El nuevo y todavía nonato Estatuto de Autonomía se ha convertido en la casa de tócame Roque. Al margen de un comentario más extenso sobre el particular, el proceso de reforma de la norma más importante que ahorma política y jurídicamente la región, después de la Constitución, ha devenido en un monumental galimatías. Aqui salió un Estatuto de máximos (en el agua), aprobado por consenso PSOE-PP y ahora en el Congreso está por ver qué saldrá. El PP sale ahora con el trueque de la Ley Electoral regional. Un verdadero embrollo capaz de hartar a cualquiera.