“Lorena”… foca y ballena

Pabormi

   Hola “profe”, ¿te llaman así , verdad?

   Hola… ¿qué tal estas? ¿cómo va eso? – (El entrenador se tomo unos segundos para intentar rebobinar e identificar nombre , apellidos y época aproximada en la que había conocido a la niña, pero al final, decidió ser sincero)-:

   “Tendrás que perdonarme, pero no te reconozco, me suele pasar, os entreno de pequeños y al crecer, “metamorfoseáis” de tal manera , que es imposible para mi identificaros”.

   No, no, nunca me entrenaste. Soy amiga de Estela. El otro día, estábamos aquí mismo, tomando un café y entraste. Me contó que sueles ayudar a quien entrenas en lo que puedes, sobre todo en la dirección a tomar ante un problema.

  
Bueno, no es así exactamente. Verás, simplemente me valgo de la influencia que tengo sobre los alumnos/as que después de 7 u 8 años entrenando conmigo, se dejan influenciar por lo que les digo.
No es que yo aconseje bien, es que ellos-as me tienen archivado en su cerebro, como alguien que no los fastidiará. Es por eso que, yo diría…¡se fían de mi!

  
Bueno, verás, me he acercado a ti, a pesar de mi timidez, a explicarte lo que para mi es un enorme problema. A veces, quien menos pensamos nos puede dar la solución. ¿te importaría escucharme?

   En absoluto, lo haré encantado, pero por favor, pónmelo fácil. Me quedé en el primer mes de la carrera de Psicología. (risas de ambos).

  
Verás, vivo cerca de aquí, en un pequeño pueblo. Mis padres son ganaderos- agricultores y quizás un poco chapados a la antigua. Como verás, no soy como tus alumnas, ya ves que estoy gorda o…muy gorda.

  
Mis padres están acostumbrados a una alimentación de las de antes, me ponen chosco (bola de carne de cerdo típica en la zona) para desayunar, más comidas “fuertes” al mediodía y mas de lo mismo a la cena. Somos gente “sana” que dicen mis padres, solo que ellos, no se dan cuenta, que este tipo de alimentación me tiene “hinchada” y que estoy en una edad “difícil”.

  
Tuve un serio problema con mis compañeros del Instituto de aquí, que no cesaban de llamarme gorda, ballena, foca Lorena y otras lindezas… hasta tal punto llegó la historia, que pedí plaza en otro centro educativo, concretamente en Rio de Oro y allí llevo dos años a pesar de que cada mañana me he de desplazar 28 km.

   Al menos el día a día se me ha hecho mas liviano y casi nadie se mete conmigo. Tuve que sacrificar a mis amistades de este Instituto, con mucho dolor, pero te juro que era inaguantable. Llevo dos años allí. Pero el problema que se me presenta es que obligatoriamente el próximo curso, he de volver aquí, al centro que me amargó todas y cada una de las mañanas de mi vida desde que… recuerdo.

  
Lo mas doloroso, es que cuando veía a los chavales, uno por uno, eran amables conmigo, pero cuando estaban en grupo se convertían en salvajes buitres, que con sus picos me devoraban viva.

  
Eran tan cobardes, que una hora antes, me ofrecían ayuda para un examen y una después me llamaban foca, con el consiguiente descojone de sus compañeros, todos en pandilla, reuniditos, contentitos y muy sonrientes todos.

   Eso por no hablarte de las chicas, que a la cara me animaban y por la espalda me despedazaban.

  
Aun quedan unos meses para acabar este curso, pero ya me esta entrando el temblor de piernas, ante lo que me espera y este es el motivo por el que me dirijo a ti. ¿tienes algún milagro a mano?

   Durante todo el rato, el entrenador había estado mirando a los ojos de Lorena, pues sabia que ellos hablarían tanto o mas que ella y poco a poco, los había ido viendo humedecerse, a medida que avanzaba la historia, hasta el punto que, necesitaron… “desaguar” en algún que otro momento.

  
Sintió una profunda rabia, identificó a “Lorena” como una victima inocente, de una manada de mamones maleducados y en cuyos cerebros, estaban ausentes, al menos una docena de valores sagrados, para caminar por el mundo, sin merecer el apodo de “hijo de puta”.

  
El sorprendido cuarentón, llevó la conversación hasta las llanuras verdes de la autoestima personal, de la valía de cada individuo, independientemente del aspecto externo, incluso no tuvo problemas en mentirle sobre los 105 kilos que él mismo llegó a pesar… nunca, pero…¿por qué no?…¡todo es valido si es para ayudar!
Como el tiempo apremiaba y había de ser puntual, remató con un : “Lorena, se fuerte o te comerán, no te queda otra, los débiles, caen y con 17 años , no se puede caer. Te deseo lo mejor y sabes donde me tienes”.

  
P.D. A propósito, un detalle que olvidaba contaros:
“Lorena”, apareció AHORCADA en su casa el día 5 de Abril de 2006, en un pequeño pueblo de la Asturias “profunda”.

  
Mañana en el entierro, seguramente habrá una corona junto a su féretro que dirá: ¡Tus compañeros, TE QUERIAN Y NO TE OLVIDAN!
¿Qué nos esta pasando, ? ¿Qué coño nos esta pasando? Maldita educación…”no impartida”.

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