El misterioso enigma de la Fundación Virtus

VirtusLa Fundación Virtus es tan enigmática como el rostro de un dios pagano. Es un abismo de negrura insondable, el código hermético de sectas arcanas. Es un templo perdido en la selva de la gestión pública, vetado a los no iniciados. Si algo dejan traslucir sus paredes no es mucho más visible que la ecografía de una larva. Crisálidas borrosas se agitan en su interior. Sólo se detectan confusos movimientos en esta Fundación puertollanera encargada de gestionar la red de Centros de Excelencia de la localidad y el Centro de Formación Aeronáutica.

Todo apunta a que Virtus atraviesa una etapa de depuración interna, como si intentara pasar una página misteriosa de la que nadie pareciera sentirse demasiado orgulloso. Lo malo es que el proceso se está realizando a espaldas de la opinión pública, desde la penumbra informativa…, y sin tener en cuenta a los contribuyentes que aportaron durante el año 2008, por ejemplo, parte de los 1.812.000 euros de presupuesto destinados a este organismo.

Lo único evidente es que el propio Ayuntamiento ha dudado de la eficacia de la gestión de la Fundación; que las promesas de transparencia del alcalde, Joaquín Hermoso Murillo, no se han cumplido hasta la fecha; y que las continuas denuncias de Izquierda Unida están siendo menospreciadas con argumentos peregrinos que sólo aportan más desconcierto. ¿Saben los ciudadanos si la ex gerente de Virtus dimitió voluntariamente o, por el contrario, fue forzada a hacerlo? ¿Saben los motivos reales de aquel reajuste, o qué supuestas irregularidades de gestión lo provocaron? ¿Saben cuál es el significado de que la auditoría contratada por los responsables municipales (y que costó 15.000 euros) no llegara a ninguna conclusión porque, según los propios auditores, existe una duplicidad de actas que recogen acuerdos distintos sobre las retribuciones del personal directivo?

El contraste de claroscuros se difumina aún más: ahora, la Fundación se ve obligada a llegar a un pacto, al margen de los tribunales, para evitar un proceso judicial con dos empresas que denunciaron incumplimiento de contrato durante la administración de la exgerente, lo que costará a las arcas públicas 475.000 euros (unos 80 millones de pesetas) en concepto de indemnizaciones.

La respuesta del Ayuntamiento ante los requerimientos informativos de la oposición sobre los hechos acaecidos en el seno de Virtus denota un ejercicio de cinismo político-administrativo de proporciones áureas. Primero, el Consistorio desestimó la creación de una comisión especial de investigación. Después, y en una astuta zapateta, se ha negado a dar explicaciones en el Pleno Municipal, alegando que Virtus es un ente autónomo del Ayuntamiento y que, por tanto, cualquier explicación debe ser dada por el Patronato de la Fundación… Y éste, a su vez, guarda silencio, porque realmente el Patronato es, ah incautos, el propio Equipo de Gobierno.

Y es que, por mucho que insistan los munícipes, no hay que darle más vueltas: la Fundación es una entidad virtualmente pública y municipal. Fue impulsada, de facto, por el Ayuntamiento de Puertollano y sus patronos pertenecen, en su gran mayoría, a administraciones y entidades públicas locales y regionales, con el alcalde de la ciudad minera como presidente, y una concejala delegada al frente.

La actual edil de Virtus, Eva Morales, se niega a informar aduciendo, además de la sacrosanta “independencia” de Virtus, que los ataques de IU responden a carroñerismo político, rencor e intereses personales. Olvida quizá que hay ciudadanos que no tienen nada que ver con Izquierda Unida, ni son buitres electoralistas, ni le guardan rencor alguno, guárdenos el Cielo. Eso sí, tienen un interés personal: el de saber qué hace la Administración local con los cuartos del contribuyente. Esperemos que esa curiosidad no sea vituperable.

http://santosgmonroy.blogspot.com

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