La hoguera de San Blas, fiel a su tradicional cita

El intenso frío de la noche del martes no impidió que la tradicional hoguera de San Blas se encendiera frente a la ermita del santo, situada junto al Castillo de Pilas Bonas. Aunque menos que otras veces, numerosos manzanareños acudieron para celebrar la víspera de la festividad del patrón protector de la garganta. Durante esta jornada continuó a buen ritmo la venta de las tradicionales rosquillas.
A las ocho de la tarde del martes, 2 de febrero, se prendía la gran hoguera en honor a San Blas, como siempre, puntual a su cita en la víspera de la festividad del santo. A pesar de las bajas temperaturas, muchos fueron quienes no quisieron perderse esta tradicional lumbre y se acercaron a calentarse con ella en la fría noche del martes.  

Los presentes también pudieron saciar su sed en la barra instalada junto a la ermita y coordinada por miembros de la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”, así como comer los productos típicos de estas celebraciones, como chorizos, morcillas, panceta, montados de lomo y pinchos morunos, además de degustar algunos dulces que se vendían en un puesto ambulante situado junto a la ermita, que acostumbra acompañar todas las festividades de los Santos Viejos.  

Las tradicionales rosquillas de San Blas fueron muy demandadas, como ya viene siendo habitual. Durante los días previos a la fiesta, centenares de ellas han sido preparadas por encargo de la Hermandad del santo. Hasta la celebración de la hoguera, ya se habían encargado seis mil rosquillas. Éstas se pusieron a la venta, como ya es habitual, en el domicilio de la Hermana Mayor, Josefa Merino.

Como ya ocurriera en las Fiestas de San Blas del pasado año, en la casa de la Hermana Mayor, situada en la calle Matadero, frente a la ermita, también se han podido adquirir diferentes recuerdos alusivos al santo, como rosarios, pañuelos, pulseras y dedales, entre otros artículos.

Cabe destacar que, tal es la devoción por el santo que, a pesar del intenso frío, que fue protagonista en la noche del martes, la fiesta congregó a muchos asistentes, no solo de Manzanares, sino también de las poblaciones cercanas, quienes también pudieron besar la reliquia de San Blas, que se custodia dentro de esta pequeña ermita.  

Pero a lo religioso, se suma lo festivo y, pertrechados con sillas, mesas y todo lo necesario para pasar una noche agradable, numerosos asistentes prepararon en sus propias parillas muchos kilos de carne, sirviéndose de las generosas ascuas que dejaron las cepas quemadas en la hoguera de San Blas.

Para velar por la seguridad de todos los asistentes, esta celebración contó  con la presencia de efectivos de la Policía Local, voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja.

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