Biblioteca Virtual Mundial

Jesus Millán Muñoz.- ¿Podríamos hoy crear una Biblioteca Digital o Virtual Mundial? Lo primero que hay que indicar que ya existen diferentes o diversas iniciativas en este sentido, incluso una Biblioteca Digital Mundial por la UNESCO y una Biblioteca Virtual Mundial, pero quizás se podría combinar y mezclar este concepto y sobretodo amplificarlo y extenderlo. El sueño de Borges hecho realidad, incluso amplificado.
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– Se podría con la nueva tecnología teleinformática, la posibilidad de que todas las bibliotecas, archivos, directorios de libros y otros documentos, tuviesen todos sus fondos, al menos, los que son de dominio público escaneados y, al mismo tiempo subidos a sus páginas de sus entidades e instituciones, por lo cual, puedan ser vistos y visitados por cualquier persona de cualquier lugar del mundo.

– Docenas de miles de bibliotecas y archivos del mundo, de cualquier lugar del mundo, en cualquier idioma del mundo, en cualquier alfabeto del mundo pueden sus “depósitos específicos y generales”, evidentemente los que se consideren de dominio público, y los que sin serlo, los autores o creadores o sus herederos quieran que estén dichas obras difundidas por Internet.

Por lo cual, si Google indica que existen ciento treinta millones de libros, se podría estudiar, al menos, los que estén en dominio público o sus propietarios con derechos de autor, quieran o deseen poner en la red, podrían todos y cada una de estas obras tener una copia virtual, en alguna de las bibliotecas o archivos del mundo.

– Como hoy, la biblioteca, o el concepto de biblioteca no solo es conserva libros y documentos escritos, sino documentos visuales, fotografías, grabados, pinturas, dibujos, cine, música, etc. Es lógico que esta idea se extienda a todos estos tipos de materiales…

Por tanto, en la práctica se iría amplificando a una multitud de entidades culturales y materiales culturales de todo tipo, en definitiva, de todas las artes, de todos los saberes humanos, de todas las ramas de la actividad humana.

Es obvio que el concepto de biblioteca, es extensivo a todas, no solo diríamos a las de titularidad pública, sino privadas, sean bibliotecas de localidades, palacios, museos, monasterios, fundaciones, archivos de todo tipo, etc.

– Hoy, la tecnología de la cultura permite, lo que durante siglos ha sido imposible, que mucha producción cultural, de autores o de obras consideradas de segundo o quinto nivel, no se pierdan o no se destruyan al cabo de unas décadas o generaciones.

Por lo cual, hoy, se podrían, si los autores así lo quieren y desean, que obras de creadores, que no están editadas o publicadas, o lo están en ediciones mínimas, que tengan un lugar, pueda existir una edición virtual. De tal modo que cualquier autor, literario o plástico o de cualquier otra actividad, tenga en la pestaña de la biblioteca de su localidad, una entrada, y en ella, una copia de una o varias de sus obras. Y de este modo, potencialmente o como posibilidad cualquier autor de cualquier lugar del mundo, aunque sus obras, sus libros, su producción cultural, no tenga un lugar en la industria cultural, si pueda su trabajo tener un pequeño lugar en la cultura local, provincial, regional, comarcal, y tener la posibilidad de que su trabajo, mejor o peor, bueno o menos bueno, pueda conservarse para el futuro, y al mismo tiempo ser visitado por cualquier persona de cualquier lugar del mundo. O al menos tenga esa posibilidad.

– Tenemos que ser conscientes que hoy, ya hoy, la tecnología de la información, la teleinformática permite que cualquier producción cultural, siempre que siga las leyes de sus sociedades, y siempre que tenga un nivel ético y moral suficiente, pueda ser conservada y por tanto, transmitida para las generaciones futuras.

No debemos olvidar, una lección del pasado, que no siempre, no necesariamente, lo que se valora en su época o en su tiempo, o no se valora en su momento, al cabo de unas generaciones sigue teniendo el mismo valor. Hemos visto, ya hemos percibido por experiencia histórica, que autores y obras, muy afamadas en su momento, después pasan por el famoso purgatorio cultural, y se van olvidando, algunas definitivamente. Y de vez en cuando, pocas veces, pero si algunas, obras y autores que no se valoran en su momento, después acaban teniendo un lugar preeminente en sus culturas.

Creo que si se conservasen más y todas las obras, de cada generación y tiempo y época y región del mundo, habría la posibilidad de que en el futuro, al cabo de una o varias generaciones, quizás se revise la historia local o regional o provincial en la actividad cultural, sea literaria, artística, filosófica, científica, estética, diseño, etc. Y quizás, nos encontremos, con alguna joya olvidada, sea quizás un nuevo baúl virtual, de un nuevo Pessoa, quizás un ensayo o artículo científico, de un nuevo Mendel, o quizás un archivo de fotografías virtuales de una nueva Maier.

Pero para ello, hay que tener la voluntad, voluntad y el querer de buscar formas y maneras que nada de lo producido se pierda, al menos, pueda existir una copia virtual en Internet, en los vientres virtuales de bibliotecas, museos, archivos, para de ese modo pueda quedar casi todo para la revisión de generaciones futuras. Primero, una primera fase de catalogación de todo material cultural, bibliográfico y no bibliográfico. En una segunda fase, publicar todo documento o libro u obra cultural, siempre que sea de dominio público o los autores lo deseen y lo permitan, según la legislación vigente.

Otra cuestión, es si de verdad, se quiere conservar todo, o no. Tema que daría para muchos artículos.

 

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