Ante este escenario, CSI·F plantea un decálogo de propuestas que parten, según explicó el propio presidente y el coordinador de Primaria y Secundaria del sindicato, Lorenzo Donaire, de la reivindicación de una estabilidad y consenso en las leyes educativas, ya que en los últimos 19 años se han publicado 5 leyes orgánicas de Educación. Además, CSI·F apuesta por una enseñanza pública sin complejos como única que garantiza la Educación de todos, en equidad, por lo que se precisa el aumento de la inversión hasta 7% del PIB, distribución equitativa de alumnos con necesidades entre los centros, incremento de plantillas para atender a la diversidad, paralización de los conciertos educativos en niveles no obligatorios.
Para el sindicato independiente, es necesario también impulsar valores fundamentales para la enseñanza como el respeto, el esfuerzo, los contenidos como base de la formación, entre otros. El reconocimiento de la autoridad del profesor también es fundamental para recuperar la motivación de los docentes y la imposición de la disciplina como exige el propio defensor del pueblo, junto al reconcomiendo del estatus de autoridad pública legal del profesor.
Para la mejora de la convivencia en los centros, CSI·F propone apostar por la tolerancia cero. reducir las ratios alumno-profesor, medidas correctoras y sancionadoras, así como mayor implicación de las familias en la educación de sus hijos. Además, se entiende necesaria la potenciación de la educación Infantil y Primaria y, especialmente, de la Secundaria.
En este aspecto, CSI·F propone itinerarios en 3º y 4º de la ESO que conduzcan a la obtención del título de graduado; una oferta obligatoria de PCPIs y la prediversificación en todos los centros sostenidos con fondos públicos para alumnos de 14 años con informe favorable. Defienden los exámenes extraordinarios en septiembre, la promoción de curso con un máximo de dos suspensos, pruebas de diagnóstico externas y homologadas en toda España, así como impedir el graduado en ESO a alumnos que no superen todas las asignaturas de la etapa.
CSI·F entiende necesario también reformar el Bachillerato, el más corto de los países del entorno, ante lo que el Ministerio de Educación “prefiere poner parches antes de afrontar una reforma en toda regla”. El sindicato considera necesario ampliarlo a tres años, promocionar con dos suspensos máximo y mantener las pruebas extraordinarias en septiembre.
Este sindicato considera muy necesario el impulso de la Formación Profesional, incrementando la oferta de Ciclos de Grado Medio y Superior, nuevos ciclos, curso de acceso, créditos con la Universidad, incremento de centros integrados y nuevos centros públicos de una familia profesional, entre otras.
La última de las propuestas concretadas por CSI·F se refiere a la enseñanza de Régimen Especial reivindicando la creación de, al menos, un Conservatorio Superior en la región y que las Escuelas Oficiales de Idiomas puedan certificar los niveles avanzados y oferten plazas suficientes para su demanda.
