Comida informal de miembros de la Unión

La rebelión de los gorrionesToledo, antaño conocida como la ciudad de las tres culturas, pues fue habitada en comunión por árabes, judíos y cristianos, se reinventa y merced al ingenio de algún moderno Calígula, pasará a conocerse como la ciudad de los tres platos.  No es casualidad que la joya abrazada por el Tajo, la niña bonita de Carlos I,  acoja durante tres días, tres, la invasión de una horda de bárbaros ministros , encorbatados y hambrientos , provenientes de Europa. Es lo que tienen estos modernos y comunitarios procesos migratorios, que suelen tener como fin y destino, un hermoso y concurrido refectorio.
La excusa es una «Cumbre informal de ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea», lo que traducido de las lenguas germánicas viene a ser una bacanal del chismorreo y las dietas a costa de la resquebrajada  Babel. Lo mismo que, en clave política y en los mentideros parlamentarios, se conoce como trabajar.Europa qué bien me comesNo podría imaginarse mejor anfitrión que el Gobierno de Castilla-La Mancha y para demostrarlo ofrecerá una cena en el Museo de Santa Cruz a los mandatarios europeos y su corte de chupatintas. No en vano, la Junta de Comunidades es toda una experta en dar y recibir comidas, en especial de la prensa y los agentes sociales.Y para qué seguir haciendo chuflas y chanzas si sólo con pegar aquí parte de la nota informativa del ágape está todo dicho:

Se trata de uno de los edificios (el Museo de Santa Cruz) más hermosos de la capital de Castilla-La Mancha. Antiguo Hospital de Santa Cruz, a escasos metros de la Plaza de Zocodover y del Arco de la Sangre, es de estilo plateresco, construido por Enrique Egas, entre 1504 y 1514. De su arquitectura, destacan su portada, el patio noble y la escalera, obra de Covarrubias, así como los artesonados mudéjares y renacentistas.

Si bello es el continente no menos lo es el contenido, pues los cerca de 250 comensales podrán disfrutar de la belleza de una importante colección de tapices de épocas, parte de una exposición inaugurada esta semana, que abarcan desde el siglo XV al siglo XVIII y que muestran todo tipo de temáticas.

Cultura, arte y gastronomía son las credenciales de una región como Castilla-La Mancha. Nuestra historia es rica tanto como sabrosa es la cocina de esta comunidad autónoma. Así pues y elaborado por el Club de Calidad de Turismo Gastronómico, los invitados a esta cena podrán degustar platos tan exquisitos como consomé de perdiz roja con verduras, setas y trufa; bacalao, chirivía y pil-pil; ventresa y lomo de cordero manchego y dulces postres como el bizcocho tostado de almendra con yogur y cereales, junto a pequeños dulces y delicias de mazapán de Toledo.

El menú ha corrido a cargo de nombres tan prestigiosos como Manuel de la Osa del restaurante Las Rejas de Las Pedroñeras (Cuenca); Jesús Velasco del restaurante ‘Amparito Roca’ de Guadalajara; Adolfo Muñoz del restaurante ‘Adolfo’ de Toledo y Pepe Rodríguez de El Bohío de Illescas (Toledo).

Además estos maestros culinarios han elaborado un menú vegetariano que consiste en ensalada de hojas verdes con tomate, verduras naturales al aceite de oliva virgen; pisto manchego, bacalo, chirivia y pil-pil y bizcocho tostado de almendra con yogur y cereales.

Todo ello, en un maridaje perfecto, regado por vinos de la España de Don Quijote, típicos de Castilla-La Mancha que no en vano es el mayor viñedo de Europa.

En la cena estarán presentes el vicepresidente de la Comisión Europea, Jacques Barrot; el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el eurodiputado, Juan Fernando López Aguilar y el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, entre otros mandatarios.

Si estos últimos párrafos  le han abierto el apetito, si sólo con leer los nombres de esas exquisiteces se le hace la boca agua, le recuerdo, querido amigo, que usted no está invitado. No pretendo revolverle el estómago, pero dígame si  no le produce acidez esta infame exaltación de la opulencia, más ahora cuando en la mayoría de las bocas todavía perdura el regusto amargo de la crisis y en los estómagos vacíos el eco redundante del ya perenne desempleo.

Si encuentra un ápice de oportunismo en mis palabras, acompáñelo con verduras, setas y trufa, si así lo digiere mejor, pero estaremos de acuerdo en que las cosas serían diferentes si no fuéramos, todos, ciudadanos de chiriva y pil-pil.

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