La lucha medioambiental de Lisa Simpson, o la respuesta a la cuestión ¿ruptura o reforma?

ciuadadano-en-blancoHay un episodio de “Los Simpson” en el que Lisa, en el papel de activista medioambiental, consigue “conmover” al Sr. Burns -el Poder-, convenciéndole de la necesidad del reciclaje. Así, partiendo de la archiconocida imagen del pájaro atrapado por las mallas que sujetan las latas de refrescos, el Sr. Burns construye una megafactoría pesquera donde, con una macro red de arrastre gigantesca, hecha con los plásticos reciclados de las latas, captura todo tipo de fauna marina por el método del arrastre, causando un daño medioambiental mucho mayor que el que Lisa quería evitar con su activismo.

Aún siendo una narración fantasiosa de un episodio de dibujos animados, esta escena no deja de reflejar algo que está ocurriendo, una y otra vez, en nuestras sociedades modernas: un Sistema absolutamente podrido que corrompe, como no puede ser de otra manera, todas las ideas e iniciativas que le llegan, incluso las que van respaldadas por la justicia más elemental, la más absoluta necesidad, el sentido común, o las mejores intenciones.

No tengo necesidad de pensar mucho para que me vengan a la mente montones de ejemplos de esta realidad. Por citar algunos:

La protección social (desempleo, subsidios, pensiones, dependencia), que no sólo es insuficiente o inexistente en muchos casos para personas que realmente lo necesitan -a quien se supone que debería ir dirigida esa protección-, sino que, mal aplicada, ha creado una clase social nueva, de pequeños parásitos, que viven de lo público sin aportar nada positivo a nuestra sociedad. Unos parásitos que, siendo estadísticamente muy pocos y causando un perjuicio global muy poco relevante, son magnificados por los medios de manipulación del Sistema para desprestigiar -todavía más- los sistemas públicos de protección social, con el obvio objetivo de acabar con ellos.

En el ámbito de la Sanidad, cómo se ha convertido lo que podría considerarse un derecho, la libertad de elección de la atención sanitaria que cada uno considere conveniente -Sanidad Privada-, en un sistema perverso de mercantilización de la salud, donde se ha puesto precio a las vidas y a la calidad de vida de las personas, donde unos viven y otros sufren y mueren en función de lo que puedan pagar, donde se administran medicamentos y tratamientos nocivos -e innecesarios- porque resulta económicamente beneficioso para algunos, donde se está deteriorando deliberadamente el Sistema Público Sanitario para beneficio económico de unos pocos.

Siguiendo dentro del ámbito sanitario, las Unidades de Gestión Clínica, que igualmente, partiendo de una idea correcta, la gestión por parte de los profesionales que tienen la experiencia para saber lo que se necesita, se ha convertido igualmente en una pantalla para generar beneficios económicos para algunos a costa de mermar la calidad de la atención sanitaria de las personas.

Cambiando de ámbito, la educación inclusiva, que, siendo una práctica absolutamente fundamental en una sociedad donde prime el respeto y la convivencia, sirve en nuestro caso para deteriorar la educación de los chavales, tanto de los que tienen necesidades educativas especiales -que no se atienden-, como para los que no las tienen -a los que se atiende aún menos que antes, si eso es posible-.

O la escolarización obligatoria hasta los 16 años, o la producción “ecológica”, o… podría poner miles de ejemplos como estos, casos reales, cotidianos, porque este mal afecta a prácticamente todo lo que hacen nuestros actuales gobiernos.

Estos últimos 30 años de Historia de nuestro país -y también fuera- han supuesto una sucesión de reformas político-administrativas que han ido reduciendo calidad de vida, derechos y libertades de las personas, minimizando los potenciales beneficios que el progreso tecnológico y el trabajo nos habrían permitido alcanzar. Añadiendo a eso el daño que hemos causado fuera de nuestras fronteras, con el expolio genocida de los recursos naturales de determinados lugares del tercer mundo.

Reformas todas ellas amparadas o excusadas en principios o causas aparentemente justos, o necesarios.

No es posible. En ningún ámbito. No hay reforma posible que cambie esto. No hay medida correctora “posibilista” que pueda funcionar. No hay reivindicación justa que pueda sacarse adelante. No a gran escala, no para todos. Pequeñas reparaciones individuales, o para unos pocos, puede. Pero medidas que mejoren las vidas de todos, de los más necesitados, de los que más sufren… no. Reformas que no nazcan ya corrompidas, reformas que no se corrompan al poco de ser instauradas… no.

No se puede.

No mientras los fundamentos del Sistema, la base, el núcleo, la raíz… estén podridos.

Es el capitalismo -en lo económico-. Es la representación -en lo político-.

Mientras estos sistemas sigan vigentes, hegemónicos, mientras sean aceptados y sostenidos mayoritariamente por la sociedad, no se puede.

Mientras la eliminación de este mal, mientras la implantación de la cura –la democracia-, no sea reivindicación y objetivo básico de cada movimiento, de cada organización o grupo de activistas, de cada persona que quiera realmente cambiar las cosas, sea cual sea su reivindicación o ámbito de acción concreto… mientras no actuemos en la raíz del mal… esto no va a mejorar.

No es posible.

Al contrario, irá cada vez peor.

¿Ruptura o reforma?

No, esa no ha sido nunca la elección real.

Democracia o representación.

Democracia o “reforma”.

Utopía o posibilismo.

Ruptura o más de lo mismo.

Esa ha sido siempre la elección.

Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco

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11 COMENTARIOS

  1. Todo idealismo esconde un pérfido totalitarismo.

    Siglo XX en toda su abominación.

    La Economía social de mercado (la imperante en Europa occidental), o el capitalismo social, ha propiciado la mayor prosperidad que el continente haya conocido.

    Sólo la libertad económica hace posible el crecimiento económico porque asigna eficientemente unos recursos limitados. Y las correcciones al mercado del intervencionismo público hace posible que éste no se desarrolle salvajemente.

    Existen fallos en el mercado, pero en el SIN mercado, sólo existe la miseria y la tiranía.

    • Buen decálogo de dogmas totalitarios. ¿Lo llevas en la cartera para que no se te olvide?

      Ah, no, que lo repiten cada día por la tele.

      ¿Capitalismo social? ¿No es eso algo así como tratar no demasiado mal a la servidumbre para que sigan obedeciendo sin rebelarse?

      ¿Prosperidad en Europa? ¿Y el desarrollo tecnológico y el trabajo de las personas no tiene nada que ver con esa prosperidad?
      ¿Y los genocidios que hemos cometido en el tercer mundo para sostener el «capitalismo social» en Europa, no cuentan?
      ¿Y la miseria y sufrimiento consiguiente que genera el sostenimiento de una creciente desigualdad social (que es la base del capitalismo), en nuestro propio país no cuenta?

      El capitalismo es totalitarismo. El totalitarismo del dinero. El totalitarismo de la ley del más fuerte, medida esa fuerza en acumulación de bienes, oro, dólares o euros. El totalitarismo que sustituyó al absolutismo monárquico, y que se maquilló con sus parlamentos «representativos» para parecer otra cosa.

      Donde hay respeto y apoyo mutuo, donde hay cooperación, donde hay democracia, igualdad, libertad… no hace falta mercado.

      • La política es lo que es, no lo que debería ser. Esa es la base de la teoría política de Ortega.

        Tu idealismo es profundamente autoritario.

        Esa modalidad de capitalismo europeo continental se llama Economía social de Mercado, y esta institucionalizada tras la II Guerra Mundial, y ha tenido un notable éxito, lo que pasa es que tú careces de la PERSPECTIVA HISTÓRICA para emitir un juicio riguroso y comparativo para apreciarlo.

        Tu sentimentalización de la política y el deseo de decirle a los tuyos lo que quieren escuchar, pese a tus acomplejados intentos de hacer lo contrario, tiene un calificativo tan anticuado como certero, POPULISMO.

        El verdadero culpable de los genocidios que citas es el idealismo político. Y el socialismo que predicas es uno de ellos.

        Es un hecho rigurosamente constatado en la Historia.

        El capitalismo y las libertades políticas han ido de la mano. Tu socialismo nunca.

        • La política de hoy es lo que el totalitarismo capitalista ha hecho de ella.

          Y en el lado contrario, está la democracia. La real. La de verdad.
          Democracia que ha sido erradicada no por no ser viable, sino por la fuerza bruta, y por el engaño.

          No soy idealista por creer en la democracia, que es algo real y perfectamente factible, sino por pretender luchar por llegar a ella en un mundo lleno de poderes totalitarios que están matando cualquier posibilidad de alcanzarla, en un mundo lleno de ignorantes teleprogramados que son incapaces de discernir qué es lo que va mal y cómo podríamos arreglarlo.

        • Una visión muy particular y subjetiva de la democracia.

          Yo prefiero nociones generales y objetivas.

          Para empezar separación de poderes, imperio de la ley y libertades. Para continuar… demasiado subjetivo en mi caso para elevarlo a lo fundamental. Aunque la ejemplaridad de los poderes públicos es la más ilustradora forma de democratizar la sociedad, tendente como la condición humana a imposiciones nada racionales.

        • No todo va a ser un problema de mercado o material.

          Demasiado complejo para un reduccionista como tú.

        • Gobierno del Pueblo. Es lo que siempre fue la democracia. Desde el principio.

          Muy, muy sencillo.

          Hoy, evidentemente, no existe.

  2. Es cierto que en la izquierda existe un divorcio entre ‘revolución’, ‘reforma’ y ‘rebeldía’.
    Aunque no debemos olvidar que fue un partido reformista y de cambio, como el PSOE, el que hizo posible la transformación democrática, económica y social de España, así como la incorporación a las instituciones multilaterales europeas, especialmente, la CEE. Todo ello durante sus 22 años de gobierno de los 39 que han seguido desde las primeras elecciones constitucionales de 1979. Ningún otro puede presumir de haber dado una pátina cultural a la democracia española y de haber contribuido a la consolidación de los derechos civiles y la expansión del siempre débil Estado de Bienestar.
    Tolerancia, capacidad de pacto entre diferentes, respeto a las ideas del adversario y humildad son sus señas de identidad.
    Y es que la capacidad transformadora de la ideas no está solo en las palabras.
    La transformación está en hacer posible la cosas y para ello hay que ser capaz de acordar con el diferente. No solo hay que tratar de imponer el pensamiento propio. Lo importante no es asaltar el poder, lo importante es gobernar para tod@s y mejorar la vida de l@s ciudadan@s.
    Lo bueno sería que, en el siglo XXI, los cambios acabaran imponiéndose de manera pacífica y generando compromisos intergeneracionales….

    • Otra sarta de dogmas del Sistema. Otro borrego teleprogramado.

      ¿Qué democracia española?
      ¿Qué transformación democrática posibilitó el PSOE, un partido nacido del franquismo, apoyado y promovido por los poderes franquistas dominantes entonces, un partido conservador, capitalista, antidemocrático, que de dedicó a consolidar el maquillaje del Régimen y, en cuanto pudo, a destruir las mejoras sociales que un pueblo todavía combativo le obligó a sacar adelante en sus primeros años de gobierno?
      ¿Un partido que nos metió en esta Unión Europea totalitaria que ha acabado de vendernos al gran capital y de matar lo poco que podía quedar de «gobierno del pueblo» en España?

      Venga ya.

      Es triste, pero los de la presunta izquierda tenéis el cerebro todavía más lavado que los de la declarada derecha. Los Angelmanueles y Censores de turno, tendrán el cerebro lavado, pero al menos son coherentes. Apoyan la dictadura, aunque lo llamen de otra manera. En el fondo saben que PP y C’s y Vox y sus partidos queridos son dictatoriales, aunque lo llamen «libertad» y bobadas varias, y les parece bien que lo sean. No creen en el ser humano, que es malo por naturaleza. Palo y mano dura, y los siervos en su sitio. Los pobres tienen lo que se merecen. Creen en ello. Ellos votan y apoyan a la derecha porque creen en la derecha.

      Pero a vosotros os la han colado, bien colada. Os habéis tragado el cuento entero. Vosotros votáis y apoyáis a la derecha (PSOE, IU, Podemos), pero sois -quiero pensar que vais de buena fe- de izquierdas.

      Eres un primo, Charles. Te han timado, pero bien. Y no te enteras.

  3. Si no hay capitalismo, no hay propiedad privada. Y si no hay propiedad privada, no hay libertad. Explicar lo que sucede cuando no hay libertad, no me parece necesario.

    La destrucción del medioambiente no es una práctica capitalista, del mismo modo que los miembros de La Manada no hicieron lo que hicieron por ser capitalistas.

    Cuando se destruyó el Sistema Nacional de Salud, dividiéndolo en 17 sistemas autonómicos, se tuvieron que crear, por ejemplo, 17 sistemas de gestión de tarjetas sanitarias. Como cada sistema era intencionadamente diferente, los distintos sistemas de las comunidades autónomas no se entendían y era imposible la coordinación entre sistemas sanitarios, conculcando así el derecho a una sanidad universal y gratuita. La solución fue la creación de un nuevo sistema para que los diecisiete existentes se pudieran entender. Es decir, volver a la situación original de un único sistema. Por el camino, nos hemos cargado la igualdad que todos los españoles tenemos a recibir la misma atención sanitaria con independencia del lugar donde se resida, hemos creado 17 sistemas sanitarios innecesarios y hemos gastado millones y millones de euros que podíamos haber destinado a terapias, medicamentos y atención general de los pacientes y usuarios.

    Imagino que la culpa de todo esto es del capitalismo, don Gonzalo.

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