Nosotros frente al mundo

MarcelinoCada vez que hay una guerra, a los soldados agresores se les arenga hablando de patriotismo. En realidad los intereses que la motivan son de cualquier clase menos patrióticos.

Cada vez que hay una guerra, el pueblo del ejército agresor es bombardeado con mensajes sobre los derechos humanos y la opresión en que vive la gente del país a atacar, y así ganar los corazones de la opinión pública.

¿Quién no es mínimamente consciente de que estamos sometidos a constantes campañas de desinformación manejadas por centros de poder ajenos a nuestra influencia? Entonces, ¿por qué miramos a otro lado como si no fuera así?

¿Nos cuesta trabajo entender cómo funciona el mundo o quizá lo entendemos, pero no lo queremos aceptar? Si no lo hacemos, nunca seremos capaces de mejorar nada.

Es posible que por eso hayamos preferido dejar de enfrentarnos a la realidad, tratando de escapar de ella, e inventarnos la artimaña de que el quid está en ver las cosas desde otra perspectiva; otro punto de vista que nos alivie; esto es, a la postre, la posmodernidad.

El sistema de alternancia partidista imperante es incompatible con la trasformación de las cosas, con el mejoramiento de nada. La alternancia se basa en ganar elecciones. Y las elecciones no se ganan sin demagogia ni mentiras ¿Conoce alguien a algún partido que se niegue a aplicar medidas que no figuraran en su programa electoral y convoque nuevas elecciones explicando la verdad punto por punto, a ver si el “pueblo soberano” está de acuerdo o no?

Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU son quienes tienen los ejércitos más poderosos del mundo y los principales vendedores de armas; armamento que finalmente se acabará usando.

¿De verdad puede este organismo ser fuente del Derecho Internacional?

¿Acaso no nos damos cuenta de cómo ese mismo derecho se exige a rajatabla a los demás excepto a ellos mismos?

¿Cómo consiguen nuestro beneplácito?

El dinero lo decide todo ¿Cuándo vamos a denunciar que el origen del problema no está sólo en su mala distribución, sino en quienes tienen la facultad de fabricarlo? Sí, en esas entidades financieras que determinan cuánto dinero circula y para qué, lo cual acabará determinando su reparto y el concepto estratégico de lo que es desarrollo o no.

¿Hay alguien que sea capaz de justificarlo sin que se le caiga la cara de vergüenza? ¿Cómo se puede hablar después de sistemas democráticos si los dueños de las fábricas de ese artículo que domina nuestras vidas actúan según intereses propios, ajenos a ese pueblo al que hipnotizan diciéndole que es el detentador del poder?

Todos los paraísos fiscales están controlados por el poder “wasp” –los anglosajones blancos y protestantes- Y, no nos engañemos, no son nuestros aliados; nunca lo han sido. Nos han invitado a su casa por conveniencia. El día que protestemos porque la sopa esté fría nos echarán a la calle. Eso sí, quedándose con nuestras pertenencias.

Bueno, a la calle todos no se irán. Se quedarán los colaboracionistas. Los encargados de mentir hasta el cansancio, desde la falsa izquierda y derecha, a quienes vagarán desconsolados e incrédulos buscando un puente bajo el que cobijarse.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

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10 COMENTARIOS

  1. Fenómenos como el Brexit o la elección de Trump, permiten imponer la voluntad de los electores a los intereses opacos de la élites y entidades financieras. De hecho, los populismos son una reacción a ese querer llevarnos por donde ellas quieren. Así que discrepo de tu análisis, porque la reacción es real.

    Sin embargo, no creo que los populismos quieran llevarnos a donde debemos, que es a una igualdad real ante la ley, a una seguridad jurídica para proteger el comercio y el trabajo, y a justicia social en interés (todo es interés) de las CLASES MEDIAS, las únicas que garantizan la estabilidad económica y política.

    El mérito y la capacidad deben regir el progreso individual, no el proteccionismo o el paternalismo estatal. Ese espíritu expandió la clase media española en los años del franquismo y los primeros años de la democracia.

    El capitalismo salvaje no puede pretender tampoco imponer su ley de la selva.

  2. En realidad, no se ha rescatado a la Banca; se ha rescatado a las cajas de ahorros. Estas entidades, con un origen benéfico de auxilio a los más humildes, eran regidas por políticos de todos los partidos y sindicatos de trabajadores y empresarios. Pero lo anterior tampoco es cierto. La verdad es que cuando los españoles pagábamos la quiebra de Bankia, CCM, Caixa Cataluña, etc…, realmente estábamos pagando la quiebra de las cajas y bancos alemanes.

    La deuda pública es otro embuste. Estamos ante un artificio contable. Nos cuentan que supone el 100% del PIB, y eso teniendo en cuenta el narcotráfico y la prostitución. En realidad, se aproximaría más al 150%. Otra leyenda urbana afirma que el Banco Central Europeo es el que compra nuestra deuda. La deuda pública española está recogida en los libros del Banco de España; y eso significa que si se produjera un impago de la deuda, lo pasaríamos muy mal. El año próximo, el BCE reducirá la compra de deuda pública española a la mitad, pero las necesidades de financiación no se reducirán a la mitad. Para remediar está falta de dinero, don Mariano Rajoy Brei ha previsto una nueva y contundente subida de impuestos.

    La situación de nuestro país se asemeja a la de aquel hombre que tiene un coche enorme y caro, pero que no tiene dinero para echarle gasolina. Tenemos un Estado de las Autonomías inmenso e innecesario que no podemos pagar.

    Hoy se celebran elecciones en Cataluña. ¿Por qué tanta prisa en celebrar elecciones en esa región? ¿Se han solucionado ya los problemas que afectan a esa región? No lo creo. Pero si la intervención del Estado se extendiera el tiempo necesario para corregir todos problemas que afectan a esa región, quedaría de manifiesto la absoluta e injustificada existencia de las autonomías. A día de hoy, no hay parlamento catalán, sustituido por el español; no hay gobierno catalán, suplido por el español; no hay embajadas catalanas, sino españolas… y todo funciona exactamente igual de bien o mal.

    Nuestros problemas no tienen un origen exógeno. Los wasp’s pueden ser gente poco recomendable, pero en nuestro caso, parece que se limitan a ayudar en la tarea.

    Y perdón por la extensión del comentario.

    • Estimado Censor.

      La mención a las entidades financieras la hice por su privilegio de crear dinero de la nada. Sabes que el dinero que nos prestan es un asiento contable sin ningún respaldo.

      Lo que suele criticarse es el mal reparto de la riqueza, pero nunca se menciona a los que crean el dinero de la nada.

      Quería aclarártelo.

      Muchas gracias

  3. Por un plato de sopa, la oligarquía y los partidos del aparato (incluidos la «izquierda» made in open society ) destruyen la dignidad de el pueblo, se merecen que se les indigeste sobre todo los que van de progres y callan los chanchullos que ven en Bruselas porque participan de la tarta, ¿y cuando se acabe la tarta?

  4. Ya sabemos que si alguien alaba Inglaterra es inglés. Si reniega de Prusia es un francés y si habla mal de España es español.
    Yo creo, en general, que el español sí es patriota. Aunque a su estilo, que puede ser muy diferente (pero no por ello peor) al de algunos otros países.
    Y es que, de todas las variedades del ‘ser’ a las que dio origen el primigenio, a nosotros nos tocó el ‘español’. A veces, nos sale el nacionalismo carpetovetónico y formamos hordas que gritan al unísono frases absurdas y, en otras ocasiones, esa españolidad aguda y asilvestrada se nos pasa. Pero no hemos tenido suerte en el reparto, no.
    Nos tocó ser españoles y hay que apechugar con ello, sin desfallecer, sin bajar la guardia, el partido dura noventa minutos y hasta el rabo todo es toro.
    Es verdad que el español tiene alguna tara de diseño adquirida durante su evolución que, dicho sea de paso, no ha sido mucha, pues tiende más bien a lo contrario, a la involución. Producto de la cual surgen creaciones intelectuales exclusivas como el ‘vivan las cadenas’, el ‘muera la inteligencia’, el ‘viva la muerte’ o esa atávica ‘veneración al señorito’, de las que se siente muy orgulloso.
    Nosotros frente al mundo. No todo viene de fuera…..

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