Igualdad para avanzar hacia el futuro

Carmen Quintanilla Barba (Presidenta Nacional de AFAMMER)

Dos acontecimientos que ocurrieron un 8 de marzo en Nueva York en 1857 y en 1908 protagonizados por mujeres fueron la base para que en esta señalada fecha celebremos año tras año el Día Internacional de la Mujer.

En el primero de ellos, miles de trabajadoras del sector textil marcharon por el barrio más adinerado en protesta por las condiciones infrahumanas de las trabajadoras. En el segundo, 129 mujeres perdieron la vida en el incendio de la fábrica Cotton Textile Factory, en la que trabajaban y donde fueron encerradas por los dueños para que permanecieran en sus puestos de trabajo y no se unieran a la huelga en la que participaban 40.000 costureras pidiendo el derecho a unirse a los sindicatos, mejores salarios y una jornada laboral menos larga.
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Afortunadamente en los años que han transcurrido hasta nuestros días las mujeres hemos conseguido llevar a cabo una revolución sin precedentes, en muchas ocasiones silenciosa y callada, que nos ha permitido alcanzar cotas impensables hace algún tiempo. Pero aún nos enfrentamos a muchos retos que tienen un denominador común: la igualdad.

El pasado mes de octubre conmemorábamos el 75 Aniversario del Voto Femenino en España conseguido por la diputada Clara Campoamor en 1931. La promulgación de la Constitución Española, en 1978, nos igualaba en derechos al eliminar cualquier tipo de discriminación en las normas legislativas pero todavía no hemos alcanzado la igualdad real porque todavía existen graves desigualdades.

Unas desigualdades que sufrimos aún las mujeres pero, sobre todo, las mujeres rurales, que conocemos bien lo que es sufrir la doble discriminación de ser mujer y de vivir en el medio rural y también la falta de oportunidades que padecemos en nuestros pueblos en comparación con las ciudades.

Las mujeres somos, sin ir más lejos, las que seguimos poniendo rostro al desempleo en España, en gran medida porque somos las que continuamos llevando la carga del cuidado de nuestros pequeños y de nuestros mayores, de las tareas domésticas, las que tenemos que seguir eligiendo entre ser madres o trabajadoras, las que tenemos que renunciar a promocionarnos en las empresas porque no tenemos el mismo tiempo que los hombres para dedicarnos al trabajo, las que sufrimos las mayores consecuencias de las dificultades que tenemos para poder conciliar nuestra vida laboral, familiar y personal. No hay más que ver los datos del paro del mes de febrero en el que el empleo se ha convertido en un grave ejemplo de desigualdad ya que mientras 15.057 hombres consiguieron un empleo, 7.824 mujeres perdieron su trabajo.

Hay personas que se preguntan por qué se celebran días como el de hoy. Que consideran que es una forma de discriminarnos a nosotras mismas pero no, es justo todo lo contrario. Días como hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, siguen siendo necesarios para continuar sensibilizando y concienciando a la sociedad sobre la situación que aún padecemos las mujeres. Sólo cuando dejemos de hablar de igualdad podremos prescindir de días como el de hoy porque significará que, al fin, hemos conseguido acabar con toda clase de desigualdad y discriminación.

Y precisamente, porque todavía hay mucho que decir y hacer, el Parlamento Europeo ha declarado este año 2007 “Año Internacional de la Igualdad de Oportunidades para todos”. Desde AFAMMER, nos hemos adherido a esta conmemoración porque consideramos que sólo a través de la información, la puesta en común entre los distintos países de nuestro entorno comunitario y la sensibilización que posibilite un cambio de mentalidad es posible avanzar más en el camino hacia la igualdad.

Por otro lado y como no podía ser de otra manera, no puedo dejar pasar esta importante fecha sin tener un recuerdo especial para las 15 mujeres que ya han muerto en los poco más de dos meses que llevamos de 2007 a consecuencia de la violencia de género y para todas aquellas que conviven a diario con los malos tratos. Una violencia de género que nace también de las desigualdades y por cuya erradicación debemos continuar trabajando desde todos los estamentos de la sociedad poniendo los medios necesarios para luchar con eficacia contra esta lacra social y animándolas a denunciar esa situación.

En conclusión, la igualdad es capacidad de decidir, es desarrollo, es futuro y es nuestro mayor reto. Por ella venimos trabajando desde hace 25 años en AFAMMER y no ahorraremos esfuerzos en continuar haciéndolo hasta alcanzar esa igualdad que es el reto del siglo XXI.

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