Cincuenta mil motivos para crecer

Más de 50.000 pasajeros, 1.000 toneladas de mercancías y más de 3.500 operaciones es la radiografía que se obtiene del primer año del Aeropuerto Central Ciudad Real. Tras los doce meses más convulsos en el mercado internacional crediticio, inmersos en la más profunda recesión económica global, sumado a la peor crisis aeronáutica de la historia, el primer aeropuerto privado de uso público de España ha conseguido hacerse su particular hueco en un panorama nada esperanzador. Los datos así lo avalan: caída de pasajeros en torno al 8%, más de un 10% en mercancías y hasta un 12% en las operaciones, a lo largo de los once meses de 2009 en los 48 aeropuertos de la red AENA.
Sin embargo, y pese a encontrarse varias chinitas en estos 365 días, el Aeropuerto Central Ciudad Real ha conseguido posicionarse por delante de trece aeropuertos en pasajeros y situarse entre los 20 primeros aeródromos de España en carga. La mayoría de los 50.000 pasajeros – y que durante estas Navidades también lo harán- han descubierto una infraestructura del siglo XXI, de carácter internacional y con una capacidad de crecimiento enorme para las próximas décadas. No menos importante ha sido la carga, unidad estratégica para un aeropuerto concebido para ser alternativa eficaz y real en el centro de la Península. Sólo en seis meses de actividad carguera, el aeropuerto ha movilizado 1.000.000 de kilos, más que 28 aeropuertos.

En este tiempo, se ha echado en falta la legislación y reglamentación adecuada para la liberalización del sector aeroportuario, entendida tal liberalización como la igualdad de condiciones para poder competir en el mercado. Son múltiples las diferencias entre el operador público y el único operador privado actual que deben de salvarse para una adecuada explotación de la infraestructura.

En este sentido, CR Aeropuertos rompió hace un año todos los esquemas conceptuales en la construcción y gestión aeroportuaria, por ser la primera empresa privada en levantar y administrar una infraestructura de este calibre sin ningún tipo de ayuda pública. Un año después, el aeropuerto aspira a un crecimiento moderado acorde a las expectativas económicas previstas, pero con la mirada puesta, como ha sido desde el principio, más allá de crisis cíclicas, es decir, con la mirada puesta en el futuro crecimiento de toda una comarca y de una región.

Desde la perspectiva de negocio solo caben dos modelos: aeropuerto regional- nacional y el internacional.  Está claro que el Aeropuerto Central Ciudad Real siempre se concibió como una plataforma internacional gracias a la intermodalidad del AVE que permite ampliar el área de influencia a unos 10 millones de habitantes de los que lograría captar un mercado de viajeros cercano a los dos millones.

Sin embargo y mientras perdure la situación de crisis económica global, se optará por mantener una solución ecléctica en el tiempo para así desarrollar el modelo de aeropuerto regional con un área de influencia de 700.000 habitantes que le permite alcanzar un máximo de viajeros de 120.000.

Pero es el momento justo de seguir creyendo en un motor económico que no ha hecho nada más que iniciar una larga carrera de fondo. Primero, como aeropuerto de alcance regional para con los años dar el salto internacional en volumen de pasajeros con la parada del AVE, siempre que no se produzca antes un hecho relevante que multiplique todas las expectativas previstas.

Para lograr estos objetivos a corto plazo, es necesaria la implicación de los organismos públicos. Comunidades autónomas como Galicia, Castilla y Léon, Asturias o Valencia cuentan ya con cierta ventaja al lograr aglutinar en consorcios y fundaciones a todas las administraciones con el fin último de captar viajeros y potenciar las cualidades turísticas de sus regiones.

De momento, el Aeropuerto Central Ciudad Real cuenta con una serie de atributos disponibles para ser explotados con el único objetivo de situar esta infraestructura en uno de los ejes centrales para la recuperación económica y laboral de toda Castilla-La Mancha. Estoy seguro que, con el transcurso de los años, el aeropuerto se convertirá en una pieza fundamental de nuestra sociedad y en un medio de comunicación y de transporte imprescindible para lograr alcanzar nuestros sueños personales y comunes.

[Lea nuestro editorial «Aeropuerto de Ciudad Real: la desilusión del siglo se consuma en un año«]

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