¿Qué podemos esperar de Obama?

ObamaCarlos Otto-Reuss
http://ottoreuss.blogspot.com/

«Habrá igualdad de sexos cuando una mujer incompetente ocupe un puesto de responsabilidad». ¿Saben de quién es esa frase? Nada más y nada menos que de Letizia Ortiz. Obviamente, la dijo antes de comprometerse con el príncipe. Lo que está claro es que en aquel momento pronunció la mejor frase sobre igualdad y desigualdad de sexos que he oído en toda mi vida.

Este ejemplo se podría aplicar medianamente al racismo y al caso de las elecciones americanas. Todos los ciudadanos (no sólo los americanos) hemos depositado una confianza y esperanza ciega en lo que pueda hacer Obama. Por un lado, están los que le han dado su voto por ser de raza negra; por otro lado, los que lo han hecho porque ven un mensaje positivo de cara al futuro; por un tercer lado están los que han confiado en Obama como el mal menor.

{mosgoogle}La cuestión es que lo que todo el mundo se pregunta ahora es: ¿Habrá grandes cambios con Obama? ¿Entrará en la historia? Servidor, que por norma general (y deformación profesional) suele ser bastante escéptico, considera que la entrada de Obama en la historia de Estados Unidos empezó y terminó en el momento en que ganó las elecciones. Sin duda, marcará un hito en la historia mundial el hecho de que Obama se haya convertido en el primer presidente negro de Estados Unidos. Además, lo ha hecho con una superación tremenda: mientras en el lado republicano McCain llevaba mucho más tiempo haciendo campaña, Obama tuvo que librar una durísima batalla (más que la que ha librado con McCain) con Hillary Clinton. En principio, el hecho de que hubiese división en el bando demócrata le daba una evidente ventaja a McCain, pero lo cierto es que Obama llegó a las elecciones generales curtido en cien mil batallas y con una confianza en sí mismo que supo contagiar al electorado. Mientras tanto, McCain se limitó a hacer lo mismo o incluso menos que Rajoy cuando aspiraba a suceder a Aznar: prometer tiempos iguales y dejarse llevar por la inercia.

Estos días todos nos preguntamos si el rumbo americano cambiará drásticamente y si Obama cambiará el mundo. Parece obvio que Obama no cambiará gran cosa, por dos motivos principales: en primer lugar, porque el supuesto lado demócrata que representa Obama no se parece, ni de lejos, al lado demócrata que presuponemos en Europa. Así pues, no parece que Obama vaya a hacer grandes cambios. Pero existe otro factor todavía más importante: la idiosincrasia americana. George Bush pudo ser más o menos prepotente, más o menos dictador, más o menos autoritario. Pero Bush (y los presidentes que le precedieron) no era más que una representación de la pura idiosincrasia americana, esa idiosincrasia que hace que cada estadounidense considere que su país debe ser juez y parte de todo lo que pase en cualquier rincón del mundo. De modo que, si Obama quiere seguir siendo el presidente de todos los americanos, debería continuar esa política de prepotencia y autoridad que tanto odiamos. Si no, los americanos le acusarán de llevar al país a la debacle y poco menos que al tercermundismo en cuanto se reúna y establezca buenas relaciones con países que no sean lo mejor de lo mejor (algo parecido -sólo parecido- a lo que le está pasando a Zapatero).

Habrá igualdad de razas cuando un negro incompetente sea presidente de los Estados Unidos. ¿Habrá llegado ese momento? El tiempo nos lo dirá.

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