Energía solar en Puertollano: ¿un breve “fogonazo” en la sartén manchega?

Paneles solares de Renovalia, en Puertollano¿Ha sido un espejismo el boom empresarial ligado a la energía solar en Puertollano? Miciudadreal.es te ofrece la traducción al español del polémico artículo publicado hace unas semanas por el New York Times en el que se describe a la ciudad como la protagonista de una «dolorosa caída«. La periodista Elisabeth Rosenthal presenta un panorama sombrío en Puertollano, y pone en boca del alcalde, Joaquín Hermoso Murillo, unas desconcertantes declaraciones.

La periodista Elisabeth Rosenthal publicaba hace unas semanas en el diario norteamericano New York Times un artículo en el que describía los riesgos económicos del modelo español de la energía solar, y tomaba como ejemplo a la política empresarial adoptada en Puertollano. El Ayuntamiento se apresuró a  anunciar que el prestigioso rotativo consideraba a la localidad minera como “referente” en la generación de esta energía renovable. Días después, un confidencial digital matizaba el contenido del artículo: lo que estaba haciendo Rosenthal, al parecer especializada en temas medioambientales, era realmente poner a Puertollano en la picota, exhibiendo a esta ciudad ante los Estados Unidos como un ejemplo, sí, pero “de lo que no hay que hacer”.

La realidad es que ese trabajo periodístico, que Miciudadreal.es te ofrece en exclusiva traducido íntegramente al español, describe a Puertollano como el protagonista de una “dolorosa caída” y de un “reventón” económico, y advierte de que la aparente prosperidad no ha sido más que un espejismo, un efímero “fogonazo” en la sartén de la meseta española. En los pies de foto que acompañan a la información se afirma que Puertollano, considerada como una “ciudad-boom”, ha sido arrastrada de nuevo a la “vorágine de la crisis económica”.

El reportaje incluye, además, unas sorprendentes declaraciones del alcalde, Joaquín Hermoso Murillo, quien parece reconocer que “se ha perdido la oportunidad” de estar a la vanguardia de las energías renovables como consecuencia del recorte de las subvenciones destinadas al sector, lo que contrasta de forma chocante con su discurso habitual. ¿Fueron malinterpretadas sus declaraciones, fueron trascritas fuera de contexto, o se trató de una confesión realizada en momentos de debilidad?

Lo cierto es que el artículo de la periodista norteamericana no parece haber profundizado demasiado en la realidad económica de Puertollano, adolece de falta de rigurosidad en ciertos aspectos, e insiste machaconamente en subrayar una realidad de tintes sombríos. El New York Times nos presenta un panorama prácticamente apocalíptico, una ciudad de ilusiones perdidas, desangrada por la pérdida de “miles” de puestos de trabajo y el cierre de numerosos comercios.

Aun estando prevenidos sobre la rigurosidad del reportaje de Rosenthal, el debate está servido: ¿Actúa el Ayuntamiento acertadamente apostando por el nuevo monocultivo de la industria solar como esquema económico de largo plazo? ¿Qué futuro le deparará a la localidad el recorte o la desaparición de las cuantiosas subvenciones que antes recibía este sector, y qué repercusiones tendrá en empresas como Solaria o Silicio Solar? ¿Responde el enfoque del artículo del New York Times a los intereses de algún lobby de presión americano o, por el contrario, es la señal de alarma ante un futuro de destrucción de empleo y precariedad laboral?

Mientras, Ayuntamiento y empresas, ajenos a polémicas, siguen apostando decididamente por este tipo de energía: Renovalia invertirá 337 millones en la construcción de más plantas termosolares, que convertirán a este parque fotovoltáico en el mayor del mundo, con 350.000 paneles ocupando una superficie de 175 hectáreas. Por otra parte, el Consistorio ha otorgado licencia a Iberdrola para la construcción de una planta de generación directa de vapor en los terrenos aledaños a su actual planta solar.

A continuación te ofrecemos la traducción al español del artículo del New York Times. Puedes consultar el original pinchando aquí.

LA INDUSTRIA SOLAR APRENDE LA LECCIÓN DEL SOL ESPAÑOL

Elisabeth Rosenthal
8 de marzo de 2010

Hace dos años, esta ciudad minera vivió una osada fiebre del oro en pleno siglo XXI. Famosa antaño por su carbón, Puertollano descubrió otra fuente de energía que hasta la fecha había pasado desapercibida: el implacable y ardiente sol.

Animada por los generosos incentivos ofrecidos por el Gobierno español para impulsar una industria nacional de la energía solar, la ciudad se dispuso a sustituir la agotada economía del carbón atrayendo a las empresas del sector bajo el eslogan promocional: «El sol  nos mueve”.

Pronto, Puertollano, que alberga un Museo de la Minería, tuvo dos enormes plantas de energía solar, fábricas de paneles solares y obleas de silicio, e incluso institutos de investigación de energías renovables. La mitad de la energía solar instalada en 2008 en todo el mundo se instaló en España.

Los agricultores vendieron sus tierras para la construcción de plantas solares. Abrieron nuevas tiendas. Al reclamo de las nuevas oportunidades, gentes provenientes de todo el mundo llegaron a una ciudad que antes había sufrido una tasa de desempleo del 20 por ciento y los efectos de la emigración.

Pero a media que las plantas solares de baja calidad y mal diseñadas proliferaban en la Meseta, los responsables gubernamentales se dieron cuenta de que el Estado tendría que subsidiar a muchas de ellas de forma indefinida, y que la industria que se había creado nunca podría producir por sí misma una energía verde eficaz.

En septiembre (de 2008), el Gobierno español cambió sus planes abruptamente, recortando las subvenciones y compensaciones a la energía solar. La gran eclosión de Puertollano se convirtió en reventón. Cerraron fábricas y tiendas, miles de trabajadores perdieron sus empleos, mientras que las empresas extranjeras y los bancos abandonaron los compromisos que ya habían sido acordados. «Hemos perdido la oportunidad de estar a la vanguardia de las energías renovables; no sólo ofrecíamos electricidad, sino también las bases de una economía fuerte», señala Joaquín Carlos Hermoso Murillo, alcalde de Puertollano desde 2004. «¿Por qué limitar la energía solar, cuando el sol es ilimitado?»

La dolorosa caída de Puertollano pone sobre el tapete los delicados cálculos políticos que hay que sopesar para estimular el crecimiento de nuevas industrias de la energía solar y crear “empleos verdes”, y su caso puede servir como advertencia para los Estados Unidos, donde una estrategia similar está en marcha.

Hasta la fecha, la generación de electricidad a partir de los rayos del sol necesita de subsidios, ya que requiere la compra de nuevos equipos y la inversión en nuevas tecnologías. Pero los costos están bajando rápidamente. Y los organismos reguladores todavía están aprendiendo a estructurar los estímulos económicos para establecer una “industria verde” estable que dependa de sí misma, en lugar de una energía costosa y un fogonazo en una sartén como la de España.

«La industria en su conjunto ha aprendido mucho de lo sucedido en España», señala Cassidy Deline, que analiza el mercado solar europeo para la Emerging Energy Research, un instituto con sede en Cambridge, Massachussets. Deline ha subrayado que otros países ya han establecido subvenciones más bajas y normas más estrictas para la creación de plantas solares. “Sin embargo, a pesar de los daños que han acabado provocando los incentivos ofrecidos en España, en cierto modo se cumplieron las expectativas”, dice Deline.

“A pesar de que la subvenciones pueden crear burbujas y explosiones, sin ellas esta industria no va a despegar», dice. «EE.UU. está realmente a la zaga de Europa en esto, y si esperamos a que el coste de la energía solar sea competitivo, podemos perder el barco y una oportunidad para aprovechar los mercados».

Las más robustas empresas españolas del sector, que han sobrevivido a la crisis, se han reestructurado y están resurgiendo como actores globales. Por ejemplo, cuando el Gobierno español cambió su estrategia, Siliken Energías Renovables, que originalmente era productora de paneles solares, cerró sus fábricas durante cinco meses y redujo su personal de 1.200 a 600 empleados. Pero la empresa ha conseguido ahora presentar beneficios, después de enfocar sus intereses hacia mercados exteriores como Italia, Francia o Estados Unidos, y de diversificar sus servicios en la industria auxiliar.

“Éramos una empresa en la que confiaban los bancos, por lo que podíamos hacer el cambio, aunque es cierto que muchas pequeñas empresas han desaparecido», dice Antonio Navarro, portavoz de la compañía. “El período ha sido particularmente difícil porque ha coincidido con la crisis económica mundial”, dice.

Para fomentar el desarrollo de la energía solar y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, Europa ha utilizado generalmente las denominadas primas feed-in, a través de las cuales los gobiernos pagan una cuantiosa suma por la generación de electricidad procedente de fuentes renovables.

Los organismos reguladores de los Estados Unidos han favorecido incentivos menos directos, como animar a los municipios a adquirir un porcentaje de la electricidad producida por empresas de energías renovables, aunque algunas ciudades y estados, sobre todo Vermont, ya están experimentando con el concepto feed-in europeo.

Cuando las ayudas fueron convocadas, en el verano de 2007, el pago de primas en España para la energía solar fue el más generoso de cualquier otro lugar (0,43 euros por kilovatio-hora), con pocos compromisos asociados.

Transcurrido el tiempo, se ha revelado que las primas eran demasiado elevadas. «Cualquier empresa, de cualquier parte del mundo, venía a instalarse en España lo más rápidamente que podía, y todos los biólogos eran pocos para trabajar en la energía solar», dice Pedro Banda, director general del Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración, uno de los institutos de investigación de Puertollano.

Incluso tratándose de plantas ineficientes y mal diseñadas, podían obtener beneficios, y era habitual la especulación de terrenos destinados a la construcción de plantas solares. Así, y aunque el objetivo de España a largo plazo estaba en la producción de 400 megavatios de electricidad procedente de paneles solares para el año 2010, ese umbral se alcanzó a finales de 2007.

En 2008, España estaba enchufada a una red de 2,5 gigavatios de energía solar, quintuplicando su capacidad anterior y colocándose en segunda posición detrás de Alemania, el líder mundial. Sin embargo, muchas de las plantas que se abrieron apresuradamente no ofrecían esperanzas de ser competitivas en costes frente a la energía convencional, ya que estaban mal diseñadas o ubicadas donde el sol era insuficiente.

Los diseños de plantas de energía solar pueden variar. El tipo más común utiliza paneles fotovoltaicos para generar electricidad. Otras, llamadas plantas térmicas solares, utilizan espejos para concentrar la energía del sol en un líquido que, cuando se calienta, mueve una turbina de vapor.

En su afán de crear una industria de la energía solar, España cometió algunos errores de cálculo: las plantas solares se pueden configurar de manera tan fácil y rápida que el desarrollo de la industria ha sido mucho más rápido de lo previsto. Además, las generosas subvenciones “hincharon” los costes de instalación  en un momento en que estos disminuyeron rápidamente en otros lugares, en parte debido a la creciente competencia de fabricantes de paneles en China, y en parte por los mayores volúmenes producidos en una economía de gran escala.

En España, la ayuda es ahora ajustada trimestralmente, y se sitúa en los 0,29 euros por kilovatio-hora de electricidad para las plantas de energía solar, y una cantidad ligeramente superior en el caso de los paneles colocados en las azoteas.

En Alemania, se espera que estas ayudas, actualmente unos 0,40 euros por kilovatio-hora, se reduzcan al menos un 15 por ciento este verano, y ya hay propuestas ante el Parlamento para eliminar las subvenciones destinadas a instalaciones solares en terrenos agrícolas.

El pago de las primas necesarias para hacer económicamente viable la energía solar varía, dependiendo de la luz del sol o el coste de la energía convencional. Los expertos predicen que, posiblemente el próximo año, Italia será el primer país donde la electricidad generada por energía solar no necesite de subsidios para competir con la electricidad procedente de combustibles fósiles.

No obstante, a pesar de la reducción de incentivos y de la recesión económica local, la industria solar ha servido para que Puertollano presente un lavado de cara y un potencial futuro económico. Los institutos de investigación están desarrollando tecnologías de vanguardia. La tasa de desempleo sigue situada alrededor del 10 por ciento, lejos del anterior 20 por ciento. La ciudad alberga un buen número de empresas solares, y una nueva planta de 50 megavatios, propiedad del gigante energético español Iberdrola, ha creado cientos de puestos de trabajo.

Aunque las minas de carbón aún salpican el paisaje, y la industria petroquímica sigue siendo uno de los mayores nichos de empleo de Puertollano, la nueva planta solar convive justo al lado, con más de 100.000 espejos parabólicos ordenados en pulcras filas que ocupan más de 160 hectáreas de lo que antaño fueran terrenos agrícolas… Limpia y blanca como una sala de hospital, convirtiendo silenciosamente el sol español en electricidad.

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