Nadal: un ejemplo de valores

Carmen Quintanilla Barba (Diputada Nacional del PP por Ciudad Real)

El pasado domingo todos veíamos como Rafael Nadal confirmaba su categoría de crak del tenis mundial al conseguir la medalla de oro en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín. De esta manera, el de Manacor firmaba la mejor temporada que cualquier tenista pudiera imaginar en sus mejores sueños: Campeón de Roland Garros, Campeón de Wimbledon, Campeón Olímpico y Número 1 de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), además de ganar otros muchos y reconocidos torneos. Y todo en el mismo año.

Tras el recital con el que Nadal viene deleitando a los amantes del tenis y de los deportes en general a nivel mundial a nadie nos cabe la menor duda de las excepcionales cualidades y capacidades de nuestro joven tenista. Unas cualidades queviene demostrando desde que comenzó a pisar las pistas, que han ido a más en los últimos años y que a nadie sorprenden ya a estas alturas.

Pero Nadal es algo más que un tenista excepcional. Es mucho más que un tenista que golpea la pelota colocándola con precisión en ángulos imposibles, que llega y devuelve la bola cuando es prácticamente inalcanzable, que aunque tenga el marcador en contra es capaz de remontar un partido gracias no sólo a su buen juego sino a su gran fortaleza moral, única en los circuitos, que desespera a sus rivales casi más que sus golpes ganadores.

{mosgoogle}Rafa Nadal, es mucho más porque su buen hacer no queda sólo sobre la pista sino fuera de ella porque sus valores a nivel personal son, si cabe, aún más destacables que sus valores deportivos. Lo ha demostrado siempre y lo ha dejado aún más patente en estos Juegos Olímpicos en los que tras conseguir la medalla de oro señaló que para él era lo más importante de esta temporada porque no jugaba sólo por él sino en representación de España.

Y lo demostró con su alegría al desfilar con el resto del equipo olímpico español, participando como uno más y no como el Número 1 mundial que es en la ceremonia de apertura de los Juegos. Lo demostró con su habitual respeto al resto de sus compañeros y de sus rivales; con su cercanía y, sobre todo y una vez más, con su gran humildad, que demuestra que a pesar de su juventud tiene los pies bien plantados en la tierra.

Nadal, por tanto, representa, como el resto de nuestros deportistas españoles, el llamado “Espíritu Olímpico” y representa también unos valores: el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo y la humildad que deben servirnos de ejemplo a todos en nuestra vida diaria y, sobre todo, a las generaciones de jóvenes porque es verdad que el esfuerzo y sacrificio tienen su recompensa en esta vida como ha demostrado Rafa Nadal que es en estos momentos el ídolo del tenis mundial y que, además y para más virtudes, es español y como tal se siente: orgulloso de defender los colores de su país.

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