estuviese diciendo, tener piedad de vosotros mismos, tener piedad de los otros seres humanos, tened piedad de la humanidad… Es diríamos, bajo mi modesta interpretación, uno de los grandes polos de interpretación de Buero. Sin negar que él, siempre indicó que la vida es una especie de cuerda, con hilos dulces y alegres, y con hilos amargos y dramáticos tristes.

– Siempre me he preguntado, nunca lo he sabido, quizás exista, pero por qué Buero, aunque sea en secreto, quizás para publicarse cincuenta años después de su fallecimiento no escribió una biografía o autobiografía. Cierto es que todas sus obras, de forma parabólica, metafórica, simbólica narran vivencias-experiencias profundas de si mismo y de su época. Pero no una autobiografía, que yo sepa, de varios cientos de páginas. No sé exactamente, si en su correspondencia epistolar quedaran más fragmentos de su vida, pero de existir, nunca ocuparía el lugar de una autobiografía o unas memorias…

Buero, con todos los matices y peros, que se quiera imponer, parece que nunca ha gustado, ni a unos, ni a otros, o mejor dicho, no ha gustado lo suficiente. No podemos decir, que no haya tenido presencia pública, ni presencia cultural, pero siempre menos de lo que se merece y se ha merecido. Quizás, porque fue una persona que fue evolucionando. Y quién piensa y evoluciona interior y mental y conceptualmente no gusta a los demás. Porque no es de unos solo, ni va contra otros, siempre. Sino que va evolucionando, percibe luces y sombras y negruras, en unos y en otros.

Creo que Buero en un país como Francia o Alemania sería, solo por su vida combinado con su obra cultural y literaria, habría sido como un egregio del Parnaso. Pero en Hispania siempre sucede lo mismo, a sus grandes mentes, siempre se les ningunea de alguna manera. Siempre encontramos, nos metamos todos, alguna razón, consciente o inconsciente para infravalorarlos, para decir que si, pero no…

– Siempre nos está Buero narrando los conflictos internos y los colectivos-sociales, y la interrelación entre ellos. Quizás en definitiva, sea el elemento trágico-dramático similar al drama clásico griego.
Narrarnos o dramatizarnos la circunstancia. La circunstancia como un elemento esencial, y no solo orteguiano, sino la circunstancia de las personas que pasan por graves dificultades, graves límites, graves dilemas, graves situaciones de abismos, grandes miedos-temores y grandes esperanzas… Porque ser condenado a muerte, no es una cosa pequeña, ni baladí, ni circunstancial menor… Diríamos que no puede ver-sentir-pensar-estar lo mismo en la vida-existencia, se piense lo que se piense, quién haya sido condenado a muerte, cómo quién no lo haya sido, quién haya estado en un campo de concentración que quién no haya estado, quién haya pasado hambre que quién no lo haya tenido, que quién haya salido o lo hayan llevado a hacer el paseíllo, aunque no se lo hayan terminado de hacer, que quién no lo haya pasado…

A veces, he pensado que Buero es un griego, un Esquilo-Sófocles-Eurípides moderno, es un Esquilo-Sófocles-Eurípides que pasea-paseó por Madrid y por la Piel de Toro. Pero cómo su sombra la proyecta casi mayoritariamente en las calles de Madrid y de Guadalajara y en algunas cárceles diferentes, o las proyectó, no hemos sido conscientes que hemos tenido entre nosotros un autor griego o casi una reencarnación de hace veinticuatro o veinticinco siglos… Y no le hemos dado la importancia que merece.

Pero esperemos que eso se rectifique, que el purgatorio que dicen, pasan muchos escritores, que ese purgatorio que está pasando Buero se solvente y vuelva a ser lo que es, una luz en la noche, y la noche puede surgir en cualquier tiempo y época. Estamos condenados a caer en la noche. Buero, puede que nos enseñe, si caemos a salir mejor de ella, puede que nos enseñe a no caer en esa noche. Pero la pregunta, ¿unos y otros, da lo mismo la bandera de su corazón, quieren beber algo del agua que Buero nos ofrece, que en definitiva, es ese alimento que durante siglos ha traspasado las generaciones, que las personas se miren con más piedad a sí mismas, con más misericordia a los demás…? ¿Esa línea que va de Dostoievski-Tolstoi a Eurípides-Sófocles…?

Buero, no es un escritor menor, no es un escritor bueno o excelente de segunda fila, Buero, ha sido atrapado por las circunstancias, y con Buero no hemos querido, o no hemos sido capaces de ver-sentir-pensar todo el tesoro que encierran cada una de sus palabras, cada una de sus frases, cada una de sus escenas. Que no haya sido o defendido un teatro vanguardista, en el sentido clásico de esa palabra, clásico porque ya llevamos dos siglos de innovación, no quiere decir, que su teatro sea un teatro sin innovaciones y creaciones… Solo hay una solución, la misma que un descendiente de Joyce indicaba para el Ulises de su predecesor, “métase en el Ulises, léalo, sumérjase en esa obra”. Pues lo mismo aconsejo yo con Buero… Mi pequeño homenaje en este pequeño artículo…

2. Para terminar, me parece que Buero, su biografía y su obra es como un lago inmenso. No se puede terminar, no se puede acabar. Pero hoy, creo que deberíamos aprender tres cosas al menos, primera, no caer en las variables irracionales de la historia, intentar curar las heridas del pasado ya casi lejano, para que no se vuelvan a poner las condiciones y circunstancias que no sabemos dónde nos podrían llevar.
Segundo, siempre que recuerdo a Buero, recuerdo a Cela, y recuerdo también a un tal Hilario M. Los tres nacieron en el año 1916, y los tres pasaron los vericuetos de esos años convulsos, que les metieron las circunstancias y los prohombres de esa época, pero que ellos y tantos como ellos, sin comerlo, ni beberlo, ni desearlo, ni quererlo, fueron el pasto de las fieras de las circunstancias y de su época… Estos tres nombres, los dos primeros egregios escritores, el tercero, no fue escritor, sino un ser humano que vivió. A estos tres personajes mi más profundo homenaje. Y con estos tres a toda esa generación que no tuvo adolescencia, ni primera juventud, sino solo el sufrimiento de la historia. Para que no se repita.

Tercero, creo que Buero se merece una Fundación-Museo que custodie su obra, que acumule material y documentación y archivo sobre su biografía y su creación cultural. Creo que Buero se lo merece, pero nosotros también lo merecemos. Sea una Fundación que su sede esté en Madrid o su sede esté en Guadalajara. Creo que Buero y las generaciones futuras lo necesitan. Ahí queda el guante de seda o de algodón para quién lo quiera y necesite recoger.

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