¿Está preparando Barreda su salto a la política nacional?

A río revuelto, ganancia de pescadores, dice un refrán que últimamente se aplican mucho los políticos españoles. No hay como un buen follón para aprovechar el revuelo e intentar, al menos, sacar algo de tajada personal.

En este sentido, el Partido Popular lleva un par de años enseñándonos a todos cómo hacer este tipo de cosas. Tras las elecciones de 2008, casi todo el PP quiso echar a los leones a Mariano Rajoy, a quien sometieron a una insufrible campaña de acoso, derribo e infinita destrucción. La imagen del líder del PP de cara a la sociedad se desmoronaba por aquel entonces, con lo que los ataques por parte de sus compañeros se producían de dos formas: en primer lugar, los de los compañeros que no veían en Rajoy a un líder ni coincidían con sus ideas, con lo que le hacían una competencia franca; en segundo lugar, los que quizá seguían confiando en las ideas de Rajoy, pero, ante el inminente derrumbe de éste, preferían atizarle y salir corriendo de su lado, no fuesen a acabar ellos en el mismo saco.

Pero en el PP ya no son los únicos. Y es que, ante una situación de insufrible crisis en un país que está siendo el hazmerreír de medio mundo, Zapatero va perdiendo cada vez más galones (si es que le queda alguno) y cada vez tiene a menos gente de su partido a su lado. Los habrá, evidentemente, que difieran de las ideas y planteamientos de Zapatero aunque sean del PSOE, y ejercerán una oposición franca y sincera. Pero también habrá quienes vean en Zapatero al nuevo cadáver político de España y quieran alejarse de él cuanto antes.

De los (muchos) opositores que tiene Zapatero dentro de su propio partido, ¿quiénes estarán en un grupo y quiénes en el otro?

En torno a este goteo de críticas, en las últimas semanas ha aparecido un opositor que parece dispuesto hacerse ver. Nos referimos al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que la semana pasada criticó abiertamente a Zapatero y pidió cambios en el Gobierno. Pese a que le cayó una buena bronca por aquellas críticas, Barreda no se amilanó y ahora ha vuelto a carga. Por eso estos días merece la pena preguntarse: ¿Qué pretende Barreda con estas críticas al Gobierno?

Podría pensarse que Barreda, como muchos otros, no hace sino mostrarle a Zapatero su visión de las cosas, sin mayor intención. Sin embargo, resultan asombrosas las virulentas formas que está demostrando el presidente de Castilla-La Mancha, que en los últimos días está gozando de un protagonismo informativo que rara vez había tenido fuera de nuestra región.

La supuesta estrategia de Barreda nos recuerda a la que ya llevase a cabo su antecesor como presidente de C-LM, José Bono, quien ha ido consiguiendo notoriedad a base de enfrentarse a la cúpula de su partido una vez tras otra. Es probable que Barreda esté pensando en comenzar un cisma contra Zapatero, por un doble motivo:

  • La quema en el PSOE nacional. Zapatero empieza a oler, y Barreda no quiere ser partícipe del tufo. El presidente español no sólo parece noqueado, sino que además está siendo objeto de burla de medio mundo debido a sus camaleónicas posturas. En este sentido, cualquier político inteligente podría intentar desligarse de Zapatero para salvarse de la quema y coger un buen sitio en el futuro panorama del partido una vez que el presidente del Gobierno quede fuera de combate.
  • Cospedal en el cogote. Las elecciones en Castilla-La Mancha están cerca. Muy cerca. Cada vez más cerca. Y aunque Cospedal no es que levante pasiones en C-LM, lo cierto es que el crédito de Barreda desciende en picado. Lo normal es que el PSOE ganase de nuevo las elecciones en la región, pero el margen sería muy inferior al de otras veces, lo que dejaría a Barreda en una cuerda un tanto floja. Si a esto le unimos la dantesca situación de entidades como el Aeropuerto de Ciudad Real o Caja Castilla-La Mancha, es posible que Barreda esté empezando a pensar que su futuro estaría mejor fuera de Castilla-La Mancha y que más vale irse cuando aún se está en situación victoriosa.

No sabemos qué le deparará el futuro al presidente de Castilla-La Mancha, ni si acabará cogiendo un asiento provilegiado en el PSOE nacional. De lo que no cabe duda es de que Barreda trama algo.

Y cuando Barreda trama algo…

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