Las mujeres en la toma de decisiones, una cuestión de justicia social

Celebramos un año más el Día Internacional de la Mujer, una fecha muy significativa para todas nosotras que conmemora dos acontecimientos señalados en el curso de la historia de las mujeres.
El primero de ellos ocurrió un 8 de marzo en Nueva York en 1857, cuando miles de trabajadoras del sector textil protagonizaron una marcha en protesta por las condiciones infrahumanas en las que trabajaban. El segundo, tuvo lugar en 1908, cuando 129 mujeres perdieron la vida en el incendio de la fábrica Cotton Textile Factory en la que trabajaban tras ser encerradas por los dueños para que no se unieran a la huelga en la que participaban 40.000 costureras que pedían el derecho a unirse a los sindicatos, mejores salarios y una jornada laboral menos larga.

Unos sucesos que la ONU, en 1975, quiso que no cayeran en el olvido declarando el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer como una fecha en la que es preciso volver a hacer un llamamiento a la sociedad para acabar con la discriminación que siguen sufriendo las mujeres en todos los ámbitos.

Sí, es verdad que en estas últimas décadas hemos ido consiguiendo logros importantes, pero las mujeres siguen siendo víctimas de la discriminación en el ámbito laboral, en el ámbito económico y social y en la toma de decisiones.

Las mujeres son la mitad de la población pero esa representatividad numérica así como el papel que representan en la sociedad no está justamente reflejado en su nivel real de participación en la toma de decisiones.

Ahora, que en unos meses vamos a celebrar las Elecciones Europeas, es el momento de reivindicar una mayor presencia de las mujeres en las listas, una mayor presencia de las mujeres, en general, en los foros donde se toman las decisiones.

El Consejo de Europa recomienda que la presencia de las mujeres en las asambleas electas sea, como mínimo, de un 40%. Sin embargo, en la actualidad, de los 47 países miembros del Consejo de Europa, las mujeres ocupan menos de ese 40% en las asambleas electas e, incluso, en la propia Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa el 78% de los titulares de las delegaciones parlamentarias nacionales son hombres y tan sólo el 22% son mujeres.

Si extrapolamos esta representatividad al mundo rural el panorama es aún más desolador. Así, en los 8.108 municipios que existen en España, tan sólo hay 1.183 alcaldesas, lo que representa el 14,6% mientras que en Castilla-La Mancha, sólo son 160 las alcaldesas que existen en un total de 918 municipios, lo que representa el 17,5%.

Y la situación es aún mucho más sangrante si hablamos de la representatividad de las mujeres en las cooperativas agrarias y en sus consejos rectores, una representatividad muy escasa ya que del 1.190.000 socios que tienen las cooperativas agrarias en España las mujeres sólo representan el 21% (243.000 socias) y es sólo testimonial en los consejos rectores en los que las mujeres son sólo el 7% en las cooperativas de primer grado y tan sólo el 3% en las de segundo grado.

También es verdad, y es preciso volver a recordarlo en un día como hoy, que las mujeres cuentan con más obstáculos que los hombres a la hora de incorporarse a la toma de decisiones ante la dificultad de poder conciliar su vida laboral, familiar y personal. Una conciliación que se convierte en prácticamente imposible si las mujeres quieren ascender en la empresa, ocupar un cargo directivo o un cargo político.  

Por eso en un día como hoy en el que celebramos el Día Internacional de la Mujer debemos decir que la sociedad no debe ni puede prescindir del talento de las mujeres, porque son la mitad de la población y porque es de justicia social que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde. Como también es de justicia social abogar, en un día como hoy, por un mayor compromiso con las mujeres por parte de las Administraciones Públicas, encabezadas por el Gobierno de España que hasta ahora ha incumplido sus promesas en este sentido, de manera que cuenten con los instrumentos necesarios (plazas suficientes en educación para menores de 3 años, plazas suficientes en centros de día y residencias para los mayores, flexibilidad y racionalización de horarios, etc.) para que las mujeres puedan conciliar y, por tanto, no se vean en la obligación de elegir entre ser madres o desarrollarse profesional y socialmente.

En el Día Internacional de la Mujer es preciso decir que sólo con una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones y en todos los ámbitos de la sociedad, en la medida en la que ellas lo decidan, podremos afirmar que realmente estamos avanzando en un mundo más justo en el que todos podamos disfrutar de la igualdad real de oportunidades.

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