“Hacer de la educación un estilo de vida”

La educación de los hijos e hijas forma parte de una preocupación constante de sus padres. El estilo ha cambiado. Los patrones se han modificado. Si décadas atrás imperaba el autoritarismo, ahora se corrige de una forma más cercana y abierta. Se refuerza lo positivo y se busca el consenso. Son algunas pautas que comentaba la Educadora Social, María Cruces Fernández-Calvillo.
La comparación con la educación tradicional recibida hace 30 años con la de hoy, existen diferencias importantes. La autoridad suprema, por entonces, estaba representada en la figura del padre. Además, socialmente era consentido el castigo físico. Un sometimiento cuya estructura, hoy por hoy, ha cambiado. La relación dentro de la familia es más cercana y abierta, sustituyendo al cachete para corregir el comportamiento de los hijos.

Por eso, el procedimiento educativo modifica sus patrones y pasamos del azote a otro tipo de disciplina menos autoritaria. Se cambia “la forma de…”  pero no “el fondo”, cuyos valores son importante y deben conservarse. Es el caso del respeto a las personas mayores. El esfuerzo, la cooperación y disciplina son factores que deben estar dentro de la educación de hoy. La violencia no es una forma de resolver conflictos pero eso no es óbice para poder actuar en la educación de los hijos. Ahí entra en juego el papel de los padres, que deben intervenir con una serie de normas y límites. Mari Cruces Fernández Calvillo es Educadora Familiar en el departamento municipal de Servicios Sociales.  

Se sustituye el autoritarismo por el principio del consenso entre padres e hijos como forma de éxito en la convivencia diaria. Deben establecerse además una serie de consecuencias, si no se cumplen, y las compensaciones, en caso de respetarse. La constancia de padres también es fundamental.

Además, las normas deben ser abiertas y modificarse considerando la situación y el crecimiento de los hijos, capaces de asumir otras responsabilidades, en función de la edad. El aspecto positivo es muy importante. Es un “refuerzo” que incentiva a los propios niños. Llegados a este punto, Fernández-Calvillo, considera elemental que “se debe hacer de la educación un estilo de vida”.

Las normas no son matemáticas pero sí que en ocasiones pueden actuar como tal y no pueden acogerse a negociación alguna. Por ejemplo, cuando la salud está por medio, caso de tratamientos médicos o de las visitas preceptivas a los especialistas.
Obligaciones
 
Recoger la habitación o los horarios puede convertirse en un conflicto importante en el hogar. Además, los desacuerdos entre el padre y la madre también impide el éxito en determinadas conductas y medidas. Otra dificultad es la calidad del tiempo que pasan padres y madres con sus hijos, lo cual impide que se estrechen los vínculos y que sea más fácil subsanar otras tantos trances más.

Los servicios sociales cuentan con un equipo interdisciplinar, cuyos educadores están a la cabeza para ir creando unas pautas que corrijan los posibles problemas familiares. Para cualquier consulta o información pertinente se puede llamar al 926 26 06 03 o dirigirse a las dependencias ubicadas en Travesía de las Tercias.
 
 

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