Necedad radiada

Pabormi

  
Escuché esta mañana en el “aradio”, antes de coger mi “amoto” para ir al trabajo, que el nieto de un general chileno (gran capitán él, del ejercito , sin duda por meritos propios, aunque quizás como arquitecto, ferroviario, alcantarillero o pintor podría ser un monstruo), se permitió ensalzar el nombre de su abuelito y alabar aquel honroso acto, ocurrido en Septiembre del 73, al que algunos denominan golpe de estado, que finalizó cuando Allende expiró (de forma prematura) allá… en su país.

  
(Nótese que digo en SU país, dado que se creyó el dueño y señor durante largos y numerosos días, incluso hasta, a lo peor… ¡lo fue!).

  
Este “chavalillo” fue bautizado como Cristian, pero años después su padre (por iniciativa propia , seguramente) le cambió el nombre por…¿cuál?…¡efectivamente, Augustito! ¿no les recuerda a Angustia?, (pido perdón, me reconozco mala persona).

  
Poco le importan los 3.000 muertos y 4.000 desaparecidos, que provocó la implantación de su peculiar dictadura (que creo yo, que los desaparecidos no estarán en Miami, tostándose al sol).

  
Según narra el maestro Alcántara Manuel en la prensa de hoy:

  
“Mientras aquello ocurría, un Neruda, ya en las ultimas, se asomaba a la ventana y veía arder sus libros como hojas secas…¿qué le importa la sentencia al tardío difunto?.. y continua: “LA HISTORIA ES UNA SEÑORA TAN MAYOR QUE HACE MUCHO QUE HA PERDIDO EL JUICIO”

  ¿Entienden ustedes ahora porque le adjetivo como “maestro”?

   “Mayormente” por la frase que antecede a estas líneas, ya que yo sería incapaz de escribir algo así….¡que le vamos a hacer… o naces dotado, o simplemente “rellenas folios”!

  ¿Pero bueno, vamos a ver…¿ que esperaban ustedes que dijera el nieto de Pinocho? ¿lo contrario de lo que dijo?

   Acaso no entienden ustedes , que este tipo de gente con tal parentesco, no son mas que juguetes rotos, desde el nacimiento, se dediquen a lo que se dediquen? ¿cómo superar a su padre y abuelo… si no son mas que sombras del “Augusto”…¿o será mejor decir que nunca reciben las bonanzas del sol, debido a la sombra del abuelito???. Le auguro un futuro brillante en cualquier programa de baile en la TVE 1.

   Esto que narro, es a lo que llamo “necedad radiada”(porque lo escuché en este medio), pero no me alargaré en este asunto, porque ahora quiero contarles lo que se denomina “RADIAR A UN NECIO”. (título muy parecido al que comanda este artículo)

   Me comentaba una señora, presidenta del APA, donde trabajo, que, hace unos años, (precisamente con motivo de las últimas elecciones municipales) ,habiendo sido convocada a una de las mesas como presidenta, se presentó en los juzgados y con un certificado medico en las manos, demostró que en la citada fecha “NO LE SERIA POSIBLE” asistir a dicho acto…. sin mas.

   A los pocos días, dicha excusa fue rechazada por un señor con nombre y apellidos, exigiéndole que se presentara inmediatamente a “ampliar” la información.

   Ella lo hizo y le explicó que, sufriendo desarreglos en la glándula tiroides, iba a ser radiada. Ya tenía todo dispuesto para que sus hijos y esposo, estuvieran 10 días en casa de los abuelos, ya que el medico había sido muy claro: o pasas esos diez días en el hospital aislada, o en tu casa, pero ten muy en cuenta que “cualquier persona que esté cerca de ti, tras la radiación…¡será radiada, sin remedio!

   El necio (que resulto ser magistrado) no aceptó la explicación y le exigió que el día de las elecciones y a la hora marcada, debía estar presidiendo su mesa electoral.

   Ella (las mujeres son muy pacientes) intentó hacerle entender que toda persona que se moviera en su entorno durante ese día (ancianos, adultos o NIÑOS) serían radiados, sencillamente porque ella, no podría evitarlo.

   Creo recordar que me lo definió como pastillas de cobalto .Ruego me perdonen los expertos, hablo de memoria.

   El tema, es que el necio entre necios, sigue negándose a darle el relevo en la mesa electoral, mientras ella amenaza con ir a la prensa y contar todo, tal cual es.

   Al día siguiente contacta con su medico y le dice: “es que el magistrado… fulanito de tal… me dice que no puedo faltar al trabajo que me ha sido encomendado”.

  ¿Cómo dices que se llama?…¡Vaya, vaya, pero si es vecino mío y precisamente presidente de mi comunidad actualmente.

   Espera que se me está ocurriendo algo para escarmentarle y demostrarle cual inútil se puede llegar a ser, aun teniendo un buen sueldo y un diploma universitario, colgado en el salón de su casa (los títulos no hacen personas a los, simplemente… necios).

   El doctor, citó al día siguiente a tomar café al magistrado y “ casualmente” apareció por allí Celia, actuando teatralmente, como si el encuentro con su doctor fuera, como digo, casual.

   El doctor se la presentó al necio y segundos después, le dijo: ¿la conoces , verdad?

   No te he prevenido en el momento de estrechar su mano, porque ya ESTOY ENTERADO de que no te importa que te radien…ni a ti ni a los demás.
A mi no me afecta, pues como comprenderás, tomo medicamentos para ello, dado que estoy continuamente en contacto con personas en tratamiento de radiación….
Una vez dicho esto, aquel “ cabrito encabritado” , se levantó de la mesa, apartándose de la “apestada” y del medico con sus cabellos erizados y los ojos inyectados en sangre, maldiciendo con la mirada a ambos.

   Esta mujer, que acaba de ser radiada esta mañana, no podrá estar el domingo en la mesa electoral…¿estamos de acuerdo, verdad, vecino? –dijo el doctor-

   No, no, que no esté allí…¡yo me ocupo de todo! -decía el necio encabronado, mientras a toda prisa abandonaba el local. El olor a café envolvió las carcajadas del medico y paciente, que justamente, comenzaba a ser radiada la semana siguiente, mientras en el exterior la lluvia floja caía incesantemente.

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