Agujeros de verano

joseRivero2La diversidad de asuntos que componen el verano, tienen un solo argumento por más poliedrico y facetado que se presenten su perfiles y miradas.

Como si fuera cierto lo de Hay otros veranos, pero todos se resumen en este.

Para algunos el verano es  la holganza; para otros es la vacación laboral o escolar; para los de arriba son las fiestas patronales; para los de abajo el negocio hotelero y para los de enmedio  el sol flamigero.

Ha dejado de ser lo que era antes, el periodo de colectas y cosechas.

Pero todos estos acontecimientos, lugares y propuestas participan del signo de la banalidad.

Una banalidad placentera y aceitosa que prolonga su carácter efímero en su condición venial, pese a todo.

Nada capital acontece entre el 21 de junio y el 21 de septiembre.

Todo lo sucedido antes, ahora y después es el prólogo de la simpleza estival.

Baste reconocer todo ello, en el declive de la cartelera cinematográfica, en el adelgazamiento de los periódicos y en las canciones espanti-horrendas llamadas con sorna cancionesdelverano.

En las rebajas estivales, en los festivales musicales todo-a-cien y en la elección de las reinas de belleza lugareñas.

En el cloro de las piscinas petadas de bañistas sudorosos, en los premios poéticos con y sin pedigrí, en los fichajes de deportistas  glamurosos y en las parrillas televisivas, colmadas de graciosos.

Hace algunos años, en los albores de la Transición democrática, comprendí fatalmente que el franquismo sociológico pervivía en verano como una serpiente estival.

Pervivía oculto y activo al mismo tiempo, bajo el patrocinio de concejales de festejos y de murgas beodas entonando Paquito el chocolatero; pervivía bajo el humo rancio de puestos de churros y al son de una romanza jocosa.

Una muestra del carácter pérfido del salón estival es visible en la galería de objetos que emergen como fauna efímera y volandera. Y sin alma.

No sólo los pregones festivos y los programas feriales.

Hay una maldad objetual objetiva que nos colmata y asedia.

Como un cerco de pesares estivales que rubrican tanta beocia,

Sombrillas, butacas, pelotas, palas y cubos.

sudaderas, gorras y sombreros, lociones y bronceadores.

Neveras portátiles, hornos de campaña, camping gas, tiendas canadienses y parasoles.

Musleras y diademas, camisetas publicitarias y esterillas de promoción.

Ante tal desfile de vanidades uno no deja de preguntarse ¿Hasta cuando?

O dicho de otra forma ¿cuando termina la pesadilla?

José Rivero
Divagario

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3 COMENTARIOS

  1. Para salir de la pesadilla del verano, deberíamos volver al trabajo y los niños a la escuela. Así podríamos desterrar el franquismo sociológico que se menciona.

    Un buen divorcio en vacaciones también ayuda. Nada como un divorcio veraniego para dejar de ser franquista sociológico.

  2. El franquismo sociológico ya ha sentado las bases del nuevo franquismo político y económico. Darán su primer golpe el 1-O…seguramente.

    La Fundación Francisco Franco denuncia a cualquiera que ponga un adjetivo al genocida de Franco, funcionarios de Patrimonio Nacional echan a un profesor por recriminar a un fascista que ponga el brazo en alto en la tumba del dictador, las redes sociales se llenan de neonazis con menos cerebro que una ameba que amenazan e intentan distorsionar cualquier atisbo de socialdemocracia, el Ayuntamiento de Guadalajara pide 2.000 euros a la hija de Mendieta por sacar a su padre de la fosa común en la que estaba indignamente enterrado, la caverna mediática arde con Venezuela para poner al golpista Leopoldo López al frente del país, la policía política de Rajoy mete sus raíces en Catalunya, Los Ibex que se hicieron ricos en la dictaura vuelven a controlar el Gobierno de España, Florentino va a cobrar las autopistas rescatadas, Aznar ha terminado de hundir a las grandes familias de banqueros e industriales catalanes y vascos, TVE1 pide perdón por las ofensas al credo en la serie «El Ministerio del Tiempo», su director hace apología de su catolicismo, la Justicia se baja los pantalones ante Rajoy (por cierto, el mejor imitador de Lola Flores que ha habido en la historia del circo en España), el mercado laboral ya tiene menos derechos que en 1975, Ronaldo entra en coche a los juzgados, los bancos multiplican su beneficio pero se hacen los suecos con la devolución de lo «prestado», los liberales españoles se expanden a la velocidad de la luz, las renovables en España (Sol y Viento) siguen a la cola de Europa…

    Anda que no hay agujeros de verano…y el 1-O a la vuelta de la esquina sin posibilidad de freno.

    ¿Qué más podemos pedir?

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